III

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-Oh, muchas gracias Sonic... Me has hecho reflexionar mejor sobre mi condición- Contesté con una pequeña sonrisa.

Tenía una sensación que nunca había experimentado en mi vida... Por primera vez me sentía protegido y no quería que ese sentimiento se fuera pronto.

-No es nada, pequeño- El erizo dejó los materiales que le había pedido en la mesa y levantó el pulgar en señal de aprobación, me hizo sentir mucho mejor.

-Oye, por cierto. No quisiera incomodarte con esta pregunta ni mucho menos pero, ¿te gustaría ir y volver a tu orfanato de nuevo? Recuerda que haremos lo que tú pidas- Se rascaba el brazo mientras miraba a lo bajo, para posteriormente hincarse levemente para estar a mi altura.

-Pues verás, en realidad no quisiera volver. Y si en realidad lo deseara... No podría. Aquel orfanato fue clausurado y nadie quiso adoptarme por mi mutación, desagradable. El personal de ese lugar horrible cobraba más de 10,000 rings por niño, sin papeleo, ni exámenes psicológicos para los futuros padres, ni nada. Esa gente es una total insensible y unos discriminadores de primera.- De la impotencia, podía sentir pequeñas lágrimas recorrer mis mejillas, esto no podía afectarme ahora... Ya estaba lejos de ahí, sin embargo, estaba nervioso ya que no sabría qué sería de mí después de esta tarde.

-Oh, vaya...- Sonic hizo un gesto de sorpresa, poniendo su mano sobre su boca, arrepentido de lo que había dicho. -No debí preguntar eso, lo siento...- Dijo Sonic con lástima, como si de verdad le importara lo que sentía.

El resto de la cena nos la pasamos sin decir nada, cada quien comía lo que quería. Veía a Sonic comer con elegancia y seleccionando cada cubierto del gran repertorio que tenía...
¿Quizá es alguien que sabe mucho del tema? Recién recordaba que el erizo me había dicho antes que este era su hogar, posiblemente estaba muy bien informado sobre temas de etiqueta.

Antes de iniciar una conversación sobre cubiertos, Sonic rompe el hielo -Miles, tengo una propuesta para tí- Decía mientras comía un hotdog con chili. Vaya, él había hablado después de bastante tiempo callados. Algo que no me habría esperado, supuse que se sentiría lo suficientemente humillado como para no hablar en toda la noche. -¿Ah sí? ¿Qué es?- Pregunté mientras saboreaba una alita de pollo BBQ.

-¿Te gustaría vivir conmigo?- Contestó con una sonrisa amigable, pero a la vez forzada... Quizá porque aún se sentía avergonzado.

-¿QUÉBJJJSL?-Casi me ahogaba con el trozo de pollo, no podía creer lo que estaba escuchando... No volvería a estar pronto en ese bosque o en algún sitio parecido y era imposible no sentirme emocionado. -¡CLARO QUE QUIERO!- Contesté muy feliz, por fin tendría una compañía agradable durante los próximos años.

-Genial, ven... Te mostraré la casa, ya que solo conoces la habitación de huéspedes y el comedor- Sonrió.

Estuvimos viendo toda la casa de rápido, no era para nada pequeña. Me pregunto si será de su trabajo duro o simplemente una herencia. ¿Qué edad tendría? Lo veo de unos 15, 17 años... Quizá es un Idol famoso y yo no lo sabría.

Pronto iba a preguntarle.

Despues de un tour rápido...

-Y bien Miles, este es el garaje. No le veo mucha utilidad ya que no suelo guardar mi automóvil aquí, así que puedes hacer de esta habitación tu propio centro recreativo- Tocaba su barbilla, curioso de ver que era lo que creaba.

-Vale, muchas gracias- Sonreí con cortesía, intentando pensar qué podría hacer con esta habitación basándome en los materiales que le había pedido a Sonic antes.

-Oh, y casi se me olvida... La habitación en la que estabas es de huéspedes, por lo que no puedes dormir ahí, ahora vives conmigo así que...- Sonic se alejó velozmente del garaje, subió al segundo y último piso, fuí detrás de él y al estar a su lado abrió la puerta de una habitación enorme.

-Ésta será tu habitación- Me dijo mientras entrábamos al cuarto.

-Puede que los tonos de las paredes y demás cosas sean blancas y sin vida, pero podemos transformarlo a lo que tú gustes. Aunque...Quizá deberíamos hacerlo mañana, ya es bastante tarde- Decía el erizo mientras bostezaba.

Miré a la ventana, el cielo estaba oscuro. -¿Qué hora es?- Pregunté, perdí la noción del tiempo y siento que el día se fue muy rápido.

-Exactamente son las 11 de la noche- Miraba el reloj puesto en la pared de mi habitación, mientras lo señalaba.

-Vaya, pues ya es hora de dormir- Dije algo desalentado mientras salíamos de mi nueva habitación, quería pasar más tiempo hablando y pasando el tiempo con él... Me era imposible dormir ahora.

-Genial, mi habitación está casi a lado de la tuya si necesitas algo. ¿Ves la primera puerta a la derecha de tu cuarto?- Me tomaba del hombro y señalaba la puerta ya nombrada.

-Sí... La veo- Contesté curioso, la verdad la puerta estaba muy lejana a la mía a pesar de ser la siguiente habitación, ya que las habitaciones eran bastante grandes.

-Genial, ahí duermo yo- Sonrió de una manera tierna y caminó lentamente. -Hasta mañana, Prower- Entró y cerró la puerta de su cuarto.

•Cuentos de media noche• (Sᴏɴᴛᴀɪʟs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora