‹Dieciocho: Especial 2Jae›

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YoungJae y JaeBeom habían terminado su deliciosa comida y se habían recostado debajo de la sombra de un árbol. El parque estaba casi solo por ser un día entre semana y por ello podían disfrutar del ambiente sin molestias.
Ambos habían puesto su suéteres debajo de ellos para que el pasto recién cortado no les picara y se habían acostado uno al lado del otro.

JaeBeom miró al menor, este mantenía sus ojos cerrados y una sonrisa en sus labios.
Se giró completamente de lado, recargando su rostro sobre su mano.

No le cabía duda de que ese chico era realmente hermoso. Cada rasgo de él que podía apreciar a la perfección le encantaban.
Sentía que todo el mundo desaparecía cuando estaba con YoungJae, y la felicidad era algo que invadía su cuerpo.
Definitivamente, estaba perdido por YoungJae.
Había muchas cosas de las estaba inseguro pero no de eso, no de sus sentimientos y tampoco que quería pasar todo su tiempo con él. Quería conocer cada detalle, quería tocar cada rincón y quería amarlo hasta que su cuerpo ya no pudiera más.
Estaba tan seguro de todo eso.

YoungJae abrió sus ojos sintiendo la mirada del mayor.
Encontrándose con una sonrisa y ojos que lo miraban con dulzura.

Eso era. Todo era dulce a su alrededor. Las miradas, las sonrisas y las caricias era dulces.

JaeBeom se preguntaba sí sus labios serían igual de dulces.
Acarició suavemente la mejilla del menor y éste volvió a cerrar sus ojos disfrutando de la caricia.

Quería hacerlo, realmente se moría por probar aquellos labios.
Y aunque aún temía no ser correspondido, iba a arriesgarse.
Confiaría en JinYoung y confiaría en sí mismo.

—Me gustas mucho, YoungJae.

El mencionado abrió sus ojos lentamente.

Sinceramente, estaba sorprendido. Jamás creyó escuchar aquellas palabras.

—JaeBeom... hyung... —No sabía que decir.
¿Acaso estaba jugando con él? ¿Estaba soñando? Tenía que ser una alucinación.

Im notó su sorpresa cuando sus ojos se abrieron. Quitó la mano de su mejilla algo asustado.

—Yo... Es que... —Se sentó. Ya no había vuelta atrás, era todo o nada. Suspiró. YoungJae también se sentó—. Sí, me gustas mucho YoungJae-yah. Me has gustado desde hace un tiempo. Yo... —Se mordió ligeramente su labio inferior. No quería asustar al menor con lo que iba a decir, pero tenía que sacarlo todo de su interior—. Estoy enamorado de tí... Lo que siento por tí es muy fuerte, no lo voy a negar. Y si sientes lo mismo, me gustaría que lo intentemos. —Miró sus manos juguetonas, con nerviosismo. No podía mirarlo.
—No lo puedo creer... —Fue lo primero que pudo decir el menor, y es que era lo que se repetía en su cabeza una y otra vez.
—Lo siento, no quisiera arruinar nuestra amistad.
—No, no es eso. Yo... También me gustas, hyung. —Le confesó finalmente.
—¿Qué? —Lo volvió a mirar, esta vez sorprendido, no esperaba esa respuesta, aunque en su interior la deseaba.
—Sí pero, no creí que yo podría gustarte.
—¿Por qué dices eso?
—Bueno, es que yo, pensé que no podrías verme más allá de un amigo pequeño al que tenías que protejer. Y pensé que quizá buscabas, no sé, a alguien que te pueda dar algo, alguien con experiencia.
—No, no. ¿De dónde sacaste esa idea?
—Es que yo nunca he tenido un novio ni nada, no puedo ofrecerte nada. No soy suficiente.
—No digas eso. —JaeBeom tomó ambas mejillas del menor para que lo mirara a los ojos—. Todo eso, no importa. Yo te amo tal cual eres, aún si no eres perfecto. Y claro que quiero protejerte, pero también quiero amarte y hacerte feliz.
—Yo también te amo, hyung. Pero esto me da un poco de miedo.
—Lo sé, pero no te preocupes, juro que seré cuidadoso contigo. Y no importa lo que pase, estaré a tu lado para ayudarte, ¿sí? Nunca olvides eso.
—Sí, hyung. —Sonrió YoungJae, sonrojado.

Inseguridades - GOTBANGTAN AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora