Narra Diamond Storm:
-Ustedes no irán a ninguna parte.-La voz de Jane retumbó en las paredes.-Querida cuñada, ¿Que crees que estás haciendo?-Yo la mire sin decir nada. Jane es una desquiciada, capaz de hacer cualquier cosa por cumplir las órdenes asignadas.-Esto te costará muy caro Diamond. Serás castigada. Créeme que si. Guardias!!!.-No, tome la mano de Los chicos con fuerza. No quiero ser separada de ellos otra vez.
-No!, Dy!.-Varios guardias nos rodearon. Intente acercarme a mis chicos pero los guardias me tomaron fuertemente de los brazos, estos ejercieron presión sobre ellos. Causándome dolor, el cual refleje en mi rostro, Embry lo noto.-La están lastimando!!-Yo lo mire con tristeza.
-Cállense!.-Grito Jane.-Síganme, a Aro le encantará esto.-Sin decir algo más los guardias siguieron a Jane tomándonos fuertemente para que no intentásemos escapar. Tras unos minutos llegamos al salón del trono, al verme Alec sonrió, pero su sonrisa no duró mucho, ya que al notar a los guardias detrás de mi su ceño se frunció.
-¿Que significa esto?. ¿Porqué traen a mi prometida de esta forma?. Ella debería estar en su cuarto preparándose para esta noche.-Se cayo al ver a los demás.-Ohh, entiendo.-Susurró él mirando a Embry.-Así que... Tú eres el molesto perro que no deja tranquila a mi princesa.-Acarició mi cara. Yo hice un gesto de asco ante esto, odio que me toque.
-No la toques!!, ella es mía!!.-Alec abrió los ojos sorprendido.
-¿Y este quien se cree para hablarme así? No eres más que un sucio can
-Este sucio perro te arrancará la cabeza cuando te ponga las manos encima.-Grito mi lobo furioso intentando zafarse.
-Por favor, no es necesario este espectáculo.-La voz de Aro los interrumpió.-¿Que hacen ustedes aquí?
-Venimos a rescatar a Diamond y a los Cullen.-Respondió obvio mi lobo.-Ya que ustedes la secuestraron.
-¿Secuestrar?, que absurdo, nunca haríamos eso.-Sonrió con malicia.-Prefiero decir que tenemos a Dy aquí hasta que entienda que este es su lugar, en nuestra guardia.
-Pero eso no es Justo, ella no quiere estar aquí.
-Ohh, claro que quiere.
-No. No es así, ya les dije miles de veces que no quiero formar parte de su aquelarre. Solo quiero irme con mi familia.-Hable por primera vez.
-No digas estupideces amor. Tú me amas, vamos a casarnos.-Hablo Alec en mi dirección.
-Entiende Alec, no te amo, lo siento, pero no quiero casarme contigo. Yo ya tengo a alguien más. Y mi corazón es suyo.-Miro a Embry al decir esto, él sonríe feliz. Lo que no dura mucho al escuchar el grito furioso de Alec.
-NO!, ESO NO ES CIERTO, TÚ ME AMAS A MI. TODO ES CULPA DE ESE ESTUPIDO LOBO, TE HA PUESTO EN MI CONTRA!!-Señalo a mi lobo.
-Sabes bien que eso no es así. Yo jamás te he amado. Solo fui amable contigo, pero de eso a amarte, hay mucha distancia.
-Pues me vale lo que quieras, TE CASARÁS CONMIGO Y NADIE PODRÁ EVITARLO!. Mi señor.-Se dirigió hacia Aro.-Por favor, casenos, y le prometo los dones de Diamond y Mael a su disposición. Incluido a los Cullen.-Aro sonrió complacido.
-Muy bien hijo mío, acepto tu ofrenda.
-¿¿Que??, no!!-Los guardias me arrastraron hasta donde estaban Aro y Alec.
-Dy!!.-Mire hacia atrás con dolor. Mi lobo peleaba por ser liberado y llegar a mi. Sus ojos se conectaron con los míos, podía ver su miedo. Mire a Aro esperando que hubiera algo que lo detuviera.
-Por favor. Deténganse, esto no es Justo, va contra la ley!!
-¿Cual ley?
-Yo ya tengo a mi pareja destinada, y ese no es Alec. Están comen tiendo un terrible error.
-Quizá en las normas de los lobos si, pero en las nuestras nosotros podemos hacer lo que queramos. Y lo que quiero es tu don a mi disposición.-Lo mire con rabia.
-Jamas te amare.-Dije mirando a Alec. El me dedico una sonrisa.
-Nunca digas nunca preciosa. Tenemos cientos de años para estar juntos, con el tiempo se que aprenderás a amarme.
-No mientras yo siga en este mundo.-Interrumpió Embry.-Mientras respire jamás dejare de buscar la forma de recuperar a mi chica, y quitártela.
-Mientras esté viva jamás dejare de pelear, porque sé que mi otra mitad nunca dejará de luchar por mi. Porque un día volvamos a estar juntos.
-Eso podemos arreglarlo ahora mismo.-Pronuncio Aro despacio, mirando a mi lobo. Ay no. De pronto lo entendí, intente soltarme de inmediato.
-¿Que?
-Mátenlo!!
-No!!.-Me retorcía intentando liberarme. Los guardias sometieron a Embry, haciendo que se arrodillara en el suelo, Aro se aproximó hacia el.-Eres un monstruo.-Dije furiosa en su dirección.
-No mi pequeña, solo soy un hombre que sabe lo que quiere y no sé detiene hasta que lo tiene.
-Aro, te lo advierto por última vez. Suéltame y deja nos vayamos.
-¿O que?.-Sonreí con malicia.
-O te arrepentirás el resto de tu vida.-El soltó una carcajada.
-¿A si?. ¿Y cómo lo harás?-Sonreí de lado. De pronto se escuchó un gran grito de dolor de parte de Aro.-Ahh, ¿Pero que?-Miro en dirección de quien estaba causándole el dolor.-Jane...¿¿Que demonios estas haciendo??-Ella lo miro asustada.
-No soy yo Aro, lo juro.
-Tiene razón, soy yo.-Grite llamando la atención de todos.
-¿Que?, pero...¿Como?
-Es sumamente sencillo con mis poderes. Ustedes dos suéltenme ya! Si no quieren que les pase Lo mismo.-Los guardias me soltaron. Aro me miraba asombrado. Pero luego volvió a retorcerse del dolor.-¿Ya no te ríes?.-Preguntó divertida.
-Eres una...-Le ordene a Jane que intensificara el dolor. Aro se quejó.-Ya basta! Por favor...
-Dile a tus guardias que suelten a Embry y a mi familia.-Ordene mirándolo seria. Pero el no decía nada.-Ahora!!-Soltó otro grito. Esto si que se puso interesante.
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No me abandones |Embry Call|
Người sóiLos protectores de la reserva corrían por el bosque persiguiendo un grupo de vampiros invasores, dos de ellos olían diferente a uno tradicional, por lo que debían saber quienes son y que querían, y en caso de una amenaza, eliminarlos, pero el payaso...