c i n c o

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Otra vez. El sabor amargo y un tanto agrio por los jugos gástricos llegaban a su boca, provocando más asco. Desde hace ya media hora se sentía débil, con fiebre y nauseas. No entendía ni siquiera el repentino malestar sin razón.

—¡JiMin! —la voz de YoonGi lo relajó por unos momentos. Podía escuchar al mayor subir las escaleras para segundos después, verle parado en el marco de su habitación—. ¿Cómo has enfermado? —caminó con pasos grandes hacía él, tocando suavemente su frente—. No importa, traigo medicina...

El sonido de la bolsa de plástico; cajas de medicamentos y esas cosas fueron puestos a su lado. Inútilmente trató de tomar alguna caja para ver el contenido, pero YoonGi las tomó con rapidez y negó.

—No es necesario que las veas —susurró abriendo la caja—. He tomado las correctas. Ahora solo debes tomarlas y dormir.

—Gracias hyung... —habló con lentitud—. Se ha tomado la molestia de ayudarme.

—No es nada —contestó el mayor acercando un vaso de agua a sus labios junto a algunas pastillas—. Anda, hazlo rápido.

Sin pensárselo dos veces tomó las pastillas llevándoselas a la boca y bebiendo gran parte del contenido del vaso. Dejándolo sin cuidado en la mesa de noche. Suspiró. Ojalá le calmaran un poco las punzadas de dolor que sentía en el cuello y vientre.

—Listo... —le dijo YoonGi cuando metió las pastillas de nuevo en su empaque—. No lo sé, desperté esta mañana con dolores y ese tipo de cosas.

—Debió ser algo que comiste —aseguró sin darle mucha importancia—. Relájate, duerme un poco. Te sentirás mejor.

YoonGi limpió su frente sudada. Acomodándolo en la cama y sobando su cuello. Como si él supiera donde sentía dolor. Quiso preguntarle, pero los masajes le relajaron, haciéndole perder el hilo de sus pensamientos. De repente, todo a su alrededor parecía esfumarse.

—Yoon... —intentó advertirle a su hyung, pero las palabras se arrastraban por su boca.

—No te preocupes, JiMin —la voz ronca de YoonGi se oía lejana—. Solo dolerá un momento, cuando despiertes no recordaras nada.

Culpó al malestar su poca información y coherencia que entendía de aquellas palabras. ¿De qué podría hablar YoonGi? No estaba seguro. Tratando de removerse sintió brazos aprisionándole sobre la cama, una mano jaló de su cabellera a un lado, exponiendo su cuello. Pequeños gemidos le fueron provocados al sentir lamidas sobre su garganta, específicamente cerca de donde iría la mordida de apareamiento.

Soltó un grito ahogado en llanto cuando colmillos se enterraron en su cuello, sintiendo su camisa húmeda por lo que supuso era sangre, su sangre. Golpeteó débilmente el pecho que lo mantenía preso. Los colmillos se enterraron aún más ante tal acto, como si eso le hubiera enfurecido. Sus ojos borrosos por lo que parecía un sueño próximo a llegar. En verdad, deseó preguntar por ese acto de parte de YoonGi, pero su cabeza no podía procesar más allá de las sensaciones presentes y las reacciones en su cuerpo.

De repente, una sola pregunta rondaba claramente en su mente confundida: ¿Su hyung olía así de bien todo el tiempo?



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| ¡Cuidado con el lobo! | ~YM~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora