Capítulo 4

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_Esta es la sala de conferencias- Anunció Jungkook.
_¿Sala de conferencias? ¿Quiénes se reúnen ahí?- Dijo, mirando que habían varias sillas.

Jungkook lo pensó unos segundos. Nadie se reunía allí desde hacía más de dos años.

_Bueno... cuando... surge algún asunto importante con otro rey, o entre el alto mando, nos reunimos aquí para hablar asuntos del reino.
_Parece muy aburrido...- Dijo.

Jungkook se encogió de hombros.

«Aburrido» era una palabra que no usaba frecuentemente. De hecho, jamás la había usado. Nunca había tenido tiempo de estar aburrido. Cuando no estaba ocupado en sus labores como rey, estaba durmiendo o sentado en el jardín. Leyendo en su despacho o tocando algunos de los instrumentos musicales.

A la siguiente habitación, Jungkook no entró. La miró desde fuera y la señaló.

_Es la habitación que usa Su Majestad Jeon Hee Na cuando viene de visitas- Aclaró.
_¿Jeon Hee Na?- Frunció el ceño- ¿No es tu mamá?- Dijo, pensativa.
_Es la persona que me trajo al mundo- Dijo, sintiéndose como cuando era cachorro y a veces en lugar de llamar Su Majestad a HeeNa le llamaba madre o mamá. Siempre terminaba castigado por faltarle el respeto a la reina
_Hum... Tu madre- Dijo, y Jungkook levantó una ceja- Preferiría que te refirieras a ella como “Su Majestad”. Es un término más cómodo. Pero ella no viene aquí muy seguido. Sólo cuando hay algún problema o cuando necesita hacer algo.

SooJeon asintió, mirando a Jungkook, y dándose cuenta de que no había el más mínimo cariño en las palabras de Jeon. Solamente respeto.

_Es la habitación de el rey y la reina. ¿No?- Dijo, para aclararse.

Jungkook se sintió raro explicando algo así. ¿Cómo alguien podía no saber eso?

_Su Majestad el rey Jeon Ji Woo falleció hace doce años- Dijo- Luego de eso, yo ocupé el trono, así que Su Majestad, HeeNa ya no posee el título de reina. Pero le gusta ser llamada así. No ha perdido el respeto y la admiración del pueblo.

SooJeon se quedó en silencio. Parecía que los asuntos familiares de Jungkook eran un poco más complejos de lo que parecían.

_Entiendo- Dijo, y continuó caminando tras de Jungkook.

Pasaron el resto de la tarde caminando por él castillo. Faltaban un montón de habitaciones por ver, así que terminaron bastante tarde.

_¡Primo!- Dijo Hoseok, apareciendo. Así era él, saltaba de cualquier esquina. Jungkook seguía preguntándose cómo hacía aquello- ¿Cómo te va?- Preguntó, mirando a la muchacha y a Jeon con ojos sonrientes.
_Bueno, acabo de mostrarle el castillo. Sólo faltó el jardín. Ya lo verá mañana porque no le veo la gracia a verlo a las...- Miró el reloj en la pared- siete de la noche.
_En ese caso vamos a cenar- Dijo el alfa más bajo- SooJeon, ¿Qué te ha parecido este lugar?
_Hum...- Murmuró- Es un lugar enorme, aún no sé cómo no perderme aquí.
_Oye- Le llamó Jungkook- No sé si lo hayas notado pero cada puerta dice arriba la habitación a la que pertenece- Dijo con sarcasmo.
_Lo he notado. El problema es que... Por ejemplo, ¿Y si tengo hambre? Probablemente me pase buscando la cocina dos horas y cuando la encuentre ya va a ser hora de la cena.
_Aquí jamás sentirás hambre- Aseguró el joven pelinegro- Las sirvientas te llevarán algo de comer cada tres horas. Si deseas algo sólo debes tocar la campanilla que cuelga de la pared en tu habitación y alguien vendrá a atenderse.
_Pero...- Murmuró ella- Hay cosas que me gusta hacer por mí misma Comidas que sólo me gusta prepararlas yo, y... esas cosas.

Jungkook se quedó pensando. Jamás hacía nada por sí mismo, así que nunca se sintió molesto por lo grande que era el castillo.

_En ese caso tendrás que acostumbrarte a las dimensiones de este lugar y aprender cómo ir a cualquier sitio.

SooJeon miró a Hoseok.

_Seok, ¿Tú estarás aquí?- Preguntó. Tenía una muy bonita amistad con el castaño. La anterior semana completa la habían pasado juntos, explicando detalles para ser una buena “reina” y cosas del carácter de Jungkook.
_No creo, sólo vengo una vez a la semana. Pero vendré a verte, no te preocupes, Jungkook no va a comerte.

Ella asintió y siguió a los dos alfas hacia el comedor real, donde se sentaron los tres.

_¿Cuántas personas comen aquí?- Dijo, al ver el gran tamaño de la mesa.
_Yo, y a veces Su Majestad HeeNa. Hoseok cuando viene de visita y algunos reyes de pueblos cercanos que vienen a firmar pactos o a pedir algún favor que conlleve a un acuerdo.
_La mesa parece demasiado grande- Habló ella- En mi casa sólo tenemos cinco sillas. Mi padre, mi madre, yo y mis dos hermanitos. Es más divertido así- Aseguró, y se quedó embobada cuando sirvieron un platillo que en su vida había visto, ni imaginado: Pechuga de pollo marinada con jarabe de ciruelas rojas. Habían varios platos de acompañamiento, pero nada le llamaba la atención, salvo un platillo que conocía bastante bien. Era un pez llamado Kalchi que sólo se comía cuando era el cumpleaños de alguien en casa. Era bastante caro, y su preparación era sencilla.

Habían muchos cubiertos, así que no sabía qué hacer, y comenzó a comerlo con lo su quiso: El tenedor para ensaladas.

Jungkook la miró y estuvo a punto de soltar una risa. Hoseok también, pero ambos se quedaron callados. Bien, con aquella omega todo se tornaba entretenido. Hasta el simple hecho de comer pescado.

Luego tomó la sopa con la cuchara para el arroz, y pinchó los frijoles negros con pequeños palillos para comer carne.

Jungkook no despegaba la vista de la chica, que comía despreocupada. Parecía estar inmersa y concentrada únicamente en su cena y comía con buen apetito.

Jungkook no recordaba cuándo fue la última vez que comió con tal despreocupación. Siempre tenía asuntos en la cabeza y terminaba perdiendo las ganas de comer. Pero la cena estaba siendo divertida ahora, así que pudo terminar en paz.

_Muy bien, ahora me iré- Dijo Hoseok, levantándose.
_¿Por qué no pasas la noche aquí?- Dijo Jeon, mirando al más bajo.
_Tengo asuntos importantes mañana temprano. Otra vez hay alguien desviando los fondos del orfanato.

Jungkook frunció él ceño.

_Está bien entonces- Aseguró y miró a la muchacha- ¿Irás a dormir?.
_No realmente. Sólo iré a la sala de patinaje. Quisiera ir un rato antes de dormir.

Jungkook asintió y la llevó hasta allí.

Luego de eso, fue a su habitación.

Sin embargo, estaba nervioso y no podía dormir. Se levantó y dio unas cuántas vueltas por el castillo. Se paró en el balcón y dejó que la brisa nocturna lo relajara.

Sólo entonces escuchó una risa.

Y de inmediato supo de dónde provenía. A unas puertas estaba la sala de patinaje. Y allí, cuando se asomó, pudo ver perfectamente como SooJeon intentaba levantarse una y otra vez, fallando en el intento y cayendo de bruces cada vez que se ponía de pie. Fue arrastrándose hasta lograr aferrarse a la pared y lograr pararse sin caer de nuevo. En cuanto intentó dar un paso con los patines, cayó de nuevo y estalló en carcajadas.

Era divertido verla patinar... O intentar hacerlo. Jungkook reía con ganas en silencio. Era muy tierna. Cayó cerca de seis veces más antes de lograr ponerse de pie y, sujetándose a la pared, avanzó una pequeña distancia. Dio un grito de victoria bastante gracioso y se fue de nuevo al suelo, esta vez de cara.

Jungkook rió bajo y entró a la habitación.

_Parece que realmente tienes algunos problemas- Pronunció, divertido.
_¡No! ¿Tú crees?- Dijo ella, riendo.
_Ven, te ayudaré- Rió, extendiéndole la mano.

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Taaan linda que es SooJeon... A que Jungkook cae redondito ah.
PD: ¡¿Quién más está enamorada de Hoseooook?!

Seme cuidan.

Tu Rey «Jeon Jung Kook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora