Tu Rey «Jeon Jung Kook»

Capítulo 6

Jeon estaba sentado en su estudio otra vez, dando pequeños golpecitos en el característico agujero del escritorio.

_¿Oye?- Dijo una voz que hacía una semana, venía escuchando bastante- ¿Me mandaste a llamar?- Preguntó ella.
_Sí, necesito hablar contigo. Es debido a que algo ha estado molestándome y tengo que resolverlo...- Murmuró el pelinegro, acomodándose la corona, que comenzaba a darle dolor de cabeza como nunca.
_En realidad también necesitaba hablar contigo.
_Lo que sea que tengas que decirme, estoy seguro de que lo mío es más urgente, SooJeon.

Ella guardó silencio. Jungkook lucía nervioso así que lo dejó expresarse.

_Bien, te escucho- Dijo.

Jeon se levantó de su escritorio y caminó de un lado a otro, nervioso.

_Bien, escucha- Dijo- Jin ha hablado conmigo y he llegado a una conclusión: No voy a dar el comunicado real de “nuestra relación” mediante un papel. Voy a hablar en el balcón.

Ella le miró, expectante.

_¿Eso es... Malo?
_Nunca le he hablado al pueblo. ¡Nunca han visto mi rostro...! No saben quién soy... Y ahora no sé qué hacer.

SooJeon le miró, incrédula.

_Bueno, ya era hora de que dieras la cara.
_Tú vas a estar conmigo ahí, ¿Verdad? Es decir... Eres la “reina”.
_Bien, no tengo muchas opciones. Sí, estaré- Se rió bajo.

Jungkook bajó la cabeza, inseguro.

_Iré a vestirme- Dijo ella, suspirando. La corona estaba un poco caída de un lado.

SooJeon se acercó y la tomó con suavidad, ubicándola donde debía estar, por acto de reflejo.

_Gracias- Sonrió, revolviendo su cabello levemente, a lo que ella chilló, fingiendo estar indignada.
_Entonces, dime, ¿Qué tipo de... cosas... debe hacer la reina?
_Estar al lado del rey, coquetearle al rey, sonreír al rey, obedecer al rey.

Ella levantó la ceja.

_La vida de la reina gira en torno al rey- Se rió- Lástima que yo no sea una verdadera reina. O gracias a dios que no lo soy, por dios, no podría tener vida propia.

Jungkook entrecerró los ojos.

_Nunca he escuchado a una reina quejarse en cuanto a eso.
_¡Ja! ¿Qué van a quejarse las pobres? ¿O con quién? ¿Con el rey? Debe ser deprimente.

Jeon se quedó pensativo, y, ahora que interiorizaba las palabras... ¡Era cierto!

Habían muchas cosas a las que él estaba ajeno. Se había limitado a pensar que todo era color de rosa, tal y como le enseñaron desde que tuvo fundamento.

_¿Cómo es la vida de la gente en el pueblo?- Le preguntó a ella, en cuanto la vio salir de su habitación. Llevaba un vestido de seda color carmín adherido a su cuerpo, resaltando su delgada y bien formada figura. Un vestido bermellón muy fino, que había sido fabricado por los telares reales sólo para ella.
_Supongo que... Normal. Ya sabes, no todos los días uno puede tener una buena comida, y no todos tienen buena casa. Los mercados en general son una estafa. Las viudas y huérfanos no tienen posibilidad de comprar buena comida y accesorios allí, así que tienen que buscar su propia comida.
_Buscar... ¿Su propia comida?- Habló el alfa  sorprendido- ¿La gente ahí fuera busca su propia comida?
_Ja, Jungkook, no todos tienen a los mejores cocineros del país a su disposición. La gente vive su propia vida y hace sus propias cosas. Si esperamos que alguien las haga por nosotros, morimos de hambre- Dijo, con simpleza.

Jeon estaba anonadado.

_Quisiera ir a visitar el reino algún día.
_Ahora que lo mencionas... Extraño mucho a mi familia... Me gustaría que fuésemos por allí... Ya sabes, si es posible.

El alfa asintió.

_Vamos a la torre. Es hora de dar el comunicado- Dijo.

La omega asintió y juntos caminaron hasta allí.

Jeon respiró profundamente, nervioso antes de apretar los puños. Sintió una caricia en su mano izquierda. Miró a SooJeon, quien le acomodó la corona y peinó con la mano sus cabellos un segundo.

Entonces  se sintió seguro.

Sonrió y, firmemente comenzó a caminar hacia el exterior del balcón.

Y, tan pronto ambos fueron visibles para la muchedumbre reunida, un mar de murmullos y exclamaciones se levantó en todos los habitantes.

_¡Pueblo de Jegum!- Dejó salir con una fuerte voz, que no sonó agresiva, más bien, aterciopelada. SooJeon apretó su mano, dándole confianza- ¡He decidido que ha llegado la hora de dejar de vivir en la soledad, dentro de estos muros que por tantos años me separaron de mis súbditos! He encontrado por fin, una persona que me acompañará por el resto de mi vida. ¡Pueblo de Jegum! ¡Saluden a Su Majestad, la reina Min Soo Jeon!- Dijo, y la algarabía de los ciudadanos no se hizo esperar.

Todos estaban muy entusiasmados. Aunque algunos no dejaban de hablar sobre lo apuesto que era el rey, y lo emocionados que estaban de estar escuchándolo... Y viéndolo.

_He decidido hacer algunos cambios. Según me ha informado Su Majestad, la reina Min Soo Jeon. Algunos de ustedes, mis queridos súbditos, no tienen buenas opiniones sobre los precios en los mercados. Hay ciudadanos desventajados, ancianos, huérfanos, viudas, que no son capaces de comprar su comida y mantener sus hogares. Por eso, el primer decreto real que sale realmente de mi boca, delante de todos ustedes es, que se hará una revisión, casa por casa, para revisar la situación de cada uno de ustedes, ¡Aquellos que tengan una mala situación monetaria o familiar, recibirán una ayuda económica considerable, para poder mantenerse! ¡Y, los niños huérfanos que piden limosna en las calles, serán remitidos a orfanatos que comenzarán a construirse desde hoy mismo!

Aplausos y voces llenas de júbilo inundaron el pueblo. Todos estaban muy felices, y agradecidos con el rey  Jungkook.

Jeon suspiró. Dijo algunas palabras más, y, aún con sus manos temblando, entró al castillo de vuelta.

Un silencio bastante inquietante se hizo, y luego un chillido emocionado se escuchó por parte de SooJeon.

_¡Gracias, gracias por tenerme en cuenta!- Dijo, feliz. Ahora sus amigos tendrían qué comer y no necesitarían seguir haciendo tanto sacrificio para llevar algo a la mesa en la noche- Eres un buen rey, Jungkook- Sonrió  despeinándolo y jugando ligeramente con su corona.

Jeon, mirando a la muchacha, llevó sus manos a donde se encontraban las de la omega, en la corona sobre su cabeza y las tomó.

_Tú eres una buena niña- Rió, aún tomando sus manos.
_No soy una niña.
_Tienes razón. No lo eres- Fue lo último que dijo antes de atraer a la muchacha a un profundo beso.

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Ah, perdonen por demorar tanto en actualizar. No he tenido internet y además, los roles Kookmin de Whatsapp me han absorbido jsjs
También he estado escribiendo nuevos proyectos y eso me ha quitado tiempo.
Si alguien quiere que le dedique un capítulo o algo así, no dude en decírmelo.
Aiooooo~

Seme cuidan.