Él y Yo

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Baje la escalera despacio, las manos me sudaban de una manera asquerosa, perdón la definición pera realmente era tanto que al tomar el pasamanos se veía como quedaba la húmedad en el agh!. En fin, trate de serenarme o mi mamá se daría cuenta de mi nerviosismo, era como un animal que olía el miedo de sus presas, llegué y me recargue en el marco de la puerta en la cocina como si no supiera que pasaba y ahí estaba el, sentado tan guapo, fresco, tan impecable con su pantalón de vestir negro y una camisa celeste que hacía resaltar esos hermosos ojos, le sonreí y luego le dirijo la mirada a mi mamá que me ve con el ceño fruncido y me escanea con la vista, literal es un escaneo muy descarado.
- Creí haberte dicho que estabas castigada y que no saldrías a ninguna parte - me mira alzando una ceja.
- Si lo sé mamá, no bajé a pedirte permiso para nada, tu me hablaste - creo que cambiarle la jugada era mejor estrategia por qué deja de verme así y voltea a ver al vecino.
- El señor Carlos necesita ayuda para que alguien limpie su casa y le ayude a hacer las compras, hoy estarás ayudándolo ya que no tienes nada mejor que hacer después de tu estupidez de hace unos días - regresa su mirada a el en tono de disculpa por la expresión que utilizó, no podía decir que si a la primera o sospecharía algo.
- Tienes como 40 hijos de sobra, por qué yo?
- Por que lo digo yo y tómalo como parte de tu castigo - rodé los ojos y hablé dirigiendome a Carlos
- Podemos empezar ya? Mientras rápido comencemos más rápido termino - si las miradas matasen la de mi mamá ya me hubiera volado los cesos, pero no me bajé de mi mala actitud o se daría cuenta, Carlos solo se puso de pie y se disculpó con mi mamá y para que ella escuchara me dijo algo.
- Iremos primero por las compras y al llegar las acomodas mientras haces el aseo te parece?
- No tengo opción, así que vamos

Salimos de ahí y me subí al auto, no hablamos nada en el camino hasta llegar al estacionamiento del centro comercial de la ciudad de al lado, así sería mejor y podríamos estar más agusto sin que nadie nos viera y escondernos.
Me tomó de la mano y volteaba a verme como si yo fuera la cosa más bella del mundo cuando en realidad no era así, suspiré y no pude evitar sonreír, sentía el corazón acelerado, al inicio creí que eran nervios pero estaba equivocada, era ansiedad, quería sentir sus labios sobre los míos de nuevo y eso hice, lo besé, crucé la distancia y sin darme cuenta ya está sobre el a hocajadas besandolo mientras el tomaba mi cintura y me acariciaba la espalda devorandome de la misma manera en que yo lo hacía con el, pero el estaba más tímido que yo, proveche que separo sus labios para tomar aire e introduje mi lengua buscando la suya, la sentí en el primer roce y eso lo hizo lanzar un gemido sobre mis labios e insistivamente comencé a frotarme sobre el y sentía como crecía debajo de mi, sus dedos se aferraban a mis caderas tratando de inmobilizarme pero yo seguía , poco a poco separó sus labios de los míos ya jadeando con la mirada más oscura.
- Espera mi niña, aquí no, así no - mi pecho subía y bajaba debido a la exitacion que tenía retenida
- No quiere? No le gusto? - sentía como el éxtasis bajaba poco a poco, pero claro, cómo alguien como el querría estar con una gorda como yo, una gorda sin chiste, el se fijaría en alguien como Sandra, la gente como el salía con gente como ella, punto. Mordí mi labio e inspiré hondo para relajarme y no llorar, estaba a punto de bajar de su regazo cuando me aferró de los muslos y me quitó el cabello del rostro.
- Si quiero mi niña, esto y mucho más, Y no, no me gustas me encantas, pero no quiero tenerte aquí, quiero que sea en mi cama donde pueda verte completa - le sonreí y asentí- vamos a comer y luego a mi casa y ya veremos qué sucederá está bien?
- Está bien - le di un último beso antes de bajar de el, este fue un beso con más calma.

La cena transcurrió sin ningún detalle, todo fue lindo, tranquilo, nos tomamos de las manos y había un par de besos ocacionales, se sentía tan lindo, tan real, podría acostumbrarme fácilmente a esto. Al llegar la hora de irnos subí a su auto y nos dirigimos a su casa, antes compramos algunas cosas del supermercado por si alguien de mi casa estaba observando no tuvieran sospechas , puse mala cara y al voletar a mi casa ví a uno de mis hermanos parado en la puerta
- Que me vez cara de moco - le grite a Daniel que se estaba burlando de mí .
- Cállate y trabaja esclava - le saque el dedo medio y seguí haciéndome la ofendida mientras metía las bolsas a la casa, las puse sobre la mesa, era la última y Carlos estaba en su cuarto así que decidí seguirlo, di dos toques a la puerta cuando escuché que me dió permiso de entrar lo ví cambiándose de nuevo a esos shorts que traía la última vez que lo ví y sentía como me subía la temperatura en todos lados, el pareció notarlo por qué se acercó a mi, puso sus manos sobre mi cintura y comenzó a besar mi cuello mientras se pegaba más a mi, sentia un cosquilleo en mi estómago bajando a mi vientre y aun más abajo, había tenido uno que otro encuentro con Franck pero era todo directo al grano, nada como esto, mis manos dieron directo a su pecho y luego a su esplada, subieron a su cabello y enredé ahí los dedos para acercarlo más a mi mientras hechaba la cabeza hacia atrás para que pudiera continuar a dónde el quisiera. Nos movimos a su cama entre beso y caricias, mis piernas chocaron con la orilla y caí sobre el colchón y el se dejó caer sobre mi mientras su peso estaba  apoyado en sus brazos y sus músculos quedaban algo marcados, mis vista estaba en esos brazos mientras los acariciaba con anhelo. Bajó sus besos entre mis pechos y los acarició sobre la blusa, comencé a mover mis caderas por instinto. Tomo el dobladillo de mi blusa y lo levanto, comenzó a besar la piel de mi estómago, esto se sentía tan bien, mi piel se erizaba y mandaba escalofríos a todo mi cuerpo, de pronto, no! La luz estaba encendída y el estaba viendo mi asqueroso estómago, bajé mi blusa y le pedí que apagara la luz
- Porfavor - insistí al ver que el se negaba.
- Quiero verte mi niña - ambos estábamos agitados y ansiosos, pero yo no cedería en esto.
- Porfavor, apaga la luz - desabroché mi el botón  para tentarlo a hacer lo que quería- así estaremos más pronto en dónde nos quedamos - el asintió y apagó la luz
- Pero está lámpara se queda encendida está bien? - era una pequeña lámpara que estaba en un escritorio frente a los pies de la cama, llegaba poca luz así que podría con eso, solo asentí y antes de que el llegara a la cama quité mi blusa y mi sujetador, mis pechos eran algo prominentes , mi piel blanca quedaba muy bien con mis pezones rosados, el gimió y se acercó a mi arrodillándose, tomo ambos pechos que apenas cubría con sus manos y tomo un sensible pezón entre sus labios mientras con su lengua lo acariciaba mientras con la otra mano retorcía el otro, sentía como se endurecían y a mí se me empapaba la entrepierna. Se puso de pie y termino de quitar mi shorts que ya lo comenzaba a sentir húmedo, beso de nuevo mi estómago y sentí como me volvía a tensar, el se dió cuenta y  me tumbó sobre la cama mientras me besaba e iba despojandome de mis nervios
- Eres hermosa mi niña, no tienes idea de cuánto soñé con esto pero mi fantasía no le hace justicia a tu belleza - con eso me relajé mientras el llegaba al elástico de mi tanga, pasó las manos sobre ella y luego bajó para rodearme el trasero, sintió mi ropa interior y de pronto me hizo darme la vueltas mientras apretaba ambas nalgas en sus manos y hundía su cara en mi culo.
- Me vas a volver loco, la vista es exelente - su voz era ronca y eso me exitaba más - y tú olor - volvió a enterrar la cara y aspiró mi aroma a exitación - quiero probarte - me volvió a dar la vuelta y me levantó las caderas para quitar mi tanga. Al verla caer en el suelo junté las rodillas y subí los pies al borde de la cama
- Déjame verte, vamos - me sentía expuesta, nadie me había visto así, pero el me hacía sentír sexy aunque no lo fuera, abrí las piernas y el pudo ver todo de mi, sentía como escurría mi húmedad y el estaba de rodillas ahí viéndome, de pronto sentí como sus dedos comenzaban a acariciarme y se empapaban de mi, volví a verlo y veía como chupaba sus dedos y cerraba los ojos mientras suspiraba, estaba gozando de mi sabor .
- Alguna vez te has probado? - negué, no sabía que más hacer, yo era nada al lado de su experiencia - hoy lo harás - solo asentí, debí parecer estúpida o algo así sin decir nada , poco a poco acercó su cara al vertice de mis muslos y su aliento cálido acariciaba y me obligaba a  retorcerme antes de que siquiera llegará ahí. Di un gemido al sentir la suavidad de su lengua separando mi sexo y buscando como entrar y explorando cada rincón, llegó a mi clítoris, ese puntito que se puso el a trabajar atento y me hacía levantar las caderas y temblar las rodillas mientras su lengua jugaba con el y sus labios succionaban mientras mis manos se aferraban a su cabello y lo hacía acercarse más y me devorara como jamás lo habían hecho, sentí como deslizó un par de dedos dentro de mi cavidad y casi suelto un grito, empujó hacia arriba tocando otra parte aún más sencible que el punto que seguía trabajando con la lengua y comenzó a mover los dedos, yo soltaba gritos, ya no erna gemidos y el gruñía contra mi humedad mientras saboreaba mi cuerpo, tomé una almohada y la puse sobre mi cara para ahogar el ruido, sentía como si quisiera explotar, cómo si fuera a orinarme encima y lo deje salir un poco, me asusté, creo que me había orinando un poco y eso medio pena pero el gruño, gimió y movió más rápido sus dedos
- Vamos pequeña, dámelo, dame más - que mierda? - es tu orgasmo, dámelo, se que tienes más - oohh, quien era yo para negarme, el era el experto aquí así que poco a poco volví a soltarme y sentí como  salía un poco más y el lo recibía con la boca abierta, no dejaba escapar ni una sola gota, mi cuerpo se recuperaba de las convulsiones, eso había Sido espectacular.
Se alejó de mí entrepierna y se desnudó, tenía una verga hermosa si se podría decir así, era un largo bueno, unos 17 o 19 centímetros pero gruesa y con venas, la punta estaba rosada y caía de ella una gota transparente, está ansioso por estar dentro de mi así como yo de sentirlo. Subió y se acomodó entre mis piernas, se acercó para besarme y cuando abrí los labios dejó caer dentro de mi boca un poco de mi orgasmo.
- Pruebate, así sabes, deliciosa - me volvió a besar y con la lengua recogió una gota que se deslizaba por la comisura y sentía como palpitaba en mi entrada, envolví sus caderas con mis piernas y lo alenté a entrar, poco a poco fue bajando sus caderas y deslizandose dentro, sentía como mi cuerpo se abría para recibirlo con algo de dolor, hace mucho no estaba con nadie y nunca habia estado con alguien tan grueso, gemi sobre su oído, eso fue suficiente para que comenzara a moverse con más fuerza dentro de mi y la humedad creciera y el choque de nuestras pieles fuera más ruidoso, ambos gemiamos de placer y el embestia con tanta fuerza que dolía pero también era tan placentero a la vez.
- Estás tan cerrada mi niña, siento que no aguantaré mucho - lo besé y mordí su labio, una gota de sudor comenzó a bajar por su hombro y pasé mi lengua sobre ella para beberla, tenía la boca seca de tanto jadear.
- Vamos, dámelo todo Carlos, lléname - eso lo hizo gruñir y dar unas arremetidas más un poco más pausadas, y el calor se extendió dentro de mi mientras su piel se erizaba, salio de mi y sentí como su semilla goteaba de mi entrada.

Me levanté de la cama y le pedí el baño para limpiarme, me dió otro beso y me dejó ir al baño, sentía que olía a el, así que decidí entrar al baño y lavarme cuidado de no mojarme el cabello, ya casi eran las 11:00 de la noche y no podía arriesgarme a qué mi mamá viniera a buscarme, me puse la ropa y fui de nuevo a la habiatacion a tomar mis zapatos.
- Tengo que irme - el estaba recostado en la cama con una enorme sonrisa el el rostro, se reincorporo y se acercó a mi para darme otro beso.
- Como deseaba que te quedaras y durmieras aquí conmigo  - me sonríe algo trsiste.
- Quisiera lo mismo pero no es posible - solo asintió y yo me levanté de la cama - hasta luego vecino - le dije con tono de burla .
- Espera , no te vallas - se paró y me tendió la mano, de nuevo más dinero, está vez lo sentía distinto, me sentía peor , me sentía como un puta pero no me podía dar el gusto de rechazarlo, le di las gracias y me dispuse a salir de su casa cuando me llegó una duda.
- Calos?
- Que pasa mi niña
- Desde cuando deseabas esto?
- Desde que me mudé aquí y te Vi

No dije nada más y salí y de ahí, llegué a casa y dejé dinero en la mesa y una nota para mí mamá, subí a mi cuarto y ví en la cama las cosas que me había traído Sandra, lo había olvidado y si me llamo no escuché por qué en el centro comercial le quite el sonido al teléfono, solo me fui a la ducha y me metí a bañar de una manera más profunda.
Desde que se mudo, mierda, me puse a hacer cuentas , el llegó hace 5 años, llevaba viéndome de ese modo desde los 12 , desde que era una niña, sentí como se me revolvió el estómago y vomité lo que había cenado.
Tomé mi pijama y me fui a la cama sin secarme el cabello, no tenía fuerzas, estaba agotada y las piernas me dolían , revisé mi teléfono y tenía un mensaje de el .

" Buenas noches mi niña, gracias por mostrarme lo hermoso que es el cielo, besos, tuyo El vecino"

En mi cama [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora