—¡Estás son las mañanitas que cantaba el Rey David!— mi familia entera había entrado a mi habitación cantando desafinadamente, mi papá, hermana, madre y abuela me despertaban como siempre en este día.
—¡Basta! Son las 8 de la mañana— me quejé cubriéndome
—¡Cathy! Despierta ya— decía mi madre jalando mi cobija
—Hermana, no vine hasta acá sin razón— brinco Gaby sobre mi. La verdad es que mis ánimos estaban en el suelo, a la única persona que quería ver en mi cumpleaños no estaría y eso me estaba partiendo el corazón.
—Cat, hay alguien esperándote abajo— dijo papá guiñándome un ojo, lo miré con esperanza y asintió, sin siquiera pensar, agradecer o detenerme baje las escaleras con rapidez.
—Joe...— dije desanimada, pobre Joe, cada vez era más difícil sentir algo por él
—Hola mi amor— el ramo de rosas que traía en manos era gigante y su sonrisa abarcaba casi toda la pequeña entrada a mi casa.— ¡Feliz cumpleaños!— se acercó para besarme
—No...— me cubrí— no me he lavado los dientes— excusé— espera— hice un movimiento con mi dedo y subí corriendo las escaleras donde mi familia se ocultaba ridículamente, les sonreí y volví a mi habitación mientras los veía bajar y escuchaba a mi madre recibir a Joe y hacerlo pasar a la sala.
No había pasado mucho desde el día en que Jessica me atacó, Jake y Chris corrieron detrás de mi y llegué a mi departamento y me encerré en el, no he vuelto a hablar con ninguno y tampoco lo he intentado, no quiero verlos, escucharon a Jessica atacarme y no hicieron nada por mi, ahora sólo me quedaba Joe y la verdad no sería por mucho tiempo.
También cancele mi renta del departamento, si me iría en unos meses no había razón de estar pagando el lugar, logré que mi jefe me transfiriera a las oficinas de Inglaterra sin problemas, todo se acomodaba, pero el hueco en mi corazón estaba haciendo estragos conmigo.
Me bañé y vestí, esta vez tendría que elegir el vestido yo al parecer, opté por uno blanco de manga larga y tacones rosa pálido para el desayuno, de los del cóctel y el baile mi abuela siempre se encargaba... maldito 25 de noviembre... no puedo creer que haya pasado un año ya.
—Oh, Cat... te ves hermosa— dijo mi abuela, feliz por el hecho de que hoy no recitaría las malditas oraciones
—¿Tienes los vestidos de la tarde?— la miré con fastidio— no quiero volver como él año pasado
—Oh, este año no haremos el ritual, ya tienes novio, y uno muy guapo— añadió— y Gaviotita también tiene novio y vendrá hoy— afirmó mi abuela para mi sorpresa.
—No lo sabía, Gabs— la miré impresionada
—Nunca preguntaste— sonrió sonrojada
—Nos vamos señoritas... suegro— dijo Joe, mi padre le hizo un mal gesto
—Charlie está bien— lo informó— Chris es el único que puede llamarme "suegro", galán— salió de la casa y miré a Joe con algo de pena
—Bueno, Chris ya no está más— susurró pero logré escucharlo y deje de sentir pena
—No hables así de Chris, Joe— lo reté una vez en su auto, como siempre, no cabía en el Mini Cooper de mi mamá.
—El no está aquí, ¿por qué demonios lo defiendes?— preguntó enojado, este maldito día siempre sería igual
—¡Porque es mi mejor amigo!— le grité de vuelta
—Si fuera tu mejor amigo estaría aquí hoy, Catherine— me callé, mis ojos se llenaron de lágrimas y todo me dolía ahora. No hablamos más durante el camino hasta llegar a casa de Valerie donde tomó mi mano y sonrió como si nada hubiera pasado.
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Catherine
RomancePrimer libro de la serie "Catherinette" Todos los 25 de noviembre en francia se celebra la festividad de Santa Catalina... patrona de los sombrereros, pero eso no es todo. Las mujeres mayores de 25 años que sigan solteras, llamadas "Catherinettes"...