Jungkook había despertado con migraña ese día. No quería hablar con nadie. No comió nada en el día entero, y no trabajó, aún si se sentía presionado.
Fue en la tarde cuando finalmente, se sintió mejor y salió de su cuarto.
HeeNa andaba merodeando en el castillo, mandando a todo y todos a su gusto. Incluso a Hoseok, quien, por tal de no tener problemas con ella, obedecía, aún siendo un rey.Jungkook caminaba por los pasillos del palacio, cuando escuchó la voz de su madre. No tenía ganas de verla. Aunque realmente nunca tenía ganas de verla.
Escuchó su voz venir de muy cerca. Probablemente si doblaba a la derecha en el pasillo, la encontraría.
_¡Rey Jeon, es hora de que comience a trabajar hoy! ¡Hay muchos compromisos atrasados y...!
Jeon corrió lo más rápido que pudo y se escondió en la primera habitación que encontró.
Mala idea. La primera habitación que encontró, ¡Fue la de HeeNa!
Los pasos firmes se acercaban, y, oh, si lo veía allí, ¡Tendría que abdicar e irse a vivir a Kazajistán para escapar de ella!
El closet fue lo primero que le vino a la mente: Debía estar casi vacío, ya que ella sólo estaba de visita.
Corrió y se escondió allí. Era irracional el miedo que tenía. Se encogió en el lugar e intentó no moverse demasiado.
Su sangre se congeló cuando sintió su boca ser cubierta por una fría y pequeña mano.
No gritó, porque se quedó sin voz, y el vello en su cuerpo se erizó cuando sintió un «Shhh» en su oído.
_Soy yo, SooJeon...- Escuchó.
Ahí sí que dio un salto.
_¿Pero qué haces aquí?- Chilló bajito, y ella volvió a cubrirle la boca.
_Me estoy escondiendo. Entré a la habitación de esa mujer sin querer, y cuando intenté salir escuché que te llamaba.Jungkook casi se rió.
_Me pasó más o menos igual...- Susurró bajo, y ellos se quedaron tranquilos y callados cuando, sintieron la puerta del cuarto ser abierta.
Se acurrucaron en el reducido espacio sin hacer ruido y se quedaron en silencio.
_¿Dónde estará ese niño...?- Escucharon desde fuera. Miraron por la rendija:
Ella estaba empolvándose la cara muy tranquilamente, sentada en la cama.No pasaron tres minutos cuando HeeNa salió de allí, volviendo a llamar al rey.
Sólo entonces, ellos se relajaron.
Se rieron bajito. Estaban huyendo de ella como si fuera la parca... Aunque sinceramente, con todo el polvo blanco que se había puesto, parecía una...
_¿Ya salimos?- Susurró la omega, bajito.
_Aún no, ella debe estar cerca. Oye, estás sentada sobre mi pie.
_Huy, con razón estaba tan incómoda- Rió y, con toda su calma, se sentó justamente, sobre los muslos del rey, con una pierna a cada lado, frente a él._¿Qué? ¿Tan bueno estoy?- Preguntó él, riéndose bajo, recibiendo un pequeño golpecito en la cabeza de parte de la muchacha
SooJeon suspiró y se recostó en su pecho, hundiendo el rostro en el cuello del alfa y apegándose a él.
Se quedó allí unos minutos, olfateándolo, hasta que Jungkook se apartó levemente y le miró.
_¿Ya podemos besarnos?
SooJeon casi se carcajeó.
_Rey torpe...- Murmuró, y tiró del cuello de la camisa que traía Jeon, para besarle profundamente.
Era increíble lo bien que se sentía besarle.
Acarició la bien formada espalda del alfa y sus fuertes brazos:
Jamás lo admitiría, pero siempre que él se acercaba, aprovechaba para manosearlo un poquito, porque bueno, ¿quién no lo haría?Y, bueno, Jungkook no se quedaba atrás.
Llevó sus grandes manos a los glúteos de ella, apretándolos con suavidad.
La besaba con pasión, como si se estuviese desquitando por algo.
La atrajo para besarle aún más. Sentía que no era suficiente, aún si estaban pecho a pecho.
SooJeon fue la primera en separarse, riendo bajito.
_Uhm... Creo que si seguimos por este camino HeeNa sabrá que estamos aquí.
Jeon se rió también.
_Tienes razón- Dijo, acariciando su cadera con gracia- Anda, vamos a salir. Hay que ir un rato al jardín, definitivamente, necesito aire fresco, aquí hace mucho calor.
_¿Lo dices por esto?- Preguntó ella, juguetona, llevando la mano a la hombría de Jungkook, sólo para molestarle. No pretendía comenzar algo en el armario de su “suegra".
_Omega pervertida...- Murmuró.
Estuvieron unos minutos más así, hasta que, por fin, salieron de allí.
Corrieron lejos de la habitación de HeeNa, como dos niños que habían hecho una travesura.
Se rieron bajito, y salieron al jardín.
Allí, SooJeon se transformó en una loba marrón, y comenzó a perseguir al alfa, quien no tardó también en quedar en sus cuatro patas, como un gran lobo negro.
Se persiguieron por los alrededores y se mordisquearon un rato.
Jugaban despreocupadamente.
SooJeon se escondía entre los girasoles medianamente crecidos, y Jungkook la encontraba de un salto, para volver a correr por todos lados.
Eran cerca de las seis de la tarde, cuando estaban tranquilos y cansados bajo el árbol.
Al menos SooJeon, porque el alfa llevan cerca de tres minutos persiguiendo su propia cola y gruñéndole a las mariposas.
La loba sonrió enternecida y se acercó a Jeon, olfateándolo y escondiendo el rostro en su cuello. Se acurrucó allí y le dio algunos lengüetazos por toda la cara.
Se sentía feliz. Muy, muy feliz.
Por su parte, hacía tiempo que Jeon no se sentía tan libre. Desde que había salido del castillo, más bien.
Y era extraño, porque, se dio cuenta de algo:
Fuera o dentro del palacio, se sentía bien, mientras SooJeon estuviese con él.
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.Importante:
Bien, bien, ya le hacía falta algo interesante a este libro jsjs
El lemon de esta historia no será explícito, pero sí va a ser narrado a medias.
Por cierto, voy a publicar ahora el “Preguntas y Respuestas”, ¿Okey?Oh, un pequeño aviso:
Estaba pensando en crear un grupo de Whatsapp, quien quiera unirse puede mandarme su Whatsapp al privado o ponerlo aquí ➜
Gracias por ir a seguirme, y estaba pensando en hacer un maratón... Pero, eso depende de ustedes... Si me van a seguir... Quizá lo piense mejor... No, mentira, les daré el maratón aunque no me sigan, saben que las amo😂, (Les avisaré cuando valla a hacerlo)
Seme Cuidan.
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Tu Rey «Jeon Jung Kook»
أدب الهواةLuego de la muerte del alfa Jeon, rey de Jegum, su hijo mayor, Jungkook, se ve obligado a heredar el trono, muy a su pesar. Sin embargo, los habitantes de aquel país comenzaron a considerar que, para que aquel joven se convirtiera en un poderoso gob...