Capítulo 11

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Había terminado de comer, y subí a mí habitación a relajarme un poco, me puse a Green Day, y simplemente dejé la mente en blanco, hasta que un mensaje me sacó de mi estado de relajación. Era Billie, acababa de verla hace un par de horas. Habíamos tenido bastante tensión esa noche y me hubiese gustado preguntarle que significaba aquello, pero voy a no darle importancia, quizás así las cosas sean mejores.

Billie: ¿Qué haces ahí tirada? ¿Te vienes a la playa conmigo y con Kate? He pensado que quizás te apetecería dar una vuelta antes de meterte a mula, no sé... 😶

Miré por mi ventana y me encontré con Billie y Kate mirando hacia mi casa, sonreí y asentí. Inconscientemente me quedé mirando a Billie fijamente. Ella mordía sus labios aparentemente distraída, aunque enseguida nuestras miradas conectaron, y apartamos la mirada a la misma vez. Cogí una toalla y me puse mis chanclas, aunque en una mochila metí mis Air Force 1, para luego ir a casa de Nerone. Bajé las escaleras y las esperé en mi puerta. Al momento salieron:

Alex: Esto, Bill's, ¿después puedes hacerte cargo de mí toalla? Ya sabes dónde tengo que ir y no me apetece ir cargada de una toalla de playa, me tomo mi trabajo muy enserio - sonreí.

Billie intentó sonreír pero su preocupación se notó bastante, a lo que suspiré. Kate pasó un brazo por mis hombros, y enseguida lo bajo, quedaba demasiado alta para ella. Sonreí.

Kate: Si la cagas con Billie, vas a tener problemitas García, así que, relájate con mi amiga, ¿vale? - me susurró.

Se separó de mí e inmediatamente la miré con confusión. Llegamos a la playa, y tendimos las toallas en la arena, había bastante gente. No era tan igual que La Barceloneta, pero me serviría para intentar relajarme al menos. Quité mi camiseta, y decidí recostarme para tomar el sol. Activé la alarma de mi reloj para las 18:30. A los 15 min, me daba la vuelta para no quemarme, a ver si pillaba algo de color, mi mudanza este año no me lo había permitido.
Pasó el tiempo y la alarma sonó, le dije a Billie dónde iba y me abrazó. ¿Tan peligroso era aquel Nerone?

Alex: Tranqui Bill's, todo irá bien -le sonreí para intentar que se tranquilizara.

Dejé mi toalla allí y llamé a Nerone para que me diese la dirección de su casa, a lo que a los 5 min me contestó con su dirección. Para las 7 había atravesado un montón de pequeñas calles de Los Ángeles y había conseguido llegar a su puerta, aunque mi sexto sentido me dijo que sería mejor esperar hasta la hora acordada por lo que me senté en un banco cercano y me lié un cigarro. Hacía como tres meses que no fumaba si mis nervios no podían conmigo, pero justo en ese momento me sentía un poco nerviosa por lo que el pequeño cigarro me vino bastante bien. Suspiré.
Las 19:28, llamé a la puerta con delicadeza y el chico italiano me abrió la puerta.

Nerone: Benvenuti, como decimos en Verona, ya veo que el tema de las horas lo llevas bien, una chica lista - sonrío. Para empezar no te daré nada difícil, simplemente vas a llevar unos pocos gramos de anfetas a Los Feliz. No queda muy lejos, aunque aquellos chicos para asegurarse de que solo les repartes a ellos, te harán una pequeña marca en la cara, te quedará una cicatriz muy bonita, bastante sexy para ti.

No dije ninguna palabra y me entregó el pequeño chivato, el cuál metí en mi botella de Coca - Cola. Nerone me había proporcionado el envase, parece ser que así la policía no notaría nada raro en el caso de que me vieran. Me dio una bonita bicicleta y acto seguido me pasó la localización de la casa. Tras ver cómo Nerone me miraba a medida que me iba alejando de la casa, comencé a pedalear rápido.
Al pasar unos intensos 20 minutos, llegué a la ubicación de la casa de los chicos.
Llamé a la puerta con indiferencia, con la botella de Coca - Cola en la otra mano, un tipo alto me abrió la puerta y acto seguido me abrazó, supuse que sería para disimular ante los vecinos.
Pasé, abrí la botella y les dejé la droga encima de la mesa, estaba esperando a que hiciesen el ritual del que me habló Nerone, y evidentemente apareció otro chico de origen latino con una navaja afilada.
Pasó su pequeña arma por la parte superior de mi nariz, y noté como el filo atravesaba mi piel. Acto seguido dejó unos 300 dólares encima se la mesa, la droga había subido de precio. Una vez fuera de aquella casa, pedaleé hasta la casa de Nerone. Le dejé los 300 pavos, y al momento me pasó 125$. No estaba mal para el primer trabajo. Pillé una pizza de camino, y fui a casa de Billie, no me apetecía llegar a mi casa.
Llamé a su puerta, y me abrió al instante, me miró despreocupada, hasta que se fijó en la herida de mi nariz, la cual enseguida comenzó a curar.

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I'M YOUR BAD GUY [BILLIE EILISH/TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora