v e i n t e

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—¿Su alfa? —preguntó EunByul, llevando una de sus manos a su pelo suelto, tomando algunos mechones grises entre sus dedos—. ¿Mi hijo tiene un alfa...? —llevó la mano libre a su pecho, el aire le hacía falta—. Mi...

—¡¿Quién es ese bastardo?! —gritó TaeHyung siendo apresado en los brazos de SeokJin—. ¡Debes ser tú, imbécil!

—El omega es lindo, pero no es mío... —mintió.

El simple roce de esas palabras en su boca le llenaban de nauseas, pero si quería vivir feliz con su omega debía seguir el plan de su padre. Hacerle creer a todos que él no era el hijo del alfa, así sería más fácil que los dejaran ir. Para este momento, HoSeok estaría fuera del primer centro de control de la DAC, yendo a la ciudad siguiente.

Agradecía que HoSeok no llamara la atención de la DAC durante todo el tiempo que estuvo en las ciudades. De esa forma se podían mover con mayor libertad entre puntos de control.

—¿Quién es tu futuro alfa? —preguntó SeokJin.

—No puedo decirte eso, va en contra de la lealtad a mi manada —explicó.

—¡Quiero a mi hijo de vuelta! —EunByul gritó de nuevo. Parecía desorientada, como si buscara algo. El cabello un poco revuelto y sus manos jugando nerviosamente en su estómago.

—Déjeme decirle algo, inspector... —se dirigió a SeokJin—. ¿Sabe por qué mi manada no sufre de bajas de crías o falta de Alfa líder?

Él negó. YoonGi llevó su atención a NamJoon.

—Los shifters tigre de bengala son muy resistentes, para proteger a la cría... —miró una vez más a EunByul envuelta entre los brazos de un desconcertado YoungIn—. Pero, cuando la cría se enlaza pierden todos los dones, es decir, empiezan a envejecer.

—Eso explicaría porque sentí que el tiempo pasaba más lento allá, Como si no envejecieran —comentó SeokJin sorprendido—. ¡Por eso las crías tardan mucho tiempo en enlazarse!

—Ahora mi Alfa debe estar debilitándose, pero el futuro Alfa ya debe estar ahí junto a su pareja —dijo. Recordando como su padre se veía la última vez, necesitaba despedirse de él y presentarle a JiMin lo antes posible.

—Hyung... —llamó TaeHyung—. ¿Lo que está diciendo este tigre es cierto? —volteó a mirar a SeokJin, mientras éste asentía lentamente.

—Teníamos algunas sospechas. Pero lo que dice tiene sentido.

—¡Por eso no dejaba que JiMin se juntara con alfas! —gritó saliendo de los brazos de SeokJin para encarar a EunByul—. Siempre creí que era porque temía que lastimaran a JiMin, pero lo único que quería era conservar su juventud.

EunByul lo miró sin decir nada. Apretando el brazo de su esposo.

—Lo ven, nosotros no tenemos nada de la culpa. En la ley de manadas de la DAS se explica que los tratos deben de respetarse y ejercer un castigo si se incumplen. No importa si la parte castigada es una manada o un linaje —comentó BaekGi.

—Mi líder tenía razón, nosotros no tenemos vela en este entierro.... —murmuró lo suficientemente alto TaeHyung para ser escuchado—. Yo me largo de aquí —caminó un poco antes de darse la vuelta—. ¡Más les vale que mi amigo esté bien o les cortaré la cabeza a todos ustedes! —amenazó, volviéndose para caminar lejos.

Sonrió para sus adentros, parecía ser que ese conejo tenía las ideas claras. No le convenía hacer más alboroto del asunto. YoonGi se aseguraría de que viera a su omega pronto. Podrían encontrarle un alfa ¿no?

—Deberían seguir al conejo —habló RaeSun—. No pueden arrestarnos.

—Tienen a mi hijo, señor Kim —renegó EunByul—. No pueden llevárselo.

NamJoon mantuvo silencio. Para finalmente bajar el arma y volverse hacia la señora Park—. Es cierto, no debieron llevárselo de esa forma, pero nosotros yo, debimos investigar mejor este asunto. Sea lo que sea, existe un trato y no podemos interferir en ello —tomó la mano de la señora Park—. Ustedes deben ir con nosotros a la DAC a aclarar este asunto.

EunByul miró detenidamente a NamJoon, para segundos después intentar huir, siendo detenida por YoungIn. —¿Es mío, EunByul? —preguntó—. Dime la verdad...te lo ruego —algunas lágrimas se asomaron por sus ojos.

—Cariño... —habló melodiosamente EunByul—. Por supuesto que no lo es, ¿cómo podría ser tuyo?

YoungIn apretó el agarre de sus brazos. —Vamos, oficiales. Necesito saber que tanto me ha ocultado.

SeokJin asintió sonriendo con pena. —Nos adelantaremos, estoy seguro de que no podrá escaparse.

NamJoon le dio un asentimiento sin mirarlo—. Más les vale que cuiden bien de JiMin, es un gran chico. Por lo que sé de SeokJin, su manada es bastante agradable. De todas maneras, mandaremos un detective de la DAC y otro de la DAS para asegurarnos y tener todo a la ley... —lamió sus labios con cansancio—. Pero si me entero de que JiMin no está de acuerdo con esto o no lo están cuidando bien —pausó—. El clan de TaeHyung será el menor de sus problemas.

Todos asintieron, mientras él guardaba su arma y caminaba de regreso.

—Eso estuvo denso —habló BaekGi—. Vayámonos de aquí, solo quiero llegar a mi cabaña y dormir una larga siesta en mi forma de tigre.

—Todos necesitamos un baño primero —ordenó RaeSun—. ¡Y tú, Min YoonGi serás el primero!

—Bien, mientras me pueda bañar con mi omega no tengo problemas —contestó con una sonrisa. Tenían una gran caminata antes de llegar a los límites de la ciudad, después de cruzarlo solo debían correr en su forma animal hasta su manada.

Respiró profundamente, aliviado. Todo había salido de acuerdo al plan, incluso parecía ser que no tendrían que esconder a JiMin durante algún tiempo. Eso era la mejor parte, quería tener al chico envuelto entre sus brazos y repartir besos en su suave cara.

—¿Me estaré enamorando? —se preguntó en un murmuro.

Ojalá lo estuviera haciendo.



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| ¡Cuidado con el lobo! | ~YM~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora