¿Fin?

218 23 42
                                    

—Wow, wow, wow, eso no pasará, galán— me detuvo Chris

—Quiero que me dejes sola— le dije intentando separarme de él

—No dejare que te vayas— miró mal al chico quien tomó de vuelta su casco

—Oye ¿Quieres que llame a la policía?— preguntó temeroso del tamaño de mi mejor amigo, negué— Bien... me voy— y tan rapido como había llegado se había ido

—¿Enserio no puedes dejarme disfrutar un poco este día de mierda?— lloré caminando intentando alejarme de él de nuevo

—Gatito— susurró

—¡No! Es que estoy harta que sólo cuando les gana su lastima por mi me apoyen— lo empujé— tienes semanas sin hablarme y ¡te he rogado que lo hagas!— acusé— No puedo ya con esto, pierdo mi dignidad día a día intentando que vuelvas a mi, porque no entiendes cuánto te necesito— mis lágrimas ya salían libres mientras explotaba diciéndole todo a Chris.

—Cat... yo...— lo silencié con una mano

—No digas más— me limpié las lágrimas con el dorso de mi mano— enserio no necesito una falsa disculpa.— me alejé sin que él me siguiera hasta llegar a la cafetería donde siempre comíamos crepas, el hecho de no traer zapatos definitivamente me estaba afectando y tenía frío.

—Hey...¿Qué tienes Cat?— pregunto nuestro ya conocido mesero— ¿Quieres que le llame a Chris?— me reí llorando un poco más

—No... sólo tráeme un café ¿si?— pedi sin mirarlo, debería ser un desastre

—C-claro— tartamudeó pero se alejó.

Definitivamente todo iba terriblemente mal, necesitaba a Chris más de lo que necesitaba a Joe o a Jake, lo extrañaba tanto que dolía pero cada vez que le pedí que me perdonara me ignoró, no sabía si sobreviviría a una vida sin él pero estaba a punto de averiguarlo. Un abrigo con fuerte olor a loción conocida se situó en mis brazos y automáticamente sentí algo de calor que calmó los temblores de mi cuerpo.

—Te dije que me dejarás— acusé aceptando el abrigo

—Te venía a pedir disculpas— su mirada era sincera y sus verdes ojos podían hablar por él

—Pídelas entonces— contesté justo cuando nuestro mesero se acercaba.

—¡Chris! Apenas iba a llamarte— lo miré acusadora— lo siento Cat, pensé que te habían asaltado o algo— dijo preocupado y negué con una sonrisa

—Gracias hermano— lo despachó Chris con una palmada en el hombro. Bebí del delicioso café

—Cat... gatito, lo siento... no soporto estar otro segundo lejos de ti— admitió y lo miré— claro que me enoje y hasta la fecha me siento molesto, pero... necesito que me perdones y hacer un maratón de películas de Jim Carrey— tomó mi mano que no sostenía el café— te irás a Gran Bretaña y yo ¿qué haré sin ti?— Pensábamos lo mismo, sonreí ante la idea.

—Me convenciste con el maratón de películas— le dije y la presión en mi pecho disminuyo considerablemente.

—Incluiré churros— sonrió

—Bien, Es un trato— su sonrisa se ensanchó y amarré mis brazos a su cuello en el abrazo que tanto necesitaba en este momento.

—¿No estás llorando verdad?— negué sin poder hablar ya que mi voz saldría cortada por las lágrimas acumuladas —Mi gatito— me abrazó más fuerte, Dios mío, cuanta falta me había hecho.

Volvimos a la fiesta de las Catherinettes, Jake nos esperaba en la puerta y decidí que lo mejor sería seguir ignorándolo, no quería más problemas hoy.

CatherineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora