Álex

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No podía esconderme de ella siempre. Y quería escuchar su voz almenos, pero su teléfono estaba apagado. Y si de algún modo se había enterado? No quería perderla, creo que era mejor llamar a su casa y ver que sucedía. No podía ocultar mi nerviosismo y ella lo confundía con enojo. Lo sé por la forma en que me respondía. Y si, no lo niego, estaba molesto. Por qué putas me respondía como cuando estaba en servicio. No me dijo que ya comenzaría. No me dijo nada. Intentaba no gritar del enojo por qué sería muy hipócrita de mi parte. Luego escuché lo que dijo.

- No amor espera déjame ...- me colgó, me colgó. Lo sabe, de algún modo lo sabe. Lancé mi teléfono al suelo y comencé a golpear todo, cómo lo sabía? Tal vez ella la buscó - Mierda !

Terminé mi guardia y salí de ahí. Conduje lo más rápido que pude hasta su casa. Tenía que hablar con ella y aclararle las cosas, no podíamos terminar mal por un mal entendido. Mi hermano tenía razón, debí haberle contado todo antes, ahora todo parecerá una excusa. Llegué a su casa y no me atendió, sentí un coraje enorme al saberla con otro. Se que era su trabajo, pero está enojada, tal vez le estaría haciendo lo mismo que a mí. O dejaría que el le hiciera las mismas cosas que yo le hago. Cosas que solo suceden entre nosotros. No golpearía a una mujer pero si la haría a un lado. Quería tirar la puerta y sacar a ese imbécil de ahí. Creí que seguiría siendo fácil cuando regresara al trabajo pero no así. Se supone que tendría un previo aviso y ambos nos calmariamos juntos. Estaba apunto de entrar al cuarto cuando Ángel de nuevo se puso en mi camino.

- No lo hagas. Veras algo que no te va a gustar.
- No me importa. Solo quiero sacar a ese idiota de ahí. Ella está enojada - le dije viendola a los ojos.
- Y por lo mismo que ya está enojada no la hagas enojar más, tu sabias a qué se dedicaba y aun así quisiste lanzarte.
- Si, pero se que está enojada
- No pasará nada más de lo de siempre
- Como lo sabes ?
- No lo sé. Solo quiero pensar que así será igual que tú. Vuelve luego y hablas con ella. El fin de semana lo tendremos libre.

Salí de ahí tirando todo lo que estaba a mi camino, estaba enojado conmigo, por ser tan imbécil. Si tan solo hubiera hablado con ella en lugar de esconderme. Que haría si ella me dejaba, no podía. No quería perderla y menos por algo que no sucedió. Y tengo que averiguar cómo consiguió mi dirección. Por qué tuvo que estar ahí para que repitiera mis palabras. Llegué a mi casa y tomé un trago de wisky, y otro, y otro y luego otro. No sé cuántos llevaba y no me importaba. Estaba realmente asustado. Tocaron a mi puerta y fui a abrir.

- Porfavor perdóname, déjame explicarte las cosas
- Si, explícame, es tu única oportunidad - entró y se sentó en mi sofá.
- Ella me buscó a mi, cuando salí de tu casa estaba esperándome en mi consultorio. Había un nombre falso en la ficha y por eso no la pude evitar, me pidió que la perdonara y que volviera con ella pero le dije que no. Creeme
- Explícame tus malditos golpes y dime que no fueron por ella
- Si y no - me tomé de la cabeza y bebí lo que me quedaba del trago - al llegar a casa estaba aquí mi primo - me vio como no entendiendo, y era verdad no entendía - ella se fue con mi primo, con el me engaño, discutimos por estupideces  y el me lanzó el primer golpe por decirle puta a esa - dije haciendo señas despectivas - y me defendí y si, lo golpeé, pero no por qué ella aún me importe si no por qué me dolió que el me traicionara, el es mi familia - dije ya algo más alterado - y ahora después de que ya me arruinó una vez ambos quieren hacerlo cuando soy feliz - me levanté y la tomé de la mano - por qué soy feliz, ahora, antes creía que era una persona feliz, pero ahora, se que lo soy - tomé sus mejillas en mis manos y la acerqué a mí, ella quería llorar tanto como yo - y sé que regresaste al trabajo solo para molestarme pero porfavor, dime porfavor que el no te besó - la ví alejar su vista de mi - dímelo porfavor
- Perdón - y alejó su vista de mi - creí que habías vuelto con ella - apenas y la escuchaba pero lo entendí. Entendí que ella había dejado que otro la besara así que la solté y lancé la última de mis lámparas intactas
- Por que? Por qué no hablas conmigo antes ? - se levantó del sillón ya muy molesta
- Ayer lo intenté y con que me encuentro? Con que me dejarás hasta que te aclares la cabeza?! Y que haría yo mientras tanto, seguir pensando que me querías dejar por ser una puta?!
- NO ! Yo no pienso eso de ti, jamás me ha pasado por la maldita cabeza esa estupidez - me recargue en la barra para desayuno y cubrí mi cara, el alcohol y la desesperación comenzaban a afectarme.
- Dime entonces por qué se sorprendieron mucho cuando dije que aún no tenía idea de dónde vivías?
- Quien fue ? - me tendió un papel azul, era un trozo de receta, ví la letra y la reconocí de inmediato - no le creas a este imbécil, está enojado conmigo por qué el te quería, el quería llevarte del bar y cuando fuí, el quería estar contigo no con Ángel y de ahí no hemos hablado, está más que obvio que quería aprovecharse de la situación - volví a acercarme a ella, quería abrazarla y besarla, solo pude enredarla en mis brazos y dejar que el aroma de su cabello me embriagarse de una mejor manera que el alcohol
- Eso no explica por qué nunca me dijiste dónde vivias
- Por que quería que fuera algo bonito, preparar algo, que todo estuviera en su lugar y digno de ti  - limpie sus ojos y besé sus labios, dimos unos cuántos pasos hasta que mis piernas chocaron con el brazo del sillón y me senté ahí con ella entre mis piernas. Abrí los botones de su blusa y para besar su pecho y su cuello. Volví a sus labios y mordí un poco haciendo que soltará un gemido en mi boca. Acariciaba sus pechos sobre la ropa y sus pezones endurecidos se sentían sobre la tela cuando mis pulgares pasan por ahí y solo podía imaginar cómo se sentían mientras los mordía y como su piel se erizaba cuando mi lengua los llenaba de mi saliva y mi aliento acariciaba. Ya estaba duro por ella. Estaba ansiosos de sentirme apretado y resbalar en su interior por su humedad. Ella se restregaba contra mi y yo movía mis caderas desesperado por entrar. Cuando tocan el maldito timbre. Lo ignoramos un par de veces esperando que se fueran pero no lo hicieron. La separé de mi y fui a ver por la mirilla, y ahí estaba la maldita Kari, parece que ella olía mi felicidad y llegaba a arruinarla.

- Es mi ex - le dije algo asustado por qué ella se molestara y me dejara
- Déjame a mi atenderla - me sonrió de una manera en la que no lo había hecho antes, y tal vez era por qué estaba medio ebrio pero si me causó escalofríos, una mujer enojada es más peligrosa que cualquier cosa, la ví desabrochar otro botón de su blusa, moría de las ganas por preguntar por qué pero luego me llegó la respuesta y solo rei. Me hice a un lado para que ella abriera. Se paró recargada en el marco y su mejor sonrisa

- Hola - la examinó de pies a cabeza - que se te ofrece - Kari solo la veía con los ojos abiertos sin saber que decir
- Vengo ... Vengo a buscar a Álex - Ali suspiro y luego se abanicó la cara con sus manos.
- En éste momento estamos muy ocupados mi novio y yo entiendes?
- Dile que soy Kari el querrá verme enseguida
- Ahh ya, tu eres la ex novia - le sonrió alzando una ceja - no creo que tenga más primos que quieran usarte linda, así que ya te puedes ir - ví como a ella se le distorsionó la cara de enojo y se dió la media vuelta , después de un par de pasos Ali se asomó un poco más - oh por cierto linda - la bruja se dió la vuelta - si vuelves a acercarte a mi novio no dudaré en arrancarte las malditas extensiones zorra - y cerró la puerta. Yo estaba asombrado por qué acababa de ver, por dentro me moría de la risa y me preguntaba si a mí no me arrancaría las pelotas por hacerlo. Mejor no me arriesgué.

En mi cama [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora