16.

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Tomás.

Julieta me miraba, tenía sus ojos clavados en mí y yo en ella; me negaba a dejar de verla, no me importaba a quien tenía que enfrentarme, pero no podía alejarme de ella, no después de lo que hice, de lo que me contó, de como me ayudo, de como me salvó.

— te quiero. — solté, de golpe y una sonrisa en su rostro se formó — quiero estar con vos.

— ¿no podes simplemente callarte y no decir nada? disfrutemos esto...

— ¿este silencio que lo único que significa es que nunca más nos vamos a volver a cruzar? ni en pedo lo disfruto — respondí de mala gana — yo me sé cuidar, nadie me va a hacer nada, H está conmigo.

— ¿vos y H contra cuantos Tomás?, necesito que pienses un poco las cosas, que te pongas en mi lugar, no quiero que nada malo te pase.

— lo único malo que me está pasando es que vos no quieras verme más. — abrió su boca, iba a decir algo, pero se calló y bajó su cabeza, la había lastimado — nadie me va a tocar un pelo.

— a la primera que van a buscar cuando se enteren que Troca desapareció va a ser a mí y si te encuentran a vos metido ¿qué, nos matan a los dos? — preguntó irónica — tenes que alejarte de mi.

— no pienso alejarme de vos Julieta. — le avisé — no quiero tampoco hacerlo.

— ¿por qué la haces tan complicada?

— porque lo que siento por vos nunca lo sentí por nadie. — confesé — y no se
sé lo que es, si es amor, calentura, capricho o todas juntas, lo único que sé con certeza es que cada vez que te dejo acá en tu casa y me voy a la mía, no duermo pensando en vos, imaginandote, contando las horas que faltan para volver a vernos, yo nunca me enganché con nadie porque nadie me enseñó a querer y quiero que vos me enseñes.

— ¿y vos te pensas que a mi me enseñaron a querer? — preguntó con lágrimas en sus ojos — se siente, es como una puntada en el pecho cuando no podes estar con esa persona.

— yo lo único que siento es como cada vez que me decís que no querés que nos sigamos viendo se me rompe el corazón.

— ¿y como vamos a vernos, cuál es tu plan?

— vivir el día a día.

negó con su cabeza y yo volví a capturar sus labios, el segundo polvo nos esperaba y ambos lo necesitábamos para descargarnos, para unirnos, para empezar a querernos.

— ¿dónde estabas negro? — me preguntó Lucas cuando me bajé del auto en su casa — desde que conociste a mecha estás desaparecido.

— cállate tarado, no quiero que nadie se entere de lo de mecha y yo.

— ¿de lo de? — pusó una sonrisa y yo revolee mis ojos — ah, osea que hay algo.

— nos gustamos un poco — él alzo una ceja — nos gustamos muchísimo — él asintió con su cabeza — es la tercera vez que dormimos juntos, solo sé que no quiero dejar de verla.

— yo te voy a cubrir hermano ¿pero por cuánto tiempo vas a estar ocultándote? a la primera que se enteren...

— nos abren la cabeza, ya sé — completé su frase y él hizo una mueca — la quiero H, me enganché.

— se nota que estás hasta las manos amigo. — dijo y ambos reímos — mientras que Troca y Chulu no se enteren, todo bien — cerré mis ojos al escuchar el primer nombre, él ya se había enterado y ahora por eso, estaba muerto — hablando de Troca, lo estoy dele llamar me da apagado ¿qué onda, lo viste vos?

— no. — aclaré mi garganta — estuve con mecha la verdad.

— ¿para eso querías mi auto gil, para cogertela ahí? — soltó una carcajada — ya me lo limpias.

— justo ahí no cogi con ella — dije entre risas y de repente un silencio invadió la sala — ¿y esa cara de orto por qué?

— porque hace dos días que Troca no aparece y sin el maneje de él ¿de qué vivimos?

maneje de Troca igual a: apuestas, robos, peleas arregladas, entre otros y yo la verdad que prefería vender droga antes que robar o cobrar para ver quien mata primero a quien, pero pensar esto es algo hipócrita de mi parte, más ahora que tengo las manos manchadas de sangre.

— capaz se fue a su pueblo H, anda a saber.

— o capaz lo mataron. — tragué saliva, sí Lucas, lo mataron, yo lo maté, pero ¿cómo te digo eso? — ¿por qué me miras así wacho?

— mecha nos puede ayudar con tema guita, no puede sola con el negocio, si tu amigo no vuelve, hablo con ella para que te de alguna changa ¿te va?

leí en la pantalla de mi teléfono y cuando visualice el escribir, el volulen de la televisión que acababa de prender H hizo que voltee mi cabeza a verla, ahora entendía porque Julieta me había hablado para que no prendiese la televisión

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leí en la pantalla de mi teléfono y cuando visualice el escribir, el volulen de la televisión que acababa de prender H hizo que voltee mi cabeza a verla, ahora entendía porque Julieta me había hablado para que no prendiese la televisión.

"noticia de último momento: encuentran el cuerpo de un joven dentro de su auto, todavía no se sabe quién es la victima" se leía en la pantalla.

— Tomás, ese es el auto de Troca.

cerré mis ojos, este era mi final, que poco me había durado la historia de lo que yo creía que era amor con mecha, hoy yo me moría y junto a mí se iba a morir la esperanza de que podamos estar juntos, alguna vez.

ruinas | cro y cazzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora