En mi cama [Terminada ✓]

Quien soy ?

Hagamos un recuento de los hechos.
Hace un par de meses no era más que la gorda mojigata sabionda de la escuela, ahora, soy la ex amante del vecino guapo de la ciudad donde vivía, una prostituta y ahora lesbiana en proceso.

Esto iba de mal en peor, quería culpar a mamá, a papá, a la vida, pero nadie me había obligado a hacer todo aquello, solo había tenido una suerte distinta a lo que yo había planeado, tenía que regresar al trabajo y evitar a toda costa a esa chica, le devolveré sus zapatos y eso es todo, no quiero estar cerca de ella y menos a solas así tuviera que regresar con mi uniforme puesto a casa.

Me fui a duchar y tomé mi uniforme del cesto de la ropa que lavé por la noche cuando llegué, tenia que darle una lavada después de lo que sucedió, estaba empapado, igual que yo anoche. Cómo lo había disfrutado! Era mi primer experiencia de ese tipo y para mi suerte Ángel es una chica linda, tiene unos 25 O tal vez 26, piel morena, cabello negro azulado , ojos color café claro que resaltan con su hermosa piel y dos pezones un par de tonos más oscuros que su piel, wow , espera, tengo que dejar de pensar en eso, esa no soy yo, ya no me conozco, no se quién soy , en que me convertí , esta persona que tengo frente al espejo es una completa desconocida, tomó a Ali por el cuello y se la llevó, y se que no volvería, ésta nueva yo estaba aquí para quedarse, ahora me daba cuenta que la vida no era fácil, no era como yo la veía mientras estaba protegida dentro de la esfera blindada que mi mamá había construído para nosotros mientras ella recibía todas las balas que la vida nos lanzaba, ahora era mi turno de ayudarla, de devolverle un poco de lo que ella me había dado.

Llegué al trabajo y me vestí rápido y dejé los zapatos sobre el casillero de Ángel, tomé mi mandil, mi libreta y salí de ahí.

Era viernes, el lugar estaba más lleno que ayer y las personas se pondrían más ebrias de lo que ví, pero eso significaba más propina, aunque más miradas y piropos asquerosos , me estremecí solo de imaginarlo, pero en fin, tenía que hacerlo, ya estaba aquí y hoy también había mujeres, estaban tipos de ayer hoy acompañados, tal vez eran sus esposas o amantes, no lo sé y no me importa pero puede que así molesten menos y sean menos groseros con nosotras. Fui a la barra y ahí estaba el amable señor.

- Hola Cielo, cómo te va, lista para iniciar la jornada?
- Eso creo, estoy algo contenta por qué para ser temprano hay más gente , eso significa más propina no?
- Claro que sí, soy Bob por cierto - me tendió la mano y se la estreché.
- Un gusto Bob - solté su mano - comenzaré de una vez
- Ve niña, anda.

La mayor parte de la tarde estuve demaciado ocupada con pedidos por todos lados, las mesas llenas y las propinas llenaban el bolsillo de mi mandil, si las cosas seguían a este paso podría aguantarlo, según las compañeras los fines de semana y dias festivos así eran, con mucha actividad y mucha ganancia, más cuando aceptaba los extras, pero si mis propinas serían así cada fin de semana no los ocuparía, podría seguir así.

- Hey Cielo, ven a tomar mi pedido - me acerqué a la mesa donde me hablaron, estaba ese hombre y otros tres tipos más y tres mujeres - queremos una ronda de cerveza oscura y una ruleta de chupitos - anoté todo en mi libreta.
- Algo más señor? - me recorrió con la mirada deteniéndose un poco más de lo debido en mis pies con los zapatos de tacón.
- Si, un extra, al baño, una mamada solamente
- No está en el menú, disculpe - me giré para caminar e ir a la barra.
- Te duplicare tus propinas - me detuve en seco al escucharlo - solo por una mamada, que dices, tentador no crees? - oh pero claro que lo era, me di la vuelta y le sonreí , me acerque a el y le susurré al oído
- No está en el menú guapo - me endereze y caminéa la barra moviendo de más mi trasero.
- Algún día cambiarás de idea y aquí estaré para cuándo eso pase Cielo.

Esa no fue la única propuesta que tuve, pero si fue la más generosa. Todo el turno evité a Ángel, ella notaba mi evasiva pero no insistió en hablar ni nada parecido, eso era bueno, no sabía si podría hablarle después de lo que sucedió aunque me parecía algo hipócrita, si le probé los pechos por qué no podría hablarle, tal vez solo sería cuestión de dejar claro que, aunque me gustó, no debería de pasar de nuevo. Regresé a la barra y me senté en uno de los taburetes para mí descanso de 15 minutos, Bob me tendió una cerveza y le sonreí. Estaba atenta viendo el fútbol en la televisión, no era algo de mi agrado pero aquí lo vería seguido así que tendría que almenos tolerarlo. Estaba a punto de terminar mi cerveza cuando un grupo de chicos entró haciendo mucho alboroto, eran jóvenes, guapos, pero uno de ellos en especial llamo mi atención, el estaba algo atrás en el grupo, era el más formal entre ellos, todos iban de vaqueros y camisetas, el traía una americana azul marina, una camisa celeste y vaqueros oscuros , era guapo, elegante, pero no hacía lo que los demás, solo estaba tranquilo, se quitó la americana y abrió los botones en las muñecas de la camisa y las subió un poco, no podía dejar de verlo, su cabello castaño claro, lacio, tenía los labios muy lindos, un poco finos para mí gusto pero en el lucian fantásticos, sus ojos, necesitaba ver sus ojos.