XXIV

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Después de tener a toda la bola de trabajadores limpiando el desastre de la coneja, prosiguieron.

-Vale... De acuerdo. Voy a mi estudio, por si necesitan algo- Contestó Rouge, dándole una palmadita cariñosa a la cabeza a Cream.

Los demás la siguieron, yéndose a su respectivo sitio de trabajo, pasando de mí totalmente.

-Vaya... Al parecer nadie necesita mi ayuda ahora... ¡Exploraré la casa!- Se dijo a si misma antes de subir los escalones. Rayos, ¡Tenía que hacer algo para que Cream no empezara a espiar en la habitación de Sonic!

Levanté mis colas peludas, para después echarme a volar a la habitación del cobalto antes de que la coneja llegara. Entré al cuarto y cerré la puerta con seguro, recargado contra la pared di un suspiro de alivio y quedé extrañado.

Nunca había entrado a la habitación de Sonic, la cual era bastante incómodo... Espero que si se entera, no se moleste conmigo...
¡La habitación estaba totalmente a oscuras! Lo cual era por la cantidad de cortinas que había en las enormes ventanas, parecía ser que Sonic necesitaba dormir bien después de trabajar y por eso las grandes cortinas. Encendí la luz, dejando ver todo lo que había en la habitación.


Miles de bolsas de frituras y golosinas se encontraban en el buró que estaba a lado de su cama, junto con un bote de jarabe extraño... Al parecer el servicio de limpieza no ha pasado nunca por este piso...

-¡Vamos! ¡Ábrete puerta!- Escuché desde afuera a la persona que justamente estaba esperando. Al parecer Cream estaba forzando la palanca, tal era la fuerza que sería capaz de romperla y entrar sin preocupaciones.

No podía permitir eso, así que me armé de valor y salí de la habitación.

-¿Necesitas algo?- Pregunté con cara de fastidio y algo nervioso.

-Vengo a limpiar la habitación de Sonic, así que muévete.- Dijo con un tono desafiante, a lo que yo no me moví.

-¿Quieres decir nuestra habitación? Lo lamento, pero solo él y yo podemos entrar... Así que...- Mentí, ¡no es "nuestra" habitación! Al cerrar la puerta pude ver la cara de desprecio que aquella coneja tenía en la cara.

-Hago la limpieza, así que... ¡DÉJAME ENTRAR!- La niña pateaba la puerta cada vez más fuerte, excusándose con el argumentando barato de que hacía el servicio de limpieza a la habitación. Temía que entrara y días después encontraran mi cadáver descuartizado.

-Hey niña, no deberías patear la puerta de la habitación del amo Sonic. No tenemos permitido entrar ya que él hace su propia limpieza y bueno, no es una actitud positiva para laborar.- Reprochó una voz femenina.

•Cuentos de media noche• (Sᴏɴᴛᴀɪʟs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora