21.

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Julieta.

no podía parar de llorar. lo había hecho mierda y al hacerlo, me hice mierda a mí; porque rompo todo lo que toco. destruyo todo lo que se me acerca. ¿por qué me impido ser feliz? por fin había encontrado a alguien que me quiere, o más bien quería, después de lo de ayer ya no creo que siga teniendo ganas de hacerlo, lo había echado todo a perder, como siempre.

— ¿negrita? — abrí mis ojos al escuchar la voz de mi hermano entrar a mi casa y corrí prácticamente a abrazarlo — ¿qué pasa, hey?

— me enamoré Alejo... — quebre en llanto, había reprimido tanto las lágrimas el día de ayer que hoy no había podido aguantar — me enamoré y lo hice mierda, lo alejé...

— ¿hablas del pibe de pelo verde que te llevó a verme hace más de un mes? — asentí con la cabeza sin despegarme de sus brazos, necesitaba refugiarme en ellos, el era mi casa, mi hogar, mi hermano — cuando te vi entrar con él, supe que algo pasaba entre ustedes, la tensión sexual se respiraba en el aire — solté una pequeña risa, lo extrañaba, a él y a sus comentarios — ¿qué hiciste?

— encontró a Malena... — hablé como pude y Alejo me separó rápidamente de él, clavando su mirada en mi — no le pregunté nada, la vi de lejos, teñida de violeta, en una casa lujosa, deduzco que fue adoptada y yo lo traté mal, lo hice mierda Alejo.

— ¿dónde está?

— en un barrio súper careta...

— y lo heriste porque te dolió que ella si sea feliz y vos no — Alejo, mi hermano, siempre me hacía caer en la realidad, me hacía acordar un poco a él, ambos me decían las cosas como eran y no lo que quería escuchar — te dolió ver que ella se olvidó de nosotros, que pudo armar una nueva vida, ser alguien y no como vos, que te encerras en esta villa...

— lo lastime porque soy una bestia y también te lastime a vos con lo que te dije el día que te fui a ver y...

— no me pidas perdón, sé que te cuesta, además, estoy acostumbrado a tener a un cuchillo como hermana — bromeó — ya sé la bestia que sos pero entiendo que lo seas porque viviste cosas horribles desde el día que naciste, hasta el día de hoy y te pido perdón por no haberte salvado antes, por permitir que te escapes conmigo y no dejar que te lleven al orfanato junto con Malena, capaz tenías la misma suerte y te adoptaban a vos también.

— con familia adoptiva o sola, nunca me voy a olvidar que yo la maté... — hablé refiriéndome a mamá — así que no me arrepiento de haberme escapado con vos.

— yo sí me arrepiento porque ahora te convertiste en una bestia, que aleja todo lo que se le acerca y que cada persona que la rodea termina muerta, como me paso a mí con Belen.

— ¿qué haces acá? — cambié de tema — ¿por qué volviste?

— me enteré de que Troca esta desaparecido, le contaron a Nacho los pibes del pabellón B y pensé en vos ¿lo mataste?

— está muerto, si — confirme y él negó con su cabeza, decepcionado — pero te juro que yo no lo maté.

— ¿fue tu novio?

— no es mi novio...

— si se llegan a enterar que tuvieron algo que ver los van a prender fuego Julieta.

— ¿te pensas que no lo sé? — pregunté de mala gana — si intenté alejarlo fue por eso mismo, porque no quiero perderlo, porque me enamoré de él, por primera vez siento amor Ale...

— ¿y Mauro?

— eso era todo menos amor de verdad, yo a Tomás... — solté un largo suspiro — lo amo.

— entonces pedile perdón y deja de alejarlo, no sé que le dijiste pero conociéndote, sé que lo debes haber hecho pija — asentí con mi cabeza y me encogi de hombros — yo amé a Belen, la amo, ibamos a ser papás, nos íbamos a escapar, pero nos descubrieron, ustedes están a tiempo, de vivir su amor o lo que sea que tengan, pueden irse, empezar de cero y vos dejar de vivir en el pasado, mamá está muerta, Malena tiene una familia y de seguro que tiene una buena vida, yo también me fui de acá, no te quedes sola, rescatate, viví hermana, viví, te toca a vos ahora, deja de salvar a todos y salvate vos.

— perdón no quiero interrumpir pero hay que laburar.

la voz de Tomás entrando a mi casa irrumpió con la escena emotiva que estaba teniendo con mi hermano, quien me dedicó una última sonrisa y se dirigió a la puerta de salida.

— deja de encerrarte acá y veni a verme, no estoy más en La Matanza porque conseguí un laburo lejos pero, Bruno te extraña y yo también. — volví a asistir con mi cabeza y me tiró un beso desde la entrada — te adoro bestia, empeza a vivir.

caí rendida en la cama al ver a mi hermano irse, Tomás se limitó a mirarme de reojo y a seguir empaquetando la mercancía, H estaba con él y noté su incomodidad, pero yo solo pensaba en mi hermano, en sus palabras, en como todos habían podido salir pero yo cada día me hundía más.

— che flaca ¿vos vas a ponerte a laburar o la señorita quiere que le lleve unos mates a la cama?

— déjame de joder Tomás.

me levanté de mi cama y salí al patio trasero de mi casa, prendí un porro y lo empecé a fumar, otra vez mis ojos se llenaban de lágrimas, siempre había creído que el mundo estaba contra mí y que los demás eran mis enemigos, pero me equivocaba, la única enemiga que tenía, era yo misma.

— ¿así que..., me amas?

ruinas | cro y cazzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora