Capítulo 4

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Llegó el día tan esperado, mi vuelo estaba apunto de salir y los nervios se apoderaron de mí. Acababa de dejar a mis amigas en la terminal, puesto que más allá no podían pasar. Tenía una mezcla de sentimientos raros, en parte me sentía bien, siempre me gustaba visitar sitios nuevos pero siempre me gusta volver a casa.
Aún recuerdo el primer viaje que hice sola, la primera vez que pisé Cracovia, iba con el instituto, sin mis padres, me sentía demasiado mayor, aunque con el tiempo me di cuenta de que crecer está muy sobrevalorado y que los sueños que algún día tuve de pequeña, la vida poco a poco me los arrebata.
Entré en el avión y busqué mi asiento, para mi sorpresa mis padres estaban separados de mí, mejor, pensé, así no me agobiarían con todas preguntas.
Un mensaje de Paula me sacó de mis pensamientos:
Paula: Avísame cuando llegues cariño, espero verte pronto. Te quiero mi chica.

Una gran sonrisa se apoderó de mí pero el jodido azafato me obligó a poner el modo avión. Me coloqué los auriculares y pasé de las maniobras de los tripulantes, mi múltiple experiencia en vuelos había hecho que me lo aprendiese de memoria.
En mis auriculares empezó a sonar mi canción favorita de siempre, Let It Go de James Bay, siempre conseguía que me relajase. Un vuelo de casi 9h estaba por empezar así que me relajé tanto que me dormí profundamente.
Cuando llegué a mi destino mi madre me despertó tímidamente, tengo una mala ostia bastante importante en sueños que superan las 5 horas, y mejor prevenir, que curar.
Cuando pisé suelo americano, me sentía igual que en Barcelona, nada había cambiado para mí. Llamé a mis amigas por Skype. Estaban todas esperándome, pues Paula había decidido hacer una fiesta de pijamas. Lo que daría por poder estar allí y dormir con ellas.

Alex: Hola nenas, supongo que ya me echaréis de menos - guiñé un ojo.
Paula: Bájate americanita, que llevas 9h fuera de casa solo.
Natalia: Hija de puta, ¿has visto algún tío bueno ya? Dios California, surferos con el pelo rizado, ya estoy mojadisíma - hace un gesto como de limpiarse la baba.
Me quedé mirando a Paula fijamente y sé que ella hizo lo mismo porque se le reflejó en la cara, esa bonita sonrisa que tanto me gustaba acabada de salir. Mi mejor amiga se dio cuenta y comenzó a hablar:
Patri: Y bueno, ¿cuándo empiezas las clases?
Alex: Creo que en una semana, tengo tiempo de conocer la ciudad y poco e intentar visualizar la gente, ya sabéis las chicas y tal - sonreí pero al momento pensé en Paula, me sentía tonta.
Se levantó de la cama en la que estaban y salió al baño, Carol fue detrás de ella y se quedaron mirándome mal Patri y Natalia:
Natalia: Eres gilipollas García de verdad, te lo juro, es que no piensas nena - se fue a ver a Paula.
Alex: La he liado, ¿verdad? - fruncí las cejas.
Patri: Eres muy tonta, Alex pero no sé supongo que ella tendrá a convivir con eso, si no lo va a empezar a bastante mal, o siempre podréis dejarlo...
Alex: No te miento si te digo que no lo he pensado Patri, pero no sé, prefiero que lo decida ella.
Patri: Bueno, te dejamos que aquí es bastante tarde ya - me mandó un beso.

Colgué la llamada y caminé hasta el lugar dónde se recogían las maletas, nunca he sabido como se llama, y esperé la mía. Mis padres ya estaban fuera esperándome, no querían agobiarme, ya sabían que venías renegada y que no iba a aceptar réplicas.
Papá pidió un taxi y le dijo la dirección de nuestra nueva casa, bastante cerca de Santa Mónica, por lo menos así no echaría tanto en falta a La Barceloneta.
Después de 30 minutos entre tráfico y coches, llegamos. Mi padre le pagó al taxista, que muy amable nos ayudó a bajar las maletas.
Y allí estaba, mi nueva casa durante al menos un año. Miré a las casas de alrededor y me paré justamente en una dónde una chica parecía asomar por la ventana, en el momento que chocamos nuestras miradas pareció desaparecer. No le di más importancia.
Mamá y yo entraríamos las maletas, mientras que papá iría a saludar al vecino, puesto que mañana el señor que vive a nuestro lado había organizado una cena para presentarnos a su familia.
El día había sido largo por lo que subí a mi habitación y de nuevo, otra vez putas escaleras.
Me tumbé en la cama y me dormí sin alguna que otra preocupación.

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I'M YOUR BAD GUY [BILLIE EILISH/TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora