28.

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Tomás.

me partía el corazón y el alma dejar a Julieta sola en su casa, cuando ya me había acostumbrado a dormir con ella; pero ahí es el primer lugar donde Lucas me buscaría después de desaparecer de la joda a la cual me había obligado ir y de seguro que fue porque sabía que ella tenía una entrega ahí y quería que me viera con otra mina y terminar de arruinar todo. pero no lo logró. ella me entendió y nos amamos una vez más.

entre a la casa de H sin hacer mucho ruido pero fue en vano la precaución que tome ya que él estaba sentado en el sillón inhalando cocaína; lo había perdido, mi hermano ya no existía más, ese que estaba ahí perdiéndose en la droga no era él, era una versión que estaba a punto de cagarme la vida y en parte era mi culpa que él se haya perdido a sí mismo, le había arrebatado a su propia sangre y eso lo había destruido por completo, haciendo desaparecer a mi mejor amigo para siempre.

— ¿dónde estabas? — preguntó cuando agarre una cerveza de la heladera — y no me digas que con la morocha porque ella fue quien me avisó que habías desaparecido.

— puta de mierda. — murmure, pero me escucho — fui a caminar, me estaba ahogando ahí dentro.

— y puedo confiar más en una puta que en mi propio amigo ¿la fuiste a ver, no?

— sí Lucas, la fui a ver. — le respondí, me había hartado la situación — amo a mecha y ella me ama a mí y vos no sos quien para intentar separarme de ella, si realmente fueras mi amigo...

— si realmente fueras mi amigo no hubieses matado a mi hermano. — no me dejó hablar, últimamente no me dejaba hacerlo — te dije que si la seguías viendo la iba a matar, no voy a darte muchas oportunidades.

— ¡pero no maté a Sol! — grité — ¡¿qué querés, qué la dejé y me pierda en la droga cómo vos?! ¡yo no quiero ser un miserable toda mi vida!

— sos más que un miserable, sos un asesino Tomás y es la última vez que te lo digo, dejas de ver a mecha porque sino la próxima vez las vas a ir a visitar al cementerio.

— déjame despedirme aunque sea... — rogué, quería avisarle del viaje pero no podía, su cara ya se había trasformado y sus ojos llenado de bronca — déjame verla una última vez, necesito despedirme.

— yo no pude despedirme de mi hermano, vos no vas a poder despedirte de ella.

terminó de decir y subió las escaleras para dirigirse hacía su habitación. me ardían los ojos de tantos apretarlos.

agarré mi celular y rápidamente le envié un mensaje a Julieta.

tenía que esperar a escuchar a Lucas roncar, lo cual no iba a tardar mucho gracias a la cantidad de alcohol y droga que llevaba encima

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tenía que esperar a escuchar a Lucas roncar, lo cual no iba a tardar mucho gracias a la cantidad de alcohol y droga que llevaba encima.

— perdóname hermano...

murmure mirando la puerta de su habitación; agarré la plata que estaba juntando para en algún momento salir de la villa, la pistola de H y las llaves de mi moto para después salir de la casa e ir a buscar a Julieta.

— ¡Tomás! — exclamó al verme estacionar la moto en su puerta, ella ya estaba fuera, con su mochila colgada en su espalda y sus piernas temblando de frío, corrió a impactar su cuerpo contra el mío y así abrazarme fuertemente — pensé que te había pasado algo...

— le pedí que me dejé despedir de vos pero no quiso hacerlo, así que me escapé. — me encogi de hombros, la situación con mi hermano, me estaba haciendo mierda, cada día un poco más — ¿vamos, amor?

Julieta se limitó a asentir y se colocó el otro casco antes de subirse a mi moto. eso era lo que sentía por eso, amor. eso era lo que H intentaba arrebatarme, el amor de mi vida. él quería sabotear una relación de dos personas que se amaban. un amor de verdad. que hoy en día ya es difícil poder coincidir y él estaba arruinando eso, olvidándose de las reglas del destino. porque si nosotros nos encontramos fue por una razón, para reanimar nuestros corazones, para aprender a amar juntos. y ahora que habíamos aprendido, mi ex mejor amigo estaba tratando de arruinarlo todo. y al hacerlo, me estaba arruinando a mí.

— ¿dónde vamos, Romeo? — solté una pequeña risa al escuchar como me había llamado y la verdad es que sí, nuestra historia de amor estaba llena de drama, así que podríamos compararnos a la perfección con esa pareja, que sí la conozco es gracias a las películas porque leer no se me da muy bien. — hace más de dos horas estamos en la ruta...

— pensé en llevarte a Neuquén, pero de seguro que es uno de los primeros lugares a los que me va a ir a buscar H así que... — solté un largo suspiro y bajé un poco la velocidad con la que conducía al sentir sus brazos rodear mi abdomen y apoyar su cabeza en mi — vamos a ir a la costa.

— ¿con este frío?

— yo te saco el frío si querés... — bromee — quiero ir a Sierra de los Padres, está lleno de cabañas, así que lugar para quedarnos vamos a encontrar seguro.

— traje todos mis ahorros... — comentó y asistí con mi cabeza, todavía quedaban dos horas más de viaje y lo peor era llegar e intentar conseguir hospedaje — ¿estás seguro que querés hacer esto? porque es una locura...

— ¿ya te arrepentiste?

— yo no, pero si todavía querés volver hay tiempo antes de que H se de cuenta que no estás... — tomó aire, su voz temblaba, estaba más que asustada y yo también, nunca lo había visto a Lucas así y en este estado no sabía lo que era capaz de hacer — si quiere lastimarme yo no tengo nada que perder pero, sí a vos te hace algo yo te juro que me muero Tomás, así que ¿realmente querés hacer esto?

— ya lo estoy haciendo, quiero estar con vos Julieta, te amo.

— pero yo soy solo una piba de la villa y H, es tu hermano a pesar de todo.

— vos no sos solo una piba de la villa. — la rete por tirarse abajo — sos el amor de mi vida...

— y vos el mío...

— y no, ese H de ahí, ya no es mi hermano...

ruinas | cro y cazzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora