•Cuentos de media noche• (Sᴏɴᴛᴀɪʟs)

XXVI

El erizo despegó el celular de su oreja, pálido.

-¿Qué demonios está pasando?- El cobalto no dejaba de dar vueltas, preocupado. La junta seguía sin él, pero lo que había pasado con la llamada y que Tails haya colgado, no era algo que le fuera fácil de ignorar.

-Tengo que ir a verlo, quizá algo malo le pasó.- Se dijo a sí mismo mientras dudada si entrar aún a la junta o no.

Con Tails...

Después de colgar la llamada, sostuve el celular con tanta fuerza que no pude evitar que la mica se rompiera, ¿de verdad Sonic ya estaba con alguien más? ¿Todo eso que me dijo al despertar de mi sueño era falso? ¿Realmente no esperaba por mí? ¿Se había cansado de esperar muy rápido? ¿A caso hice algo mal?

Después de unos minutos llenos de lamentos y sollozos, abrí la puerta de la habitación dispuesto a irme de esta casa.

Al bajar las escaleras, pude ver a Sally y a Amy hablando. La eriza llevaba una bandeja de galletas recién hechas mientras que la ardilla tenía un trapo en la mano derecha y en la izquierda una galleta mordida, parecían estar hablando.

-Oh, amo Tails... ¿Le gustaría una galleta? Las hice con mucho amor para usted y el amo Sonic- Dijo Amy con una sonrisa en el rostro al verme bajar.

Sin decir nada, tomé la bandeja de galletas completa, tomando una y mordiéndola mientras lágrimas entraban a mi boca y lo dulce de la galleta pasaba a ser salado. -No quiero saber nada del "amo Sonic" ahora...-

-Amo, ¿está usted bien?- preguntó Sally, cosa que no respondí ya que al terminar su pregunta, yo ya había azotado la puerta hacia el patio.

Las chicas se voltearon a ver confundidas tras mi comportamiento extraño y deprimido. -Tenemos que hablar con el amo Sonic sobre esto... - Contestó la ardilla preocupada.

En el patio...

Estaba dispuesto a emprender mi lejano y deprimente vuelo. Las lágrimas no dejaban de caer. -Quizá sea hora de volver al edificio abandonado del orfanato- Me dije mientras agarraba la bandeja con todas mis fuerzas para no dejar caer ninguna galleta al irme.

-¡Miles, espera!-