Capitulo 23: Calma

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>>Antes<<


-Ya no digas mas, ven.-Tome su mano y comencé a caminar hacia mi cuarto.-Vamos a descansar.

-Con gusto preciosa.-Sonreí complacida, por fin, en varias noches podría dormir en paz y con mi lindo lobito.


<<Ahora>>

Narra Embry Call:

El sol se asomaba por la ventana, parpadeo un par de veces antes de abrir los ojos, miro la habitación en la que estoy, me inquieto al comienzo, pero me calmo de inmediato cuando veo a mi hermosa Diamond dormida a mi lado. Recuerdo la noche anterior y una pequeña sonrisa de instala en mi rostro. Por lo cual, decido disfrutar un poco mas con mi nena y la abrazo, atrayendola a mi pecho, ella suelta aire y se remueve un poco. Lentamente mi chica parpadea y finalmente posa su miranda en mis ojos y sonríe.


-Hola.-Susurro para no incomodarla, ya que esta recién despertando.


-Hola lobito, ¿Como has dormido?


-Muy bien hermosa, contigo, nunca había dormido mejor. ¿Y tu?


-Perfectamente, ¿Tienes hambre?.-Asiento, ahora que lo menciona, mi estomago ha estado reclamando atención desde hace un rato.-Iré a preparar algo para comer, ¿Vienes?


-Claro nena.-Me levanto de la cama y me coloco mis zapatos, luego ayudo a Dy a levantarse, ella hace lo mismo y bajamos. En la primera planta no hay nadie, cosa extraña. Al parecer Diamond también le sorprende esto, cuando llegamos a la cocina notamos un papel en la heladera. Dy lo toma y lee en voz alta.


-"Nos fuimos de caza, volvemos en un rato.-Edward", vaya, eso explica todo.-Dijo mi nena dejando el papel de lado.-Muy bien lobito, dime, ¿Que quieres comer?


-Tortitas y fresas.


Narra Diamond Storm:


-Tortitas y fresas serán.-Tome un plato hondo y comencé a preparar las tortitas, Harina, dos huevos, leche, y azúcar. Revolví todo y fui vertiendo pequeñas porciones de la mezcla sobre la sarten bien caliente. Tras unos minutos las tortitas ya estaban listas, las pongo en un plato y las sirvo, mi lobo no tarda en comenzar a comer.


-Están deliciosas nena.-Yo sonrió ante sus palabras y su gesto de gusto.


-Gracias lobito, me alegro que te gusten.


-Viniendo de ti jamas podría no gustarme.-Tome su mano y la acaricie, Embry cerro los ojos, disfrutando de mi cariño. Desayunamos entre risas y mimos, al terminar Embry me ayudo a levantar lo todo y guardar. Tras esto decidimos en quedar en una hora para ir a dar un paseo, después de media hora despidiéndome de mi lobo, con bastante dificultad, ya que no se quería alejar de mi. Quedamos en vernos aquí a las 11 ya que yo debía bañarme y vestirme, y Embry por su parte no traía ropa de cambio.

Subí para decidir que me pondría para salir con mi lobo, entre toda mi indecisión por fin logro decidirme por un conjunto para un día frió como este. Entro al baño y me aseo, duro 15 minutos y salgo, el agua hace que termine de despertarme, salgo y me visto, decidí ponerme unos jeans cómodos de un tono azul marino, un suerte blanco, unos botines café claro junto con accesorios plateados.

Una ves vestida desenredo y seco un poco mi cabello. Termino de dar algunos retoques extra y ya estoy lista, miro la hora y aun tengo 10 minutos de sobra, por lo que decido continuar con mi lectura pendiente.

Cielos, Park es muy tierno...


-Dy.-La voz de mi hermano hace que despegue mi vista del libro.-El perro ya esta aquí.-Comenta el con una sonrisa. Yo lo miro mal.


-No es un perro, es un lobo, lo sabes bien.


-Para mi es exactamente lo mismo.-Me levanto y tomo una bolsa, cruzando mela por el hombro, solo por si acaso.


-Pues no, no es lo mismo, y no lo digas frente a Embry, a mi lobo no le gusta que llamen a su especie de esa manera.-Una vez lista salgo de mi habitación y bajo las escaleras, Mael viene detrás de mi.


-No entiendo porque le dan tanta importancia.


-Es lo mismo cuando nos llaman chupa-sangre. ¿Acaso te gusta ese apodo?


-La verdad no.


-Hay esta, para ellos también es molesto que los llames perros.


-Tienes toda la razón preciosa.-Comenta Embry en cuanto abro la puerta, debí suponerlo, escucho todo.-Hola hermosa.-Este sonríe de lado y besa mi mejilla, pero un gruñido interrumpe nuestro bello momento, mi lobo mira con molestia en dirección a mi hermano, quien lo mira de igual forma con ambos brazos cruzados.-Hola presumido.


-Hola pulgoso.-Embry gruño. Decidí intervenir antes que comenzaran a pelearse.


-Okey, okey, ya fue suficiente. Mael, saldré con Embry, vuelvo en un rato.


-Esta bien, pero ten cuidado.


-Por supuesto.


-Si necesitas algo me llamas.-Yo asentí.-Tráela a casa temprano.-Mi lobo asintió serio. Me despido de mi hermano con un beso en la mejilla y tomo la mano de mi lobo, saliendo de la casa y caminando al interior del bosque. Tras haber caminado por algunos minutos mi lobo y yo decidimos sentarnos sobre unos troncos caídos, no logro tocar la madera del tronco cuando Embry me sube a su regazo y me abraza, enterrando su nariz en mi cuello.


-¿Estas bien?.-Comento con gracia ante su acción. El asiente.


-Si, lo lamento.-Responde el luego de unos minutos oliendo mi cabello.-Es solo que te extrañe.-Comento el con algo de vergüenza, sonrei ante esto.


-No tienes que pedirme disculpas guapo. Lo entiendo.


-Es solo que...Después de lo que ocurrió, mi lobo y yo estamos muy ansiosos, si no estamos cerca de ti, sentimos miedo de que alguien pueda volver a apartarte de nosotros.-Lo separe de mi cabello y tome su rostro entre mis manos.


-Eso no pasara Embry, te lo prometo, nadie volverá a separarnos.


-¿Lo juras?


-Con mi vida, no quiero estar lejos de ti otra vez, te quiero.


-Y yo te adoro.-Dijo volviendo a abrazarme, pero esta vez con mas fuerza.-Tenia tanto miedo.-Susurro después de un rato.-Después de todo...


-Ya no hay porque recordarlo de nuevo, estamos juntos ahora, y eso es lo que importa.


-Si, tienes razón, solo quiero estar contigo.


-Y yo contigo, disfrutemos del momento.-Rodee el cuello de mi lobo con mis brazos.


-Estoy de acuerdo nena.

No me abandones |Embry Call|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora