Blanca Peonía; Nubes Doradas

Mil escaleras

09-12 Orchid

Prompt 09 - Friendship

A partir de aquí comienza la interacción XiYao.

Blanca Peonía; Nubes Doradas

Mil escaleras

Lan Xichen no recuerda haber caminado con tanta rapidez a su morada.

La ventisca del invierno silba su estruendoso poder ominoso con intensidad. Es un viento perenne que trae consigo violentos copos de nieve, congelan todo a su alrededor y llenan de espesura nívea la morada de aquellos que no se preparan para el advenimiento.

Aunque Lan Xichen deseó poder hablar con Lan WangJi y Wei WuXian, esos pensamientos se aislaron para un momento posterior cuando sus orbes pardos se posaron sobre el bulto trémulo que su hermano sujetaba en ese momento.

No dudo en descender las escaleras y hacer lo mismo, sostuvo a Meng Yao cómo la más frágil porcelana y sin mediar palabras lo llevó al Hanshi.

A medida que subía las escaleras de piedra, el peso reconfortante se acentuó. Meng Yao estaba dormido o quizás sencillamente dormitando para conservar el escaso calor que su cuerpo afanosamente intentaba mantener.

Lan Xichen lo observa, su semblante pueril, demasiado joven para como lo recuerda. Hace falta una marca bermellón y unas túnicas ambarinas, quizás su cabellera más larga lo haga ver más adulto, pero Lan Xichen no se hace expectativas tan banales.

Y, sin embargo, resulta inevitable no contemplarlo de esa forma porque, verlo, le recuerda tanto a un Meng Yao distante, a ese de catorce años que lo acogió en Yunping y le hizo ver que el mundo está más allá de la seguridad que lo arropaba en Cloud Recesses.

La brisa helada continúa silbando, los copos de nieve se acentúan en su cabellera ébano, humedeciéndola. Lan Xichen procura que nada llegue a Meng Yao cuando asciende las escaleras para llegar al Hanshi y ese trayecto tan eterno, pero a la vez tan efímero, le hace olvidar los advenimientos tan desgarradores que acontecieron en esos días donde el dolor no cesó ni un tramo en su vida, en realidad, pareció retornar con fuerza a su corazón haciéndole recordar cuál fue el motivo de su reclusión.

Oh, bueno...

Lan Xichen alza el rostro, contemplando la morada al final y lo desciende para contemplar el semblante apacible de Meng Yao. En la punta de sus pestañas negras hay pequeños copos de nieve acentuándose como inmortales cristales que resplandecen gracias a la eterna luz de la luna plateada.

Contempla, vislumbra y examina cada recoveco de aquella piel nívea sin perderse un sólo detalle y concluye que, en el pasado no pudo impedirlo, pero ahora esta segunda oportunidad lo ayudará a redimirse, a buscar el perdón propio y ayudar a esos que en el pasado tuvo la opción, mas por egoísmo propio no ejecutó.

Asiente para sí mismo, llenándose de resolución.

Pronto el umbral del Hanshi los saluda y las lámparas a cada costado del pasillo principal le indica que los sirvientes estuvieron hasta hacía unos momentos ahí, adecentándolo todo para el líder de secta.

Desde que retomó su cargo, las funciones como líder llegaron y con ello la restauración del Hanshi. No supone problema alguno, pero Lan Xichen aún no se halla del todo capaz para afrontar los nuevos cambios.

Hubiera preferido que la inmundicia él mismo pudiera desecharla.

Lo he hecho, hecho está.