Capítulo 23

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_Entonces...- Dijo Hoseok, tomando el té, con el par de mujeres. 

Si las miradas mataran, ellas ya serían esqueletos.

Había un silencio horrible en la habitación. ¡Horrible! De esos que dan ganas de morir de un infarto ahí mismo en la silla.

El Rey Jung comenzó a cuestionarse si debió poner cianuro en su propia bebida.

_Sí, ya entendí, su majestad HeeNa la trajo como “presente” para Jungkook- Murmuró SooJeon.
_Ningún presente. Soy una mujer.
_Defectuosa, pero mujer...- Murmuró el alfa.

JinHa, cansada de las insinuaciones del muchacho, le miró, furiosa.

_Disculpa, ¿Tienes algún problema conmigo? Podemos resolverlo de una forma tranquila
_Si con “tranquila” te refieres a la tranquilidad a la que reaccionaste a la abeja, no gracias.

JinHa le miró, furiosa. Sus pupilas estaban a punto de emitir rayos láser y tostar al alfa.

_Bien, eso no importa. El caso es que, yo soy su prometida. Y tú- Señaló a SooJeon- Sobras, mamacita.
_Apuesto a que Jungkook no piensa lo mismo. No estoy en su cama porque me parezca cómoda, bonita.

La falsa amabilidad en sus ojos casi gritaba “¡Significa peligro!”

_¿Estás insinuando que tú y Jun...?
_No, no lo estoy insinuando. Lo estoy afirmando

Quizá SooJeon estaba hablando con veneno, pero le daba igual. Cuando se trataba de defender algo suyo, la clase se le iba a los pies. Ella se volvía una fiera, lista para tragarse a cualquiera. Menos a JinHa. Estaba tan huesuda que se iba a indigestar.

_Esto es... indignante, ¡Le diré a HeeNa que...!
_Yyy... Tiempo de terminar la plática- Interrumpió Hoseok, sonriente. Su sonrisa denotaba miedo, y se notaba a larga distancia- Se terminó el té, gracias por participar, muchas gracias, vuelva pronto- Dijo, empujando a JinHa fuera del cuarto. Miró a SooJeon y le dedicó un guiño, antes de salir con la omega, a empujones.

_¡¿A ti qué diablos te pasa?!- Gritó ella, una vez en en jardín- ¡Eres un imbécil! ¡¿Por qué me sacaste de ahí?! ¿No entendiste que era una conversación importante? Debí decirle sus verdades en la cara a esa...

Hoseok siseó, en un intento de hacer callar a la parlanchina mujer.

_Dios mío, sí que hablas. Hablas tanto que mareas. Puedes trabajar en el ejército. Cuando haya algún criminal que deba confesar, basta con sentarte frente a él, darte cuerda, y el pobre infeliz confesará todo lo malo que ha hecho desde el día en que nació.

Ella lucía muy, muy molesta.

También un poco avergonzada, pero no se le notaba. La rabia era mayor.

_¡¿Quién te crees que eres para insultar a la prometida del rey?! ¿No sabes que es una falta de...?

Hoseok se cansó de oírle parlotear y le cubrió la boca con la mano.

_Ya, ya. Vamos, acompáñame, tengo que contarte algo.

Ella frunció el ceño. Aún si continuaba indignada, su curiosidad (o mejor dicho, su lado chismoso) era más grande.

_¿El qué?

Había perdido la molestia en sus ojos, y por alguna razón lucía bonita.
Como una niña pidiendo que le cuenten un cuento antes de dormir.

Al menos así la veía Hoseok.

_Mira, JinHa- Comenzó a hablar el alfa, caminando por en jardín- Jungkook prácticamente ha vivido solo desde que tiene memoria. Su madre, HeeNa, no le quiere, y eso es más que obvio. Cuando el pueblo de Jegum comenzó a exigir que abandonara su soltería, SooJeon fue una opción válida para fingir ser su mujer. Quizá si hubieses llegado antes, hubieras sido tú.
_Entonces... ¿Ellos no tienen una relación en verdad?
_Escucha. Déjame hablar- Respiró hondo- Han pasado cuatro meses ya desde que la farsa dio inicio. Ellos se han ido conociendo. SooJeon ha sacado a Jungkook al mundo exterior. Le ha mostrado lo que significa tener una familia. Le ha hecho recordar qué es la diversión, la libertad. El sentirse útil, y amado.

JinHa escuchaba atentamente. No le gustaba por el camino que iba.

_Entonces... Sí tienen una relación.
_Ellos hasta ahora no han formalizado realmente nada, pero ya han atravesado los límites de ser “enamorados”. Han pasado el celo juntos. Ellos duermen juntos todas las noches, y se tratan como una verdadera pareja. Solo falta que al cabeza hueca de Jungkook se le ocurra proponerle algo real.

La muchacha con destellos rubios comenzaba a entender mejor.

_Entonces... Yo...- Susurró- ¿Soy... “la mala”?
_Detesto decirlo, pero sí.

En realidad no detestaba decirlo, le era indiferente.

_Yo no...
_Eres sólo un peón que está usando HeeNa para interferir en su relación, porque no le agrada que SooJeon no sea de una familia influyente.

De pronto, la culpabilidad le invadió.

Estaba siendo usada de la peor manera.

_No tenía idea de nada de esto...- Susurró- Pero... no puedo hacer nada.

Hoseok frunció el ceño.

_¿Cómo que no puedes hacer nada? ¿Y si le dices a HeeNa que no lo harás, y punto?- Preguntó con obviedad.

JinHa bajó la vista al suelo.

_SooJeon... Esa chica tiene razón. No soy más que un presente. Un regalo. Mi padre me ha regalado al rey y tengo que obedecerle ¿Sabes? Para eso fui educada. Y yo... yo debo hacerlo. Debo casarme con el rey.

Hoseok le miró. No con lástima, pero sí con comprensión.

Él, más que nadie, entendía el significado de ser educado desde pequeño para un propósito que no le agradaba.

Sin duda haría infeliz a su primo. Y a SooJeon.

_Oye, JinHa- Le miró.
_¿Uh?
_Tengo una idea.

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El caos se había adueñado del despacho de Jungkook.

Estaba conversando animadamente con SooJeon cuando HeeNa entró como un torbellino al cuarto.

_Rey Jeon- Dijo, con engañosa calma- Ha hecho sentir mal a su prometida, ¡Y eso es algo que un caballero no haría!
_Disculpe, Majestad HeeNa, pero yo no la he ofendido ni nada parecido. No tengo idea de lo que le ha sucedido. No he salido hoy de aquí.
_¡Miente!- Se atrevió a acusarlo la mujer- Usted la ha rechazado. Todo por esta...- Miró a SooJeon con todo el desprecio habido y por haber en el mundo- ... esta niña sin educación ni principios.
_Su Majestad, no se refiera así a mi ome...
_No, Jungkook, ya basta- Alzó la voz ella. Era su límite. No iba a dejarse humillar por aquella vieja con más apéndice que cerebro- Con todo respeto, Su Majestad HeeNa, usted dice que yo no tengo educación ni principios, ¿No? Pero, ¿Cuáles son los suyos?
_¿Cómo se atreve...?
_¿Su educación se basaba en qué? ¿Cómo servir té sin derramarlo? ¿Cómo caminar con un libro sobre la cabeza? Apuesto a que nunca aprendió a cocinar, ni a limpiar. Nunca ha cultivado ni un hierbajo por sí misma. Usted no sabe lo que es educación. Y ¿Dice que yo no tengo principios? No soy yo quien he dejado a mi hijo solo toda la vida y aparece una vez al año ¡sólo para dar problemas!

La mano de HeeNa se levantó, furiosa, lista para abofetearla.

Pero una mano aún más grande, y fuerte, se levantó, para sujetarla, deteniéndola en el aire.

_Oh no. Claro que no- Dijo Jungkook. Sus ojos rojos en rabia- Usted no va a tocar a mi mujer.

HeeNa vio entonces que en los ojos de Jeon ya no había la sumisión y el  miedo al que estaba acostumbrada.

Él estaba furioso, y dispuesto a defender su territorio.

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¿Tons qué, mami? ¿Sí les gustó el capítulo? Ya era hora de que la bruja del setenta y uno probara de su propia medicina

Gusbai

Seme Cuidan.

Tu Rey «Jeon Jung Kook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora