Julieta.
— dios...
suspire al leer la cantidad de mensajes que tenía en mi celular, pibes queriendo droga, como siempre y sin moto no podía llevarles nada. así que decidí tragarme el orgullo y volver a la casa de crackero porque lamentablemente él tenía razón, por ahora era mi única opción y también por su culpa lo era. caminé lo más rápido que pude, por fin me faltaba una cuadra y escuché disparos, mi corazón latio a mil, tenía miedo de que provengan de la casa de él y corrí, nunca había corrido así en mi vida, pero corrí, sé que fue una cuadra, pero corrí lo más rápido que pude a punto de sentir que se me salían los pulmones, pasa que después de fumar tanto, estos empiezan a fallar. golpee la puerta pero nadie abrió y cuando me posicione sobre esta, ya cansada, esta se abrió.
— ¿qué hiciste?
pregunté cuando llegué al patio de la casa de H y vi a Troca tirado en el suelo, lleno de sangre, estaba muerto; crackero estaba en la otra punta, sentado en el suelo y apuntandome con una mano mientras que con la otra se sostenía el hombro.
— no me apuntes, baja el arma, soy yo. — me obedeció y corrí hacia él, que estaba ensangrentado — ¿dónde te dio?
— acá — le saqué la remera y vi la herida de bala, genial, no era profunda — ¿a dónde vas?
— a buscar alcohol y un cuchillo, no podes vivir con una bala ahí dentro.
respondí y corrí adentro se la casa, creo que me tarde más de quince minutos en encontrar las cosas, la casa era un quilombo y no sabía quien era el desordenado, si él o Homer pero realmente, eso en vez de ser un hogar, era un despelote. calente el cuchillo en la hornalla y volví a correr hacia cerreo, quien se apretaba el hombro y estaba a punto de llorar de dolor.
— te va a doler — le advertí y eche el alcohol sobre la herida, gritó, muy fuerte — respira hondo...
metí el cuchillo caliente y siguió gritando, un par de lágrimas de él cayeron en mi piel, tenía que salvarlo; escarbe y escarbe hasta que por fin toqué la bala, y con una mano presionando su herida y la otra con el cuchillo pude sacarla y al hacerlo quebró en llanto sobre mi hombro, voltee y lo abracé fuerte.
— no fue para tanto ¿o si? — pregunté, pero él seguía llorando, ladee mi cabeza y pude ver como observaba al cuerpo de Troca en el suelo, ya sin vida — eu, mírame.
— lo maté Ju...
— Julieta.
confesé, por fin; él se limitó a mirarme y a seguir llorando en mi hombro. por una parte, agradecía el haber sido yo quien lo encontró en esta escena y no el hermano de Troca, por ejemplo; pero por otro lado, sabía que esto lo único que haría sería unirnos más, cuando yo solo quería alejarlo para protegerlo.
— Tomás.
— linda forma de presentarnos — dije intentando sonar graciosa y el rió por lo bajo, Tomás, por fin tenía nombre la persona que no paraba de aparecerse por mi cabeza a cada rato — necesito dos autos.
— ¿para qué?
— necesito el auto de Troca y necesito otro más para volvernos... — expliqué — no podes dejar el cuerpo ahí tirado, si el hermano lo encuentra te mata, vamos a hacer que fue un accidente, pero vamos a sacarlo de noche porque son las cuatro de la tarde recién. — me miró sin entender y yo besé su frente, me di cuenta que a pesar de que se hacía el pibe duro, de barrio, de calle, nunca había matado a alguien — tengo un plan para que nunca nadie sepa que fuiste vos, confía en mi ¿si? — él asintió con su cabeza y dejó un beso corto en mis labios, cerré mis ojos, en otra ocasión lo hubiese empujado pero, me necesitaba, los dos nos necesitábamos — conseguime el otro auto.
me quedé sola, cuando él se fue a quien sabe donde a conseguir un auto, limpié todo, arrastre el cuerpo de Troca ya sin sangre adentro de la casa y seguí limpiando la escena del crimen, todo esto me traía recuerdos.
— ya está, Homer me prestó el suyo, pero no le conté la verdad... — asistí con mi cabeza y agarré la mochila de Tomás, para guardas botellas de cerveza dentro y cocaína — ¿qué haces?
— si llegan a encontrar el cuerpo, que piensen que se mató — le aclaré — ayúdame a llevarlo a su auto, va a ser un viaje muy largo.
Tomás hizo lo que le pedí, juntos cargamos el cuerpo de Troca y lo senté en el asiento del copiloto de su propio auto, vacíe las botellas de cerveza, dejándolas en el auto tiradas y limpie con alcohol mis huellas de su cuerpo, el cual arrastre por toda la vivienda de crackero.
— vos seguíme.
le dije a Tomás y él se subió al auto de H, yo al de Troca y empecé a manejar, mire el espejo retrovisor y efectivamente Tomás manejaba detrás de mi, mi celular empezó a sonar, era él, atendí.
— háblame, de cualquier cosa por favor.
— las cosas que te dije ayer, no eran verdad... — confesé — te mentí porque no quería que esto pasara, que Troca te busqué e intente matarte como hizo con Mauro. — tomé aire y traté de que mis ojos no se llenasen de lágrimas — jamás te usaría para descargarme porque yo también quiero quererte y ni siquiera se si ya lo hago.
— Mauro...
— es mi ex sí — lo interrumpí — nos conocíamos desde pibitos, nunca me gustó y cuando tenía dieciséis me pidió de ser novios, le dije que no y a los días lo fui a buscar para decirle que sí, me termino gustando, fue lindo nuestro noviazgo dentro de todo, nos queríamos, nos drogabamos y cogiamos, nada más. — apreté fuerte el volante y por fin entre en la ruta, solté un largo suspiro, no sabía como seguir — un día, Chulu me entró a robar a mi casa, cuatro lucas que tenía ahorradas me robó, por vecinos me enteré que fue él y fui a su casa y le pegué un tiro, en la rodilla.
— por eso ahora está chueco.
— desde ahí no me compraron más droga, mi guita no la recupere y cuando Troca se enteró que fui yo la que le pegó un tiro a su hermano, fue a buscar a Mauro, quien estaba en su casa con Sebastián, mi ex mejor amigo, le empezaron a pegar entre todos, alta golpiza le dieron y el negro ese de mierda se quedo ahí parado, quieto, no lo defendió, nada. — una lágrima rodó por mi mejilla recordando la escena — y cuando llegue yo, ya estaba muerto, murió por mi culpa; porque soy una impulsiva de mierda, un animal, no pienso antes de actuar.
— no fue tu culpa... — intentó convencerme — loca, me estás salvando la vida.
seguimos hablando, él me contaba un par de cosas de su infancia, de su único perro, de su amistad con H y después de tres horas exactas llegamos al río que quería llegar, la ruta estaba sobre el río, y si te acercabas unos pasos, podías caer al vacío.
abrí las puertas del auto y entré por el otro lado, empuje a Troca hacia el asiento del piloto, desparrame la cocaína sobre el auto y deje una bolsita más adentro del bolsillo de su pantalón. me puse un guante y le coloqué la pistola con la que Tomás le había disparado – ya limpia de huellas — en una mano y acomode su pierna para que pise el pedal, gire la palanca y cerré las puertas del auto cuando esté empezó a andar. no avanzaba muy rápido y para caer tenía que ir a los pedos, así que apreté con mi pierna más fuerte el pedal y cuando el auto tomó velocidad, abrí la puerta y me tiré de él.
me tiré del auto y caí en el medio de la ruta, lastimandome. pero todo sea por salvarlo a él, a Tomás.
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este es el capítulo por el cual escribí la novela básicamente, espero que les guste ♡
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ruinas | cro y cazzu
Fanfictionla calle me habla y yo no puedo decirle que no, las pulsaciones se me calman cuando estoy con vos.