XXVII

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Levanté mis orejas al escuchar esa voz conocida y voltee, era Sonic.

-No entiendo qué pasa, ¿por qué te ves tan apagado...? ¿Todo está bien? ¡Me asustaste en el momento de la llamada! Colgaste de pronto y ya no supe nada de tí- Dijo intentando explicar su situación.

Mis colas ya estaban dando vueltas, por lo que hacía mucho aire, entre cerré los ojos con lágrimas intentando no gritarle y simplemente di un salto para finalmente irme.

-Sabía que no ibas a esperarme, Sonic the hedgehog.-

Empecé a volar hacia donde recordaba que era mi antiguo hogar. Algunas cartas que había tomado para el reclamo que no me animé a hacer habían caído lentamente al suelo, no podía regresar a recogerlas, así que las dejé ahí.

...

-¡Miles! ¡No te vayas!- Gritó Sonic mientras corría para alcanzarlo, hasta que finalmente lo perdió de vista.

Pedazos de papel empezaron a caer al suelo después de que Tails se fuera. Después de unos momentos y de leer lo que decía cada uno de los papeles, Sonic comprendió todo.

-Oh no...-

En el orfanato ya de noche...

Mi viaje duró bastantes horas, aterricé frente a la puerta del ya desgastado orfanato. Seguían ahí los carteles de "Clausurado", ya parecía que el edificio se estaba cayendo a pedazos.

Miré a todos lados intentando buscar una posible entrada, una ventana en el segundo piso estaba rota y podía ser una buena alternativa para entrar.

Me elevé y llegué al segundo piso, habían muchísimas camas en la habitación en la que me había metido, a pesar de nunca haber estado aquí porque era para huérfanos mayores de 15 años, se sentía una vibra bastante pesada y a la vez triste.

Salí de la habitación y decidí dirigirme al cuarto que estaba en el último piso, donde solía dormir. Pero antes de todo, quise dar un recorrido a cada parte del orfanato.

-He vuelto. Hogar, dulce hogar. -

Con Sonic...

El erizo se encontraba desesperado, rompiendo todos los finos jarrones que se encontraban en la sala principal.

-¡JODER! ¿Por qué lo dejé ir...? Tails... Mi Tails...- Decía mientras intentaba secarse las lágrimas con sus guantes.

-Tranquilo, relájese amo Sonic... Por cierto... Tenemos que hablar de algo con usted- Dijeron Sally y Amy al unísono dispuestas a hablar sobre lo que habían visto antes de que Tails saliera por la puerta.

Detrás de ellos se encontraba Cream, que al notar que su rival, el zorro, se había ido; solo se alejó, su competencia se había ido, tenía todo el tiempo del mundo para conquistar a Sonic.

-Después de leer los papeles que cayeron al suelo, supe cuál era el problema... Por eso les digo que eso fue lo que pasó, ni pareja tengo ni amoríos hay entre otra persona y yo.- Comenta Sonic a ambas chicas, mientras les explicaba, ellas asentían con la cabeza todo lo que el amo estaba diciendo.

De vuelta al orfanato...

Después de volver a caminar por el polvoriento y desgastado suelo de mi antiguo hogar, me dispuse a ir a lo que era mi habitación.

Subí al tercer piso y abrí lentamente la puerta, antes de pasar, pude ver a una pandilla de 5 chicos fumando y pintando las paredes.

Hice un intento para irme lentamente del lugar, pero una madera del piso rechiñó, haciendo que los pandilleros se dieran cuenta de que estaba ahí.

-¡Vaya! ¿Pero qué tenemos aquí?- La sonrisa de uno de ellos me dejó paralizado.

•Cuentos de media noche• (Sᴏɴᴛᴀɪʟs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora