Honor

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Prompt - Regained Honour


Blanca Peonía; Nubes Doradas

Honor


Los preparativos para el cambio de líder en Gusu Lan parecía que no tomaría más de lo necesario, pero antes de siquiera considerarlo, Lan Xichen ya tenía más de cincuenta y cinco otoños cumplidos y un joven Meng Yao ya adulto, capaz, más hermoso que ayer y seguramente más solemne cuando llegue el nuevo amanecer.

Diversos eventos surgidos transcurrieron sin poder evitarlo. Entre ellos, el nacimiento del hijo de Jiang Cheng y Lan WangJi a quien llamaron Yue debido a que nació bajo la bendición de la luna ambarina como incandescente lámpara alumbrándoles un nuevo sendero, una nueva oportunidad de redención.

A pesar del ansiado advenimiento, Wei WuXian nunca apareció. No obstante, es de conocimiento que mantiene comunicación con Lan WangJi. En los dos primeros años, Lan WangJi esperó una señal. Como un perro guardián siempre esperando a que su amo llegara, esperó y esperó hasta que el Jingshi dejó de oler a Sonrisa del Emperador, a especias, a congee glutinoso lleno de picante y lentamente comenzó a adquirir un matiz a loto nostálgico, a tormentoso vendaval apasionado, arrollador y seguramente absorbente.

Sin cuestionar decisiones, sin ser imprudente, Lan Xichen apoyó a Lan WangJi aun cuando el nombre de Wei WuXian dejó de sonar en Cloud Recesses, cuando dejaron de preguntar por su paradero, cuando Lan Qiren incluso comenzó a sentir tranquilidad, Lan Xichen estuvo ahí, así como Lan WangJi estuvo en su temporada de reclusión.

Si bien el amor sigue quemando con intensidad en el desangrado corazón, todavía palpitando dolorosamente, Lan Xichen es consciente que Lan Wangji siempre seguirá adelante aun cuando el dolor sea tan intenso que sus piernas quebradizas le impidan continuar marchando.

Lan Xichen deseó ser un soporte, pero entre los eventos para la nueva toma de liderazgo, sólo pudo confiarle a Jiang Cheng el cuidado de Lan WangJi.

Nunca esperó que Lan WangJi pudiera tener un hijo alguna vez salvo Lan Sizhui a quien crió con toda la dedicación y amor; pero cuando el primogénito nació, aquellos ojos dorados yacían esbozados en esas orbes pueriles que por primera vez contemplan con toda inocencia el mundo que lo cobijará durante los siguientes eones, y comprendió finalmente que Lan WangJi no necesitará de él, incluso tampoco de Jiang Cheng, no cuando lo contempla cómo observa a su hijo tan lleno de un hondo sentimiento incapaz de describir en simples palabras.

—Es hermoso, Wangji —recuerda haber dicho, con absoluta sinceridad. Una arrebolada Jiang Cheng, adolorida por el esfuerzo de la concepción, lo observa a través de sus orbes grises ardientes, fatuos—. Es idéntico a ti, definitivamente.

—Mhn.

Jiang Cheng asiente, respira con suavidad y abraza cuidadosamente el bulto rehilante en sus brazos. Lan WangJi está cerca de ella, aún lejos como para considerarse pareja, pero sí lo suficientemente cerca como para entrelazar sus manos en busca de consuelo y sonreírse sin esa animadversión que hubo en el pasado.

Ambos aprendieron a construir una muralla alrededor de sus cuerpos en busca de la mutua comprensión. Comenzaron trabajando en retomar la posición de líder de la secta Yunmeng Jiang que quedó bajo la disposición del líder Ouyang Zizhen cuya amabilidad y absoluta comprensión le hizo entender fácilmente que las circunstancias atenuantes impedirían que aquel hombre, Jiang Cheng, pudiera retomar el cargo, siendo suplido por la siguiente línea sucesora.

Blanca Peonía; Nubes DoradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora