Tomás.
— ¿quién es Mauro?
pregunté y su cara cambió por completo, sus ojos volvieron a ser los tristes de siempre y un largo suspiro provino de su boca, de seguro no quería hablar, sino quería decirme su nombre, menos contarme una historia.
— no voy a hablar de eso...
— deja de guardarte las cosas pendeja, un día vas a explotar de verdad — le advertí — descárgate conmigo, te dije que podes confiar en mi y no veo otra opción para que lo hagas, vos misma dijiste que estabas sola.
— gracias por recordarmelo.
— si estás sola es porque querés reina, tu hermano intentó que te vayas con él y lo destruiste, el pibe del otro día que vino a...
— el pibe del otro día es un hijo de puta — me interrumpió, ese tono lleno de bronca volvió — ¿por qué tanto interés en que te cuente mis cosas?
— porque vos me interesas y al parecer tuvimos que coger para que te des cuenta.
— fue un error. — dijo seca y yo la miré de mala gana — cogimos porque me pelee con mi hermano y estaba mal y fue la única forma que encontré para poder descargarme.
— sos una mierda y yo un pelotudo.
le dije y comencé a vestirme, no podía entender como a veces se transformaba en una bestia. tendría que haberme esperado esto. ¿cómo ella iba a tener ganas de estar conmigo? claramente me había usado. hace horas vi como maltrato a su hermano por no hacer lo que ella quería. H tenía razón, esta piba me iba a llevar a la perdición. y yo ya había caído en sus ruinas.
— ¿qué, te vas?
— che ¿por qué no vas al psicólogo? — le pregunté de mala gana y ella frunció el ceño — digo, porque estos cambios de humor que tenes me tienen bastante podrido.
— habló, el que un día es un chamuyero y al otro tremendo forro.
— es verdad, tremendo gil soy — respondí cuando termine de ponerme la remera — segui alejando a todo el mundo, que te vas a morir sola en esta pocilga.
— te estoy protegiendo imbecil.
me habló otra vez y supe que no quiso confesarme eso, yo detuve mis pasos y me quedé quieto en el comedor, me acordaba de las palabras de su hermano cuando le decía de volver a empezar para poder relacionarse con gente que no terminara muerta después; y al recordar lo que dijo Ysy, voltee a verla, estaba cruzada de piernas en la cama como un indio y tapada con las sábanas, destruida.
— ¿quién es Mauro? — insistí.
— basta, no preguntes más, no querés saber.
— si quiero mecha, porque te quiero querer a vos, pero me lo haces imposible flaca, cada paso que doy me pegas con algo ¿tan mal te caigo que me empujas?
— justamente porque mal no me caes es porque intento alejarte, fue un error haber aceptado empezar a trabajar con vos, mira como terminamos, cogiendo.
— vos te me tiraste encima, te recuerdo.
— te dije que necesitaba descargarme...
— ¿sabes qué? — me cansé, me cansé de sus idas y vueltas — yo también, la verdad que quise que cojamos porque hace bastante que no la ponía y bueno, justo te me tiraste vos y en tiempos de guerra, cualquier agujero es trinchera.
— bue, sos un resentido.
— ¿y vos? — pregunté irónico — te pregunto quien es Mauro y me atacas, diciéndome que solo me usaste para descargarte ¿por qué mierda no tenes los ovarios para decirme que era tu novio y lo mataron por eso?
bueno, yo también soy una bestia a veces, no quería convertirme frente a ella, porque no sé quién ganaba en animal, enojado. pero ahora ella me miraba con odio y yo me arrepentia por haber abierto la boca y hablarle de ese modo.
— ¡andate ya mismo de mi casa!
— uh, boluda, perdón, pasa que...
— ¡tomatela te dije! — gritó y yo suspire — y no te preocupes en volver mañana, no quiero trabajar más con vos.
— ¿qué?
— conseguí una C90 a siete lucas, yo te avisé que era hasta que consiga una moto.
— yo pensé que...
— ¿qué? — rió irónica — ¿qué iba a enamorarme de vos y terminaríamos trabajando juntos para siempre? ni en pedo.
— bueno, bien que hace unos minutos gemias mi nombre y en pedo no estabas.
— no sabemos nuestros nombres.
— es una forma de decir... — dije ya harto de la situación — ¿posta mecha? no hables en caliente, te podes arrepentir.
— sí, posta. — afirmó — ya no te necesito.
.
bueno, medio corto el cap, ojalá les esté gustando la novela.
Almavieja.
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ruinas | cro y cazzu
Fanfictionla calle me habla y yo no puedo decirle que no, las pulsaciones se me calman cuando estoy con vos.