Capítulo 7

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SooJeon le empujó levemente, separándose minutos después. Su respiración agitada como si hubiese corrido un maratón.

_¿Eso que fue?- Preguntó, levantando la ceja
_¿No fue obvio? Fue un beso, creí dejarlo claro.

La omega bufó, mirándole.

_¿Por qué lo hiciste?
_Porque quise hacerlo. Y te lo advierto. Lo haré cada vez que quiera.

Correcto, quizá no era la forma más bonita para dejarle callada.

¿A quién engañaba?

_¡Ja! Yo he querido matarte unas cuantas veces desde que entré aquí y no intento hacerlo cada vez que quiero.
_Serías ejecutada por regicidio. No te lo recomiendo- Habló, burlonamente.

Ella le hizo una mueca y fue directo a su habitación.

¿Que si estaba feliz? Estaba tan feliz que ni siquiera tomó en cuenta el beso del rey, ni la declaración que hizo después.

Por su parte, Jungkook se rió bajo.

SooJeon de por sí parecía una niña. Enojada, parecía haberse restado años. La molestaría con eso. Bastante.

_¡Valla, Kook!- Su particular primo le miró- Eres todo un hombre- Dijo, dándole un par de golpecitos en la espalda.
_¿Lo dices por el beso?
_¿Qué beso?- Preguntó el alfa más bajo, con confusión.
_¡Oh, nada, nada! ¿Por qué lo dices entonces?

Hoseok le miró de reojo y le señaló en una silenciosa advertencia.

_Me refería a tu anuncio al pueblo. Parecías todo un adulto ahí arriba.
_Soy un adulto- Le miró con obviedad.
_Bueno, señor adulto, ¿Con quién fue su primer homúnculo?- Preguntó, moviendo las cejas con gracia.

Jungkook hizo una mueca. La palabra "homúnculo" le daba asco, incluso estaba mal pronunciada. Se suponía que era ósculo.

_Besé a SooJeon- Dijo, caminando hacia la puerta del jardín.

Bien. Hoseok sospechaba eso.

No iba a mentir y decir que estaba feliz. Tampoco quería ser un mal primo... y amigo.

_¿En serio? ¿Y qué dijo?

El alfa más bajo tenía curiosidad, aunque muy en el fondo, pedía a todos los dioses del cielo que ella hubiese abofeteado a Jeon y hubiese salido corriendo, perturbada.

Realmente dudaba ello, pero, ¡Se vale soñar!

_¿Qué va a decir? Dijo que quería matarme y fue a su cuarto.

Hoseok hizo una fiesta interna.

Juraba que esa noche montaría un espectáculo festivo en su ducha. Incluido un pato de hule, con sombrero de cumpleaños.

_Oye, la chica no te quiere- Dijo, mirando a Jungkook, quien se había sentado a la sombra de un sauce.
_Lo sé, Hoseok. No me lo recuerdes. Ella suele ser un terrón de azúcar con todo el mundo, incluso a veces lo es conmigo. Pero no voy a dudar que tiene su carácter.

Suspiró profundamente.

Y, segundos después chilló estrepitosamente y de forma increíblemente aguda, cuando vio una rana mirándole sigilosamente desde la fuente.

Hoseok estalló en risas. Bien. El espectáculo en la ducha incluiría un rana de juguete para reírse también de la cobardía de su primo.

_¡Cuidado, Jeon, no valla a ser que abra su boca y te triture con sus filosos dientes!

El rey le miró como si le fuese a matar.

_Sólo... Aléjala, ¡Aléjala!- Pidió.

Él iba a trepar por el árbol con las uñas si seguía viendo al animal inflar la zona bajo su boca.

_¿Si la acerco un poquito a ti, qué me haces?- Preguntó, burlonamente Hoseok.
_Te voy a lavar los dientes, ¡con un acha!

El castaño se carcajeó, y con una ramita empujó al tozudo animal, que indignado dio un par de saltos lejos de ahí.

_Ni una palabra de esto a nadie. O de verdad mañana despertarás con una rana en la boca.

Hoseok le miró con una sonrisa.

_Eso no sería tan malo. Las ancas de rana son un codiciado platillo por acá.

Jeon le miró con terror, como si de pronto le hubiese salido otra cabeza.

_¡JUNG HO SEOK!

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Luego se haberse mentalizado y repetido a sí misma que no asesinaría al rey, SooJeon salió al balcón. El paisaje era encantador.

El silencio era respetado en aquel palacio.

Silencio que fue interrumpido segundos después por un chillido agudo.

Miró al sauce junto a la fuente y casi escupió un pulmón riéndose cuando miró a Jeon gritar, afeminado, por algo entre la hierba.

Hoseok estaba allí también, riéndose.

Lo molestaría con eso hasta que muriera.

Le miró chillar horrorizado, disfrutando del espectáculo.

La maldad iba a consumirla a ese paso.

Miró a Hoseok también. Le agradaba ese chico. Casi tanto como Jeon.

Sin embargo, SooJeon tenía que admitir dos cosas:

Jungkook le daba más diversión en un minuto que todas las demás cosas en toda su vida.
Y también... Era el único capaz de hacer que su corazón quisiese salirse de su pecho, con sólo un beso.

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Uhm... Sé que esperaron mucho para esta minucia de capítulo, y estoy triste por solo poder darles esto. Lo pude publicar porque, no se ni como, adiviné la clave de la WiFi del vecino.
Prometo publicar un capítulo más largo y bonito para la próxima, ¿Perdónenme, sí?

Seme cuidan.

Tu Rey «Jeon Jung Kook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora