Oscuridad

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En ocaciones pensamos que por un mal día tenemos una mala vida. Pero no es así. En algún momento todo pasa. Decía mi abuela que no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo aguante. Para ser sincera nunca lo entendí hasta ahora. Ya había sufrido demaciado, y lo volví a hacer cuando ví las cosas de Álex empacadas para ser llevadas lejos. Pero ahora? Ahora siento como una parte de él que será mía para siempre provoca piquetes dentro de mi. Dice mi madre que es por qué ya se mueve. Y está bien, le creo, la experta en embarazos es ella. Mis náuseas ya se estaban haciendo menos notorias y mi barriga comenzaba a salir. Ya habían pasado tres meses desde que el se fué. Aún lo extraño y siento el vacío que dejó su partida pero no estoy sola. Tengo a mi mamá que se puso feliz con la noticia de que sería abuela. Mis hermanos, bueno ellos no opinaron mucho, ángel ha estado para mí de manera incondicional y lo más importante. Carlos, el ya no me dejó continuar trabajando. Su prometida se enteró que nos volvimos a encontrar. Le dijo a el que no lo dejaría para que regresara conmigo. Él le dijo que estaba bien, era su desicion pero que si se quedaba yo sería su prioridad junto con el bebé y ella al parecer lo aceptó.

Hoy estoy saliendo de un nuevo ultrasonido. Se supone que hoy me dirían el sexo del bebé pero no se ve absolutamente nada. Tal vez aún no entiendo bien las imágenes y el no se quiere dejar ver. Siento que será un niño. Dicen que el instinto en eso no falla así que creo que será un niño. Carlos me toma de la mano para ayudarme a ponerme de pie y me da un pequeño beso. Le encanta acompañarme a estas cosas y a mi me gusta que esté a mi lado. Dijo que al salir tendría una sopresa para mí. La verdad es que si estoy emocionada. Se notaba entusiasmado por lo que me mostraría.

Estábamos camino a la ciudad donde el vive. Donde yo vivía. Era algo extraño estar aquí de nuevo. Creí que ya no regresaría a este lugar. Estacionamos fuera de casa de Carlos. Eso me ponía nerviosa. Me invitó a pasar pero no me parecía bien. Ella estaba ahí y cada vez que nos veíamos ella terminaba mal. Me insultaba y Carlos se molestaba con ella y no le hablaba por un par de días así que mejor evitaría esa situación y lo esperaría afuera. Estaba recargada en el coche esperando a que saliera. Dijo que solo iba rápido por algo adentro. Estaba quitando el esmalte de mis uñas cuando alguien me tocó el hombro y levanté la vista.

- Hey hola, creí que ya no te vería por aquí - sonreí al verlo y luego su traición con mi supuesta mejor amiga me vino a la mente.
- Ni yo planeaba estar aquí de vuelta, pero que mi regreso de entre los muertos no arruine tus revolcones de consolación con mi  supuesta amiga - la sonrisa que él tenía en el rostro se borró me tomo de la mano y buscaba las palabras correctas para pedir disculpas o dar alguna explicación que a mí ya no me importaba
- Las cosas no fueron así ...
- Mi niña todo bien ? - aparté la vista de Franck cuando escuché a Carlos, vió nuestras manos Unidas y rápido lo solté.
- Si todo bien - regresé mi vista a Franck que si le ponía atención se había puesto más lindo y alto - ya no importa, te digo lo mismo que a ella, a mi por el momento déjenme en paz, tal vez algún día volvamos a hablar - pongo por instinto mi mano en mi vientre y el se da cuenta de mi pequeña barriga, abre mucho los ojos y luego voltea a ver a Carlos.
- El está casado - dice con un tono con toque de juzgue como si supiera todo y tuviera la calidad moral para hacerlo.
- Y eso no te incumbe a ti así mejor aléjate - le dice Carlos a Franck y éste se va solo negando como si yo fuera lo peor del mundo - Nos vamos ? - asenti y tome su mano - Sabes pequeña, cuando te fuiste me dolió mucho, pero eso ya lo sabes. A los pocos días, el banco realizó una subasta por la casa en la que vivías, yo no podría soportar ver a nadie más ahí - estábamos en el porche de la casa - siempre confíe en que algún día te volvería a encontrar , así que compre la casa para dártela cuando te encontrara y hoy cumplo esa promesa - pone en mi mano las llaves de la casa. Aún tiene el mismo llavero que le había puesto hace tiempo - y quiero que tú y tu familia regresen aquí. Si la aceptas en unos días cambiamos los papeles a tu nombre. Por el dinero no te preocupes, ya está pagada y de lo demás yo me haré cargo. - me miraba esperando una respuesta de mi parte y yo aún veía las llaves en mi mano. Me sacó de mis pensamientos la lágrima que cayó sobre las llaves y lo abracé. Lo abracé fuerte dandole las gracias y haciéndole entender que esto que el me daba era muy importante para mi. Aquí estaba mi vida. Mis mejores momentos y la llegada de mis hermanos. Metí la llave en la cerradura y le di la vuelta. Abrí la puerta y di un paso dentro. Todo estaba igual. Estaba tal y como lo recordaba.

- Gracias - rodeo su cuello de nuevo en un abrazo y le doy un beso en los labios - me encanta, aquí podré tener la cuna de bebe sin problema en mi cuarto y podrás vernos cuando quieras - creo que eso le gustó por qué sonrió y m volvió a besar.
- Entonces vamos y démosle la noticia a tus hermanos y que empaquen sus cosas
- Si vamos

Una vez más aquí estoy empacando. Pero no estoy enojada o triste. Estoy feliz de volver a mi lugar. De regresar a dónde fui y sé que seré feliz de nuevo.

Mis cosas están en la nueva casa... O tal vez la vieja casa? No sé cómo decirlo y no me importa. Lo importante es que ya estamos aquí de nuevo juntos. Hoy iríamos a comprar la despensa para la casa. En unos días firmaríamos los papeles para cambiar el propietario de la casa. Ya estábamos de regreso a casa después de las compras y una parada por comida, puse música en el estéreo del coche. Yo bailaba en mi asiento y cantaba. Me sentía tan feliz y plena. Carlos me miraba sonriente como siempre lo ha hecho. El una vez me dijo que yo le había regresado la felicidad a su vida. Y esa luz estaba en sus ojos en este momento, este momento que era de nosotros dos y bichito. De pronto... Todo se apagó. No sé que pasó. Solo ví su cara de miedo y un golpe que nos sacó del camino. Escuchaba gritos y me aferraba a los lados del asiento mientras el cinturón me mantenía en mi lugar. Me di cuenta que los gritos eran míos y tenía miedo. Mucho miedo. Luego de ahí solo veía flashes de lo que pasaba. Carlos con sangre en el rostro y la oscuridad vino a mi, mis ojos se cerraron. Luego escuchaba alguien hablándome, creo que era un paramédico, todo me dolía pero no podía pedir que ayudarán a mi bicho y a Carlos que no lo veía por ningún lado, luego oscuridad de nuevo. Vuelvo a abrir los ojos y una luz blanca me ciega por un momento para luego darme cuenta de que estoy en un hospital, en una camilla y me llevan a algún lado.

- Dónde está él? - le preguntaba a las enfermeras pero no me respondían y mi pánico aumentaba. Ya no pude más de nuevo con mis ojos y me deje arrastrar por esa oscuridad. Escuchaba el ir y venir de la gente en el hospital. El bip bip de las máquinas pero aún no podía abrir mis ojos. El tiempo pasaba y mi mente estaba despierta pero mi cuerpo no me respondía, no me obedecía a la orden de abrir mis ojos y hablar para saber de él, para saber de mi bebé. Lloraba pero no escuchaba nada y nadie se acercaba. Tal vez solo estaba en mi imaginación y no podía hacer más que esperar a que mi cuerpo decidiera ceder ante este cansancio que me arrastraba una vez más a la inconciencia.

En mi cama [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora