90 dias

LA discusión

Seis dias habían pasado desde que regresé a Shin Makoku de uno de mis viajes a casa2. Cuando estuve allí faltaban 2 semanas para mi cumpleaños n°18 por lo que aquí decidieron festejarlo dentro de 3 meses, decisión de Günter, quien claramente se ofreció a planear todo y necesitaba tiempo para hacerlo a lo grande, otra vez. Cualquier excusa era buena al parecer. Para mi cumpleaños de 16, al ser un evento especial para los mazokus, ya habían realizado una gran fiesta en mi honor, con el oso de arena, baseball y demás; pero en esa cena Conrrad mencionó que en la mayor parte de la Tierra la mayoría de edad era  los 18, y eran considerados adultos. Dieron igual las explicaciones que di sobre que en Japón no es así, el resultado fue el presente. Están planeando una gran fiesta, ahora organizada por Cheri-sama que llegó al día siguiente y al parecer desplazó a Günter un poco porque lo vi lloriqueando por los rincones.

Ciertamente las fiestas grandes no son de mi agrado y a pesar del tiempo y la práctica sigo teniendo dos pies izquierdos para bailar, usualmente termina siendo Wolfram quien soporta mis pisotones. Ya casi me es normal el bailar con otros hombres, aquí es algo corriente; de vez en  cuando me enredo un poco con las posición de las manos también, aunque supuestamente al ser el Rey mantengo siempre la misma posición, con algunas personas me es complicado por el tamaño y la altura.

Suspiro mientras miro por el balcón del comedor,  seguían hablando sobre a quienes deberían invitar. Hace tiempo que perdí mi voz y voto en el tema, por más que sea mi fiesta. De todos modos era mejor  salir a respirar aire fresco y contemplar las estrellas y, ya que estaba, ver si podía encontrar las constelaciones  que Günter me enseñó esta tarde; no porque fuera aplicado, sino porque estaba aburrido.

-¿Qué pasa enclenque?- escuché la voz de Wolfran y sus pasos acercándose hasta quedar a escasos centímetros de mí, apoyado en la baranda. Evito mirar en su dirección y me concentro  en el cielo.

-¿Cuál se supone que es la del dragón de viento?- Pregunto y Wolf se ríe.

Volteo a verlo, en vez de observar el cielo, le la da espalda y me mira.

-Esa no se ve desde aquí, deberías prestar más atención en las clases- Voltea nuevamente y me empuja con su hombro, quedando pegado a mi brazo- Esa de ahí es la del dragón de fuego- señala acercando su rostro al mío para calcular mejor la dirección- ¿la ves?- su aliento contra mi mejilla me causa escalofríos, instintivamente me alejo.

-Eh... si, si ya ya vi- me rio nerviosamente.

Sé que para esta altura, después de años juntos y comprometidos, debería estar acostumbrado a su cercanía. Pero lo cierto es que, si bien en gran parte lo estoy, sigue incomodándome cuando se acerca tanto estando a solas ya que suele aprovechar esos momentos de proximidad para aumentar la intimidad entre nosotros, y con intimidad me refiero a besarme. Más de una vez lo intentó y en aquellas mi corazón dió un brinco muy grande comenzando luego a latir más fuerte, sumado a eso se me revolvío el estómago y me faltó el aire. Cada una de las veces fue prácticamente igual, obviamente termino por alejarme al instante en que reacciono. Debo darle crédito por la paciencia  y perseverancia, pero me resulta incómodo el que no se dé por vencido. Quisiera que se contente con ser solo amigos. Tampoco me gustaría lastimarlo, aunque él lo tome a la ligera si comento algo; no soy tonto, Wolf nunca demostraría el sentirse herido, tiene demasiado orgullo.

Lo arrastro hacia el comedor para cambiar de tema diciéndole que ya es hora de dormir, lo cual no es mentira, me siento cansado y solo estaba haciendo tiempo porque todos seguían hablando en la mesa.

Ahora ya quedan pocos, Gwendal se retiró, al igual que Anisina; Cheri-sama sigue conversando con Günter que luce más feliz, y Conrrad... supongo que me esperaba, ya que en cuanto nos vio aparecer se levantó de su silla, dio sus saludos, no sin antes asegurarse que todo estaba en orden por mi parte, y se retiró.