Capítulo 42

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Azriel había muerto en el mes de marzo, el dictamen médico fue claro, no pudo haberse salvado y es que su muerte ocurrió segundos después de haber sido impactado por un automóvil cuyo número de placa se desconocía. Su cuerpo no lo soportó, el golpe en el cráneo fue mortal, dijeron los paramédicos. No había culpable y es que para cuando los paramédicos habían llegado, el culpable ya no estaba. Había escapado, preso del pánico al saberse un asesino, ni siquiera tuvo el valor de bajarse para comprobar el cuerpo, él lo supo. Estaba muerto.

Fue inesperado, incluso para él que tanto quería vivir. No hubo remordimientos ni pensamiento alguno, ni siquiera sintió el golpe, fue en tan sólo un segundo que su mundo quedó en oscuridad. No sufrió.

Pudo haber sido peor, dijo alguien en algún momento de la noche, mientras veían como el cuerpo de Azriel era embolsado. Insalvable. Pero Gabriel quiso pensar que sí podía salvarse, incluso cuando el paramédico puso el brazo en su hombro y le dijo que lo sentía, como si sus palabras fueran a consolarlo lo suficiente como para que dejara de llorar.

Gabriel fue el primero en llegar a la escena, luego de haber estado llamando al pelinegro, le había contestado una voz desconocida diciéndole que el dueño del teléfono había tenido un accidente, que ya había llamado a la policía, pero omitiéndole que el cuerpo estaba sin vida. Fue el peor momento en la vida de Gabriel, el tiempo se detuvo y por primera vez, no sintió que tuviera control sobre sí mismo, se dijo que podía ser un error. Tal vez alguien le había robado el teléfono, pero al llegar al lugar y ver su cuerpo siendo revisado por los médicos, nada pudo hacer más que permanecer parado a un metro de distancia, con las lágrimas corriendo por su rostro. No pudo hacerse cargo de la situación, nada en él respondía, sólo pudo observar hasta que la familia de Azriel llegó al lugar y le apartaron de allí.

¿Por qué él tenía que estar ahí siempre que algo malo pasaba? ¿Por qué tenía que sufrir tanto? ¿Por qué tenía que ver morir a sus amigos?

Recordaba escuchar el alboroto a su alrededor, las voces, las lágrimas y los gritos de la tía de Azriel, incluso podía escucharse a sí mismo llorar. Reaccionó cuando la ambulancia partió del lugar seguida por el automóvil de la familia Garrido.

Carlos lo acompañó hasta el hospital, ya que él no podía hacerlo por sí mismo. Allí, nada se pudo hacer, Azriel fue declarado muerto y posteriormente su cuerpo fue llevado a la morgue.

Nada pudo hacer, se decía una y otra vez, sintiendo culpa por no haber estado con él. Por no haber estado al pendiente de su amigo incluso cuando sabía que no estaba bien, que el hecho de que estuviera bebiendo de forma regular no era una buena señal. Por su mente pasó que no debió haberle dejado el día anterior en el estado en que estaba. Se culpaba por todo lo que no había podido hacer por el mayor, porque últimamente sus fallas como amigo eran evidentes.

Gabriel no deseaba seguir perdiendo a sus amigos, quería tenerlos siempre a su lado, no podía dejar de sentir dolor. Incluso pasaba por su mente el qué haría si Dante o Nicolás se alejaran de él, si le dejaran. Probablemente su tristeza fuera tanta que sería muy difícil seguir.

No quería tener esos pensamientos, pero era lo único en lo que podía enfocarse en ese momento. Tanta negatividad, tanta tristeza y dolor, todo eso era lo que sentía en ese momento, incluso teniendo a sus amigos a un lado.

Dante y Nicolás le habían acompañado al E.B, no hicieron preguntas, simplemente tuvieron la necesidad de estar juntos y de seguir a Gabriel. Ninguno hablaba, todos observaban como la luna salía, dando leves suspiros que escondían muchas cosas. Ellos no querían decirlo en voz alta, ya habían pasado una vez por esa situación, con Rafael, pero era diferente, porque todos sabían que Azriel nunca hubiera deseado la muerte. De todos, probablemente Azriel era quien tenía una idea más clara de lo que quería, de lo que esperaba de la vida, una visión optimista de ella a pesar de que a veces no era lo que esperaba. Él no era fácil de decepcionar, porque reconocía sus errores y sabía que no todos eran perfectos, porque a pesar del dolor por el que había pasado, por la muerte de Rafael, estaban seguros que Azriel era el único que despreciaba por completo la decisión que el mayor tomó, porque él nunca haría algo así.

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