Álex

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Que hice mal? Por qué se fue? Pensaba que todo ya estaba bien entre nosotros. Tal vez la asusté con mi propuesta.

Día tras día desde que me dejó despertar solo en mi casa la he buscado, tengo que verla, necesito verla, quiero entender que sucede. Hoy , ya después de una semana de que evade mis llamadas y se mantiene el dia ocupada trabajando. Decidí ir a buscarla a casa de su mamá. Al llegar no había nadie, no se a donde más ir. Pude haber interrumpido algún servicio pero ella se molestaría aún más, no podía hacerle perder ese dinero que ella necesita.

Decidí regresar a su casa y esperarla en la puerta, Ángel no me dejó pasar así que me quedé sentado afuera, no importa cuánto tiempo pasara, yo tengo que verla. Mis ojos comenzaron a cansarse, el día de trabajo, los desvelos y estarla buscando constantemente me estaban pasando factura en este momento. Recargo mi cabeza el la pared y tomo mis rodillas pegadas a mi pecho. No me movere de aquí hasta no tener alguna explicación.

Termino de cerrar los ojos dándome por vencido al cansancio y la tristeza, sueño con que la tengo de nuevo, la abrazo y luego desaparece dejando un vacío. Siento que doy un largo suspiro y se que lo he hecho también fuera de sueños. Luego comienzo a oler su perfume, esto es mas fuera de sueños, tal vez estoy loco e imagino su dulce aroma o está tan cerca que puedo olerlo. Poco a poco va desapareciendo y no quiero dejar de persibirlo. Quiero seguir embriagandome de ella. Abro los ojos buscando la fuente de ese olor que conozco a la perfección pero no hay nada. Estoy solo en este maldito pasillo alucinando. Me pongo de pie y me voy a mi casa. Mañana será otro día en que podré venir a buscarla.

Comencé mi día un poco más tranquilo, haber tenido su perfume en mi sistema me hizo sentír un poco mejor, dormí un poco más que días anteriores. Necesitaba que mi guardia terminara para ir a verla, o tal vez pediría licencia para retirarme temprano, hoy no tenía tantos pacientes y tal vez llegando así de manera sorpresiva ella me va a recibir o la encuentre desocupada.

Salgo del hospital poco después de medio día. Pedí el resto de la tarde libre. Le pedí a un compañero que llamara al número para saber si ella estaba ocupada y me dijeron que no. Éste era mi momento para verla.

Llegué a una florería y compré unos dulces de uvapasa cubierta en chocolate que a ella tanto le gustan y un girasol. Conduzco a su casa ansioso por volverla a ver. Estaciono la camioneta, aliso mi ropa y respiro para controlar mis nervios. Estoy sudando como un puerco. Tomo las cosas y bajo. Comienzo a subir las escaleras y al llegar al borde me detengo. Veo a un hombre parado ahí esperando a que le abran. Tal vez sea un cliente pero en mi llamada dijeron que Ángel estaría ocupada un par de horas y Cielo no tenía cliente para el resto de la tarde. Me quedo esperando a ver qué sucede. Abren la puerta y veo como la sonrisa del hombre se hace grande, una con mucho amor. Tal vez sea un frecuente de ángel. No, me equivoqué. Quien lo recibe es Alisson, mi Alisson. Luce triste y cansada hasta que ve la cara del tipo y se lanza a sus brazos y sonríe mientras él besa su cabello. Que mierda estoy viendo?. No hay por qué alarmarse, el hombre luce algo mayor. Tal vez sea algún familiar. Ella se separa un poco de el y le dice algo. Desde donde estoy no puedo escuchar y tampoco me puedo mover. Y no es por qué no quiera, es por qué el miedo me tiene tomado de los tobillos con sus garras y no me permite avanzar. Ella rodea su cuello y acerca su boca a la del y lo besa como lo hace conmigo.

Siento como el calor y la rabia se apoderan de mi, tal vez por eso se fue y yo haciendo el papel de imbécil con ella declarandole mi amor. Ella tal vez iba a deshacerse de mi y no la dejé hablar. El limpia unas lágrimas debajo de sus ojos y entran.

Deben de estar tan ansiosos que no notan que la puerta no cierra por completo. Camino sin hacer ruido y espero hasta que escucho la puerta de Alisson cerrarse. Quiero escuchar todo. Tal vez yo estoy siendo testigo de una de esas veces en las películas en las que sucede un beso y la persona enamorada los ve y se va antes de ver cómo lo rechaza y queda destrozado por no esperar. Yo no cometeré ese error por eso voy tras ella. Para ver cómo lo rechaza o solo lo atiende como a cualquier cliente más. Entro en la sala y me acerco a la puerta. Pego mi oído a la puerta para escuchar algo, lo que sea que me dé la señal que necesito.

-  Te extrañé mi niña - le dice el con un suspiro.
- Y yo a ti. Tengo tanto que contarte. Porfin le dije todo a mamá, lo de mi trabajo y ... Lo nuestro. No con detalles pero si
- Y que pasa con el otro chico - ella tarda un poco en responder.
- Eso ya es parte del pasado. O eso espero.
- Estaremos bien mi niña. Sabes que estoy para ti
- Yo lo sé - no escucho nada por un momento e imagino como debe estarla besando y me hierve la sangre - Ya no quiero hablar de el está bien ?
- Que te parece si te ayudo a distraerte
- Eso me gustaría mucho - me pego más a la puerta ya que de nuevo no escucho nada  hasta que suspira - te quiero Carlos -eso fue todo lo que pude escuchar, ya no quería saber nada más, ya no podría escuchar nada más. Olvidé que tenía los dulces y la flor en la mano.

Estaba tan enojado, solo quería entrar ahí y arrancarle la cabeza a ese maldito imbecil. Y ella, ella sabía que no podría perderla y menos así, a manos de alguien más de nuevo. Lanzo la flor al sillón y los dulces contra la pared haciendo que la bolsa explote y dejando que el suelo se llene de ellos. Salgo de ahí lo más rápido que puedo y enciendo el auto acelerando hasta llegar a mi casa. Solo quiero olvidar lo que pasó hoy. Tal vez sea hora de porfin tomar ese puesto que me habían dado en el hospital de la otra ciudad. Lo rechacé al conococerla a ella. Quería estar con ella pero ahora no valía la pena estar aquí. 

Llegué a casa y envié el correo al hospital para saber si el puesto aún estaba disponible. No tardaron mucho en responder. Para ellos seria mejor que mañana fuera a dar una vuelta en la tarde y comenzar lo antes posible. Llené una pequeña maleta con lo que más necesitaba. Baje al ascensor y al llegar con el portero le indiqué que llamara a una mudanza y comenzaran a empacar todo. No quería estar ya más aquí. Ésta noche y tal vez un par más estaría en un hotel. Luego buscaría una casa o un departamento.

Meto la maleta en el asiento de atrás. Luego veo algo que llama mi atención. Está ahí una pequeña banda para el cabello negra. Tiene un pequeño adorno metálico dorado en forma de un moño. La tomo y huele a su shampoo. Sé que es de ella. La tomo y la pongo como pulsera. Me duele lo que escuché. Me rompió el corazón y el alma pero aún así la sigo amando con cada uno de los pedazos.

Voy conduciendo a la nueva ciudad. Es un lugar un poco más lindo. Las casas son mejores que el lugar donde estaba el hospital. El hospital por fuera también luce más grande y más lujoso. Hay una preparatoria y un centro comercial enorme, más zonas  hotelera. Me de tengo en el primero que encuentro y pído una habitación. Subí a mi cuarto y dejé la maleta en un rincón a un lado de la puerta. Pedí una botella de whisky, hielo y una caja de cigarrillos. Esperé a que llegaran. Bebí dos copas de golpe, esas dos se convirtieron en cuatro y  otras dos más, sentí como mi rabia se volvía más potente con cada gota de alcohol.

Solo unas copas más para que éste dolor en mi desaparezca. Hoy sacaré todo lo que llevo dentro. Incluso aunque eso signifique olvidarla a ella también. Necesito dejar de sentir que ella es el aire que respiro.

Abrí mi maleta para buscar mi encendedor e ir a la mesilla del balcón. Solo necesito un poco de aire fresco y luego se que me calmare. La pongo sobre la cama y la abro. Entre mis cosas cae un pequeño calcetín rosa. Tal vez estaba entre mis cosas y lo traje al empacar. Lo veo y no puedo más. Se que en mi casa hay más cosas de ella. Ya había cosas ahí. Poco a poco habría más  y sin darnos cuenta solo tendríamos que recoger unas cuántas para cuando ella decidiera mudarse conmigo. Ella me esperaría a llegar del trabajo y haríamos la cena juntos o pediríamos algo y veríamos la T.V o haríamos el amor. Pero no! Maldita sea no! Ella prefirió a alguien más sin importarle una mierda yo. No fui nada. Solo un trabajo más. Solo eso fui para ella. Hechó mi corazón a andar para después dejarlo pudrirse solo.
Lancé la maleta. Un florero y le di una patada a un a mesa que volcó en el suelo lo que había en ella. Arranqué las sábanas odiandome por haber sido el imbécil de alguien una vez más.

No puedo más. Caigo de rodillas al suelo frente a la cama. Mi botella está en mi mano y bebo de su caliente líquido y siento como me quema, ese sentimiento es mejor que el fuego que se expande por mi pecho y me pide que termine con todo esto de un a vez. Pero no. No no lo haré. No soy un maldito cobarde. Hoy solo necesito beber hasta olvidar su maldito nombre.

En mi cama [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora