Decisiones

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Prompt - Healing


Blanca Peonía; Nubes Doradas

Decisiones


El ocaso perdía paulatinamente sus matices en el horizonte, antes cerúleo. Pinta con destellos carmesí el firmamento añil, lentamente entrelazándose a un sol moribundo que exhibe sus últimos rayos agonizantes. Pronto la noche caerá y para ese momento, Wei WuXian habrá llegado a Lanling Jin.

En el muelle de la ciudad de Caiyi un séquito lo estaba esperando. Lan WangJi lo dejó en buenas manos y sabe que no tiene por qué temer. Probablemente Wei WuXian termine de cultivar el resto de su Núcleo Dorado y vuelva a ser aquel hombre del que siempre estuvo tan orgulloso en secreto, admirándolo siempre en silencio.

Lan WangJi no tiene dudas en su corazón. Sabe que Wei WuXian tomó la decisión correcta.

Aun así, ¿por qué siente las mejillas tan frías?

Detiene su caminar. El Jingshi se esboza en la distancia. Hay una linterna parpadeante en la entrada. Lentamente, alza su mano derecha y palpa los pómulos con cuidado, notando pronto una humedad al tacto que antes no percibió.

Las saladas lágrimas son cánticos silenciosos que turban su alma y alimentan la parte ponzoñosa de su mente. Lan WangJi está consciente que Wei WuXian necesita un tiempo alejado de todo, incluso de él, incluso de lo que significa Jiang Cheng en la vida de ambos. Lo comprende tanto como es incapaz de dilucidar por qué lo dejó solo sabiendo que, de ahí, el más desconcertado por los advenimientos, es él.

Lan WangJi aún no comprende cómo una versión de él pudo haberse enamorado de una versión de Jiang Cheng. Es incomprensible. Lo confunde y también lo llena de ira e incertidumbre. Se pregunta, inevitablemente, ¿por qué ese otro Wei WuXian no estuvo en su vida como para haber caído en las garras de Jiang Cheng?

La sentencia se plasma, una resolución oscura se formula en su mente y sisea ominosas frases que no desea comprender. Sabe que, si lo hace, exigirá respuestas que probablemente no le gustarán.

Algunas veces, la ignorancia es una virtud que no puede permitirse perder.

Más sereno y con su habitual rictus austero instaurado en su semblante recto, elimina el resto de humedad presente en la piel de sus mejillas y reanuda la marcha, no tardando en encontrarse una efigie un poco más pequeña en el umbral de su morada.

La efigie de Jiang Cheng envuelta en las túnicas de Gusu Lan lo dejan con un extraño resabio que le sabe a acre. Wei WuXian nunca las usó a pesar de que una parte de Lan WangJi poseyó ese anhelo infantil. Para Jiang Cheng, tan sencillo como es, ignorante en su propia virtud, utilizar unas túnicas que no significan nada para ella, es algo que lo llena de molestia.

Asciende las escaleras de madera, Jiang Cheng lo contempla en silencio y pasa a un lado, incapaz de desviar la mirada de aquel prominente abdomen, cada vez, más acentuado. El niño en su interior crece, ya no es necesario imbuirle más energía espiritual, pero, todas las noches, Jiang Cheng de forma tozuda, aguarda por él ahí, en el umbral. Sin atreverse a entrar, sin atreverse a exceder una confianza que no existe porque dentro del Jingshi no hay nada que le pertenezca.

Todo es de Lan WangJi y ahora... los recuerdos de Wei WuXian.

Un aroma a picante y licor que pronto se desvanecerán.

—Jiang Cheng.

—WangJi.

Cabecea un asentimiento y abre la puerta de su morada, haciéndose a un lado para que ella ingrese. La penumbra los saluda a ambos, Lan WangJi no tarda en cerrar la puerta con un silencioso chasquido, pronto caminado hacia las esquinas donde están ubicadas las lámparas, encendiéndolas al momento.

Blanca Peonía; Nubes DoradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora