El arte de traicionar

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13-16 Red Dahlia

Prompt 13 – Betrayal


Blanca Peonía; Nubes Doradas

El arte de traicionar


Explicarle a Meng Yao que al parecer hubo otra especie de transmigración, fue más fácil de lo que pensó. Una vez más el toque de queda ha transcurrido sin mucha novedad. Los guardias de turno hacen ronda esta noche y Lan Xichen retorna al Jingshi con Meng Yao a su lado.

Luego de traer a lo que se supone que es la versión femenina de Jiang Cheng, la dejaron en el área de curación en manos expertas de los sanadores mientras ellos van a reposar. Por el momento, Lan Xichen y los demás no pueden hacer mucho salvo esperar que curen sus heridas y verifiquen el estado actual de la criatura en su vientre.

Lan Xichen no cree que haya sobrevivido a la transmigración y probablemente deban extraerlo antes de que mate a Jiang Cheng.

—Todo se torna muy escabroso —Meng Yao comenta en un susurro cuando finalmente los arropa la seguridad del Jingshi.

—Sí, mañana debo convocar una reunión con el concejo —susurra, dejando caer la capa de invierno a un lado de la cama.

Gira, observando a Meng Yao pretender hacer lo mismo con la suya y como si fuese natural, no tarda en caminar a donde está para ayudarlo, desanudando el lazo que la mantiene sobre sus hombros mientras observa cómo él le regala una sonrisa tenue en agradecimiento. No puede evitar pensar que esta situación es un poco... ¿íntima y familiar? Le causa ligera ansiedad, pero no es una mala ansiedad. En realidad, lo llena de expectativa, una emoción desconocida.

Sin quererlo, siente cómo las puntas de sus orejas se calientan ante el bochorno surgido por sus pensamientos extraños. Termina carraspeando, sacando finalmente la capa de invierno de sus hombros y no tarda en agregar luego de que la deja sobre la cama al lado de la suya:

—Probablemente deba decir que Cloud Recesses tiene dos visitantes por un tiempo indefinido... será problemático si al final sugieren que lo lleve al alto concejo. La Conferencia de Discusión será pronto, ah...

Repentinamente, Lan Xichen siente que pierde fuerzas. Otra vez, problemas surgen y guerras cernientes parecen avisar con un gong celestial un cruel advenimiento del que no puede escapar. A pesar de que este Meng Yao no tiene ínfulas de ansiar el poder, como su A-Yao lo quiso en el pasado, no quiere decir que los más paranoicos no comiencen a susurrar entre ellos cómo el líder de la secta Gusu Lan una vez más acoge a un criminal.

Es probable también lo acusen por la desaparición y posible muerte de Jiang Cheng. En vista de su transmigración, al hombre hay que darlo por muerto. No se sabe si es posible hacerlo retornar, Lan Xichen lo duda seriamente, toda esta circunstancia está más allá de sus capacidades y no conoce a nadie tan antiguo como para saber de primera mano la historia de la creación del mundo y que haya sido testigo de otro caso similar anteriormente.

Cierra los ojos, por primera vez en su vida, en su semblante, se observa las más de cuatro décadas que tiene encima. Aunque físicamente aparente menos de treinta, no quiere decir que en momentos como este no se refleje su verdadera edad. Se acentúa, incluso dibujándose pequeñas arrugas en las esquinas de sus ojos.

Tembloroso, camina hasta sentarse al borde de la cama y pronto contempla la palma de sus manos, examinando sus muñecas, incluso más allá donde las mangas yacen arremangadas hacia arriba. Se ha dado cuenta que con estos días transcurridos ha ganado un poco más de peso y las ojeras bajo sus párpados casi han desaparecido.

Blanca Peonía; Nubes DoradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora