_Jungkook- Habló Hoseok- Está claro que tu “omega” no puede ser nadie de este pueblo. No puedes ir casa por casa buscando alguien dispuesto a fingir ser tu mujer, o cuando la encuentres, todo el reino estará enterado de tu plan.
_Tiene sentido- Dijo Jeon- No conozco ninguna mujer tampoco.
_¿Quizá un hombre?- Bromeó Hoseok- Yo estaría dispuesto.
_Prefiero la abdicación- Rió Jungkook- Pero ya en serio, ¿Dónde encontraré a alguien que acceda a hacer tal cosa, y que además de eso no se enamore de mí? Porque odiaría comenzar el drama de tener que sobornarla para que se valla, y todo lo que sigue.
_De verdad que lo piensas todo, estoy orgulloso de ser tu primo- Dijo el castaño- Quizá te pueda ayudar a encontrar lo que buscas. Hace unos días estuve recorriendo mi reino y me encontré con una chica un poco... fuera de lo común. No sé, pero me agradó mucho. Una persona intentó robar mi cartera y ella persiguió al tipo. Cuando lo alcanzó le aplicó una magnífica llave de karate. Fue como ver a un ángel abrir sus alas- Dramatizó Hoseok- Le pregunté cómo podía agradecerle, pero dijo que estaba bien. Eso muestra que no es interesada, no tendrás que sobornarla para que se vaya. Le pregunté su nombre y su identidad.
_¿Y bien?
_No me la dio, sólo se fue. Pero no creo que sea difícil encontrarla. Parecía una chica alegre y sociable. Y era omega, estoy seguro.
_¿Crees que acepte ser mi omega falsa?
_Quizá. No sé.
_Trae aquí a esa mujer. ¿Cuánto crees que tardes en encontrarla?- Dijo Jungkook, volviendo a su escritorio y golpeando de nuevo el pequeño agujero de este con su dedo índice. Iba a terminar con el dedo plano a ese paso.
_Dame... ¿una semana? La traeré acá el domingo en la noche. En el día estaré muy ocupado.
_Perfecto, Hoseok, por primera vez eres útil.
_Eso me dolió- El alfa más bajo llevó la mano a su pecho, teatralmente.
_Hoseok- Llamó Jeon.
_¿Sí?
_El corazón está del otro lado..
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.El día había sido atareado.
Usualmente todos los días eran tranquilos en el palacio, pero no ese día, por alguna razón.
Jungkook sólo había pasado todo el tiempo en su estudio, resolviendo problemas internos y externos del reino de Jegum. A cada rato salía y visitaba la sala de arte. Se sentaba al piano y tocaba alguna melodía para relajarse. Hacía más de tres meses que Jeon no salía al jardín del castillo. Su piel estaba pálida y carente de pigmentación. Sólo miraba por los ventanales de vidrio hacia el lejano horizonte, sin sentir el aire fresco realmente.
Ese día, decidió que era tiempo de romper la rutina. Abrió la puerta del jardín y salió, dispuesto a tener al menos unos minutos de merecido descanso.
El olor a rosas se coló en sus fosas nasales y sus ojos se entrecerraron por el repentino cambio de iluminación. El sonido de las aves inundó sus oídos y el tranquilo ruido del agua corriendo en la fuente hizo que una inmensa paz lo invadiera.
Cerró sus ojos y se sentó sobre el pasto, bajo un gran roble. Su cabeza inconscientemente viajó a un tema muy importante: Hoy era el día en el que Hoseok traería a su “novia”. Estaba algo nervioso realmente. Las únicas mujeres que en su vida había conocido eran las sirvientas del palacio y su madre. Quizá también las esposas de los reyes que fueron invitados al baile de coronación, a sus doce años. No había tenido muchas interacciones con omegas. El rey era un muchacho inteligente, pero su corazón era inexperto e inocente. Él era muy solitario, eso era obvio. Jamás fue a la escuela. Más bien, tomaba clases privadas desde la comodidad de su palacio. Y su madre jamás le permitió tener amigos, con excepción de su primo Hoseok. Ni siquiera era cercano a sus hermanos menores.
Tampoco pudo llamar “mamá” ni “papá” a sus padres. Más bien, debía llamar a ambos “majestad”.
A Jungkook le faltaban muchas cosas por experimentar en la vida. De hecho, sólo había salido de palacio tres veces. Una cuando aprendió a convertirse en lobo a sus cinco años y fue al bosque acompañado de los guardias reales. Salió de nuevo cuando cumplió los doce años y fue coronado como rey. En ese entonces recorrió en carruaje el reino, y otra cuando visitó el pueblo de Hoseok, hacía cerca de tres años.
Su vida era deprimente, pensó.
Una mariposa pasó cerca de allí, y se posó en su rodilla.
_Oye, ¿Tantos lugares para posarte y vienes a quedarte ahí? No me gustan los insectos- Se quejó, como si el animalito lo entendiera. Sin embargo, no movió la rodilla. Sólo se quedó quieto, recibiendo la brisa fresca en el rostro. Varias veces había imaginado que visitaba el mar, que jugaba en la nieve, que salpicaba en la fuente... Eran cosas que él sabía, jamás podría hacer. De hecho, una vez había tocado la nieve. Fue justo cuando se convirtió en lobo a los cinco años. Ya no recordaba nada de ese momento, pero las sirvientas del palacio, las personas que lo criaron, le habían contado muchas veces la misma historia a petición de él mismo.
Jungkook sacó una flauta de su bolsillo y se dispuso a tocarla, consiguiendo algo de paz, y logrando una especie de melodía zen que lo relajó de inmediato, mezclándose con el sonido de la naturaleza alrededor.
No pasó mucho tiempo allí. Solicitaron su presencia en el castillo sólo media hora después, y tuvo que abandonar su pequeño momento de tranquilidad y entrar de nuevo, ocultándose entre los muros que lo vieron nacer. Los muros que lo separaron siempre de la realidad.
De hecho, fuera del pueblo, la gente se preguntaba como era Jungkook. Los que lo habían visto, por haber sido criados del palacio o haber visitado lugares cercanos, aseguraban que era un joven mozo y tranquilo. Muy atractivo y fuerte.
También había gente que aseguraba que Jungkook tenía algún defecto físico que le hacía alejarse de todos y todo. Algunas personas decían que tenía una cicatriz horrible a media cara que le avergonzaba y que por eso no salía.
En realidad, lo que tenía Jungkook era una diminuta marquita casi imperceptible. Un pequeño rasguño que se hizo de niño, correteando por el jardín.
El caso era que Jeon estaba solo casi siempre y veía las mismas caras a diario. Aunque eso cambiaría cuando, aquel mismo día, Hoseok entró a su despacho con una pequeña chica, cuyos rasgos faciales le hacían parecer una niña.
_Jungkook, te presento a Min Soo Jeon, tu omega.
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.¿Por qué tengo tanta emoción con este fanfic? Es como si la escritora no fuera yo, como si otra persona lo escribiera y yo sólo me emocionara por leerlo. Es raro :v
Seme cuidan.
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Tu Rey «Jeon Jung Kook»
FanficLuego de la muerte del alfa Jeon, rey de Jegum, su hijo mayor, Jungkook, se ve obligado a heredar el trono, muy a su pesar. Sin embargo, los habitantes de aquel país comenzaron a considerar que, para que aquel joven se convirtiera en un poderoso gob...