37.

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Julieta.

apreté mis ojos al sentir los besos de Tomás sobre mi cuello. sentirlo me dolía. no podía hacer como si nada hubiese pasado entre nosotros, porque todo lo lindo que tuvimos, se había roto. 

— Tomás...

— ¿qué pasa reina?

preguntó dejando mi cuello y fijando su mirada en mí. sus ojos me hipnotizaban, siempre lo hicieron. negué con mi cabeza y una sonrisa en el rostro y volví a capturar sus labios. hacerlo por última vez era mi forma de despedirme. aunque él todavía no lo sepa. necesito darle un final a esta historia que fue más de ruina que de amor.

Tomás me sacó la remera sin dejar de besarme; lo imite después de unos segundos y él bajo sus besos hasta mi abdomen para sacarme la ropa interior que usaba para dormir. tiré mi cabeza hacia atrás al sentirlo dándole placer a mi zona y lo tiré del pelo. después de un rato lo obligue a subir a mis labios y sin pensarlo dos veces, se posicionó sobre mi entrada y se introdujo en mí. ambos nos unimos en un beso y compartimos gemidos. nos estábamos haciendo uno. fundiendonos. dejé que tome él todo el control, y me haga suya, una última vez, aunque sé que lo voy a ser hasta el final de mis días.

— te amo, Julieta.

dijó sobre mis labios y llegó al orgasmo. cerré mis ojos al sentir como se aferraba a mi cuerpo. estuvimos unos treinta minutos así. sin decir nada. solo abrazados. él intentaba recuperarme, yo me despedía.

— perdón... — rompí el silencio y él dejó de vestirse para voltear a verme — no puedo pretender que todo está bien, que no pasó nada, porque lo que pasó fue que me hiciste mierda Tomás.

— reina, recién...

— recién necesitaba despedirme de vos, concluir con lo nuestro. — lo interrumpí de mala gana — te quise un montón y llegué a amarte, pero no creo que vos lo hayas hecho.

— Julieta, no digas eso. — se acercó a mí y colocó sus dos manos en mi mentón obligandome a que fije mi vista en él — mirame y decime que no me querés más.

— no pasa por el hecho de si te sigo queriendo o no, lo hago y un montón pero vos...

— yo te amo reina. — esta vez fue él quien no me dejó hablar — me equivoqué pero no dudes de que te amo porque eso no se puede fingir.

— ¡me amenazaste de muerte Tomás y yo en cambio te salvé, dos veces!

explote, desde que el chico del cual me había enamorado me dijo que me mataría, no podía ser la misma de siempre, me rompió o me rompí yo sola por creer que él me salvaría, cuando la única que puede salvarme en realidad, soy yo.

— lo nuestro, para mí era como estar viviendo un sueño, pero nunca hubo un nosotros tampoco y yo ya desperté... — dije y él bajó su cabeza — algo se rompió, algo rompiste y fue a mí y no puedo perdonartelo.

— reina... — dijó con la voz entre cortada y al levantar la cabeza me encontré con un Tomás lleno de lágrimas — ¿me crees que te amo?

— creo que me amas y también creo que sos una persona que está enamorada de la calle y no de mí.

— es verdad, la calle me llama y no sé decir que no, las pulsaciones se me calman cuando estoy con vos.

terminó de decir y me agarró de la cintura para estampar sus labios contra los míos, una última vez. al separarnos, nos unimos en un abrazo y aunque yo moría por llorar, sabía que si lo hacía iba a terminar perdonandolo y mi orgullo siempre fue y va a ser más grande que el amor que le puedo tener a él o a cualquier otra persona.

— ¿puedo volver a la villa?

— si. — habló después de que se separé lentamente de mí — H me prometió solucionar las cosas con Chulu, así que sos libre.

— ¿me llevas? — pregunté animada y él asintió con una sonrisa triste — porque si me voy caminando, no llego más.

— nuestro último viaje juntos.

y así fue. un viaje completamente en silencio, yo aferrada a su cuerpo, sin poder decir una sola palabra, porque nuestras almas se estaban despidiendo. esta vez, íbamos a dejarnos ir. no nos perteneciamos. a veces las personas intentan funcionar con otras y se rompen intentándolo. pero cuando no es, no es. y nosotros no podemos ser. lamentablemente en esta vida no nos toca estar juntos y él nunca va a saber que llevó en mi vientre un hijo de él, porque en este momento es lo único que nos uniría y lo mejor es que no nos una nada y que cada uno retome la vida que tenía antes de conocer al otro. que podamos volver a ser nosotros, dejarnos ir, renacer.

— lo nuestro fue muy lindo y yo seguro lo voy a recordar para toda la vida, pero va a ser mejor así, que lo dejemos como un recuerdo y nada más.

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ANTE ÚLTIMO CAPITULO GENTEEEE.
las sorprendi con lo del baibyyy
las amo.
almavieja.

ruinas | cro y cazzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora