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Tomás.

leía y releia los mensajes que me había enviado Julieta a diario, hasta hace dos semanas. una lágrima rodó por mi mejilla al recordar el principio, el como nos conocimos y el como terminamos.

decidí archivar el chat para que Lucas no pueda leermelo y me levanté de la cama para ir a buscar un porro y empezar a fumarmelo, pero ni siquiera las flores, hacían que me olvide aunque sea por un minuto de ella.

— ¿qué onda? — saludé a H cuando lo vi sentado en el sofá, estaba inhalando cocaína como de costumbre.

— así que esos días que desapareciste te fuiste a Neuquén... — voltee a verlo y asentí con mi cabeza, soltó una risa irónica y yo frunci el ceño — yo no te enseñé a mentir.

— ¿de qué estás hablando ahora? — pregunté, la situación me había hartado, extrañaba a mi hermano, no a este monstruo que él había creado — estoy haciendo todo lo que querés boludo ¿cuándo va a volver a ser todo como antes?

— ¡nunca! — se levantó del sofá y se acercó hacia mí — ¡vos fuiste el que arruinó todo el día que mataste a mi hermano por esa gila!

— ¿cuantas veces tengo que decirte qué tuve que hacerlo por que sino, me iba a matar a mí?

— sus motivos habrá tenido...

— ¡vos me dijiste que me apoyabas en estar con ella y qué si se enteraban no me ibas a dejar morir solo! — alcé mi tono de voz, recordando las palabras del que era mi mejor amigo cuando descubrió que estaba hasta las manos con Julieta — ¡¿y ahora, defendes que el enfermo de Troca me haya querido matar?!

se quedó callado. ninguno de los dos tenía razón. yo me había equivocado en asesinar a su hermano menor, a su propia sangre, la cual valía mucho más que yo. pero no podía volver atrás, por más que quisiera, todavía no se inventaron las máquinas del tiempo y si existieran, no podría comprarme una. pero, no podíamos seguir estancados en esta relación, porque ya no era una, no nos unía nada, ni siquiera una amistad. y, la única solución era intentar recuperar el lazo que perdimos o que cada uno siga por su lado, porque sino, íbamos a estar estancados  en las ruinas que dejó nuestra vieja amistad, para siempre.

mi celular sonó y al prender la pantalla vi que era un mensaje de ella. Lucas miró mi teléfono y me lo guardé rápidamente para que no pueda leer el mensaje.

— ¿es ella no? — rompió el silencio y volvió a reír de forma irónica — ¡seguís hablando con ella!

— no Lucas, no sigo hablando con ella...

— ¡sos alto traidor wacho! — H me apuntó con su 22 corto, completamente fuera de si, lleno de droga, de odio hacía mi — ¡¿te pensas que no me enteré que no te fuiste a Neuquén?! ¡te fuiste con ella!

— ¡no me dejaste otra opción, necesitaba despedirme!

— ¡yo también necesitaba despedirme de Troca y vos no me lo permitiste! — gritó y le sacó el seguro a su pistola para después clavar su mirada en mí —y pensar que un día, llegué a llamarte mi hermano.

terminó de decir y apretó el gatillo, pero el tiro nunca llegó, escuché un estruendo y al abrir los ojos me encontré con Lucas tirado en el piso, con un disparo en el pecho, gire lentamente y la vi, Julieta estaba detrás de mí con su revólver y no dudo en usarlo, le había disparado, acababa de lastimar a mi hermano y al parecer Sol la acompañaba.

— ¡¿qué hiciste?! — le grité y corrí a H, quien se estaba desangrando, pero todavía respiraba — ¡llama a la ambulancia pelotuda, ya! — ella se sobresaltó ante mi tono de voz y rápidamente marcó el número de emergencias, yo opté por sacarme la campera y apretarla en la herida de H, Sol me imitó y se pusó a mi altura para abrazar a Lucas — aguanta hermano, te prometo que de esta vas a salir...

Homer no podía responder, estaba temblando, lleno de sangre y la ambulancia no llegaba más. me cansé de esperar, no podia perderlo a él también, así que le pedí ayuda a Julieta aunque no quisiera verla y a Sol para llevarlo hasta el auto; manejé a toda velocidad hacia el hospital y al llegar, los enfermeros se ocuparon de ponerlo en la camilla y llevarlo lo más rápido posible a quirófano, tenían que sacarle la bala del pecho.

— salvenlo por favor, es mi hermano.

supliqué y me miraron con lástima, el peor sentimiento que podía tener el ser humano.

voltee y ahí seguía estando ella, tenía los ojos chiquitos, había llorado todo el camino y yo no le presté atención, en este momento H era mi prioridad, a pesar de todo lo que intentó hacerme, yo me quedo con el verdadero Lucas, mi hermano que conocí cuando tenía cinco años, el que me cuidó, el que me salvó de tantas; no el animal con el que convivi el último mes.

— Tomás...

— lo mejor va a ser que te vayas. — la interrumpí de mala gana — ¿por qué lo hiciste?

— porque te iba a matar Tomás, te dije que si algo te pasa yo me muero.

— y yo me muero si le pasa algo a mi hermano Julieta. — y ahora el que se estaba perdiendo era yo, este amor me había hecho revivir pero también me había traído ruina, demasiada — esto no te lo voy a perdonar nunca.

— yo solo quise salvarte...

— pero me arruinaste. — una vez más no la dejaba hablar — te juro que si algo llega a pasarle a H, te mato.

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ya van a entender a Tomás.
lxs amo♡
lean dos extraños, de croazzu también.
almavieja.

ruinas | cro y cazzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora