-Yo... No quise molestarlos chicos, me voy- Dije intentando no alertarme y salir corriendo despavorido.
De repente, un chico águila me toma del cuello y me levanta, examinándome totalmente. El ave levanta la ceja impactado por ver las cosas de valor que llevaba conmigo (Anillos, mis tenis y la ropa que tenía en ese momento).
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Por... Por favor, sué... Suélteme.- Supliqué.
Haciendo caso omiso, el águila llama a sus otros amigos. -Hey, vengan aquí. Este niño es riquillo, vean todo lo que tiene aquí... Lástima que tu guardaespaldas te ha perdido, mocoso.- Dijo mientras se acercaba cada vez a mí, apestaba a cigarro por lo que hice un gesto despectivo por el olor.
Los otros chicos se acercan a mí y me observan minuciosamente... Me sentía aterrado, quería huir pero me encontraba paralizado del miedo.
-Chicos, chicos... Por favor... Podemos llegar a un acuerdo, ¿no?- Dije con una risita nerviosa.
-¿Y qué jugosa propuesta nos traes, eh?- cuestionaba el águila desafiante, aún sosteniéndome del cuello.
-¡PUEDO DARLES TODAS MIS COSAS! Pero si da igual lo material, no se preocupen... Les daré todo lo que tengo pero por favor déjenme ir... - Contesté casi asfixiado.
Los pandilleros se miraron entre ellos, como si se comunicaran telepáticamente. Después de unos segundos de un debate silencioso, voltearon hacia mí.
-Vale, creo que hemos decidido que hacer contigo- Contesta uno de los pandilleros.
-¿Ah sí? ¿Me dejarán ir?- Dije con una sonrisa forzada.
-No.- Uno saca una bolsa negra.
-NO!-
...
En otro lado...
-¿Me creen, cierto?-
La eriza rosada y la ardilla asienten con la cabeza, totalmente impactadas con la historia que su amo les había contado.
-Chicas, tienen que ayudarme... No sé por donde empezar a buscar a Tails.- Comentaba el Cobalto con ojos llorosos.
-Él es todo lo que quiero...-
De vuelta al orfanato...
De ver todo en negro, pude ver la luz... Bueno, no de la manera en la que me gustaría, debido a que estaba atado de las manos y pies, en el que parecía ser el sótano del orfanato.
Pude escuchar a los pandilleros desde lejos. -Intentaré venderlo al mejor postor... Díganme ignorante, pero no sé a que familia pertenece... O si en verdad creció en el seno de una familia poderosa, pero veré que podemos hacer, ¿vale?- Decía uno de ellos a lo lejos.
Estaba asustado, no podría decir que fui un niño rico de nacimiento, pero si descubrían a la familia que me había acogido cuando más lo necesitaba (Sonic) podrían hacerles daño.
Entre tanto pensamiento, los tipos volvieron hacia mí. Con la intención de tomarme a la fuerza, cerré los ojos por instinto...
Pero de repente, una sombra se ve a lo lejos. Había aparecido de la nada, justo detrás de los pandilleros.