•Cuentos de media noche• (Sᴏɴᴛᴀɪʟs)

XXX

Con Zonic y Tails...

-¿A qué lugar iremos para lavarme?- Pregunté mientras intentaba tomar su mano, me sentía protegido con él... A un nivel mayor que con el Sonic que mi dimensión.

-Iremos a un pequeño lago, supongo que si en mi universo está, en el tuyo igual- Seguía viendo el camino mientras me contestaba, por lo que supuse que no me ponía atención.

-Eh... ¿No podemos ir más rápido? Digo... Con tu velocidad podríamos... -

De la nada me interrumpe
-No me gusta alardear del poder que tengo- Seguía sin mirarme. Decidí rendirme y seguir el largo camino callado.

De la nada, llegamos a un pequeño lago muy dentro del bosque. No había gente, por lo que supuse que era un lugar para relajarse.

Me hace una seña para que me metiera al agua a bañarme en lo que se levantaba el visor del casco para mirarme mejor. Luego, sacó de no sé donde una bolita portátil con Shampoo y un jabón muy pequeño.

-No puedo bañarme mientras me miras... - Dije algo nervioso.

-Ni quién te quiera ver, solo báñate- Contestó.

Pude ver como se sentaba JUSTO DELANTE DEL LAGO y sacaba su arma... De nuevo, un trapo y comenzó a limpiarla.

Sin nada más que decir, me metí al lago con ropa interior para que no viera mi intimidad, pero claro... Él estaba hablando en serio cuando dijo que no iba a mirarme, así que me bañé con calma. Usé su Shampoo y jabón (Que sigo sin saber de donde lo sacó) y salí hecho una bola esponjosa, mojada... Ah, y con frío.

Al salir y moverme como un perro mojado para secarme, me lanza ropa limpia.

-¿De dónde saca tantas cosas?- Me dije algo sacado de onda.

Ya se estaba haciendo de noche, por lo que decidí apurarme para que Zonic se levantara y nos fuéramos.

-¿Ya estás listo? Que bueno... - Dejó de limpiar y pulir su arma para enfocarse en mí y después levantarse e irnos.

Comenzamos a caminar por el bosque solitario, se escuchaban ruidos y estaba asustado. Pero, de repente el erizo me tomó de la mano y pasé de ir detrás a caminar a la par de él.

Estuve hablando con él, se notaba un poco más amable... Sonreía de una manera exquisita y contagiosa, a pesar de que no lo hacía mucho.

Íbamos de camino al orfanato, donde pasaría mí primer noche después de tanto tiempo durmiendo ahí... Pero, no estaría solo.