Episodio 17: Mal día

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Narra Felix

Llegué a la Mansión exhausto. Mi cuerpo estaba adolorido y mi cabeza daba fuertes puntadas; el anillo me dolía, provocándome leves espasmos que se extendían desde mi brazo hasta la espalda.

No ví la hora de llegar a mi cuarto y recostarme para tranquilizarme y dejar de sentir los efectos dolorosos del anillo.

Kuro salió de mi chaleco y me sonrió pícaramente. No hacía falta que hablé para que notará lo que iba a mencionar está vez para molestarme.

Kuro: Parece que esa chica te agrada... - Dijo en ese tono tan molesto de insinuación.

Felix: Es una amiga... - Tapé mi rostro con la almohada para no tener que mirarlo a los ojos. Por razones que desconozco, no tengo la fuerza para hablar del tema y verlo fijamente a los ojos. Cómo sí sintiera qué lo que acabó de decir fuera una mentira...

Kuro: No suenas muy convencido - Puedo apostar a que está sonriendo con burla en este momento. Su tono expresa más que mil imágenes.

Lancé la almohada en su dirección para hacerlo callar, la esquivó ágilmente pero me dió tiempo a voltearme y dejarme cerrar los ojos. Notó que estaba agotado y no insistió en molestarme por el momento.

Me dormí unas horas, pero me levanté bruscamente de la cama recordando que no lo había alimentado hoy y fui a abrir la puerta.

Felix: Te traeré tu comida - Advertí y luego me fui, asegurándome de cerrar bien la puerta al salir.

Me encamine a la cocina donde abrí el refrigerador. Lo cierto es que ya era tarde, y no me sorprendería que todos ya hubieran cenado y posteriormente ya estuvieran durmiendo. Por eso tuve la confianza de dejar a Kuro solo en mi cuarto. Sin embargo no me esperaba ver al pequeño Kwami negro parecido a mi amigo comiendo del queso Camembert que se encontraba en el refrigerador.

Felix: - Me aseguré de que nadie estuviera cerca y lo atrapé con mis manos - ¡¿Qué rayos haces aquí?! - Susurré alterado

Plagg: Vine a vigilarlos... - Respondió con la boca llena. Creo que no está haciendo bien su trabajo. - Aún no confío en ustedes dos.

Felix: Está bien, pero no vivo solo... ¿Si te atrapan que vas a inventar? - Fruncí el ceño.

Plagg: ¡Cálmate! ¡Lo tengo todo planeado! - Sonrió engreídamente para luego escaparse de mis manos. - Cuando ustedes menos lo noten... Yo estaré vigilandolos - Susurró imitando el tono sombrío de películas antiguas de terror para luego reír.

Rodé los ojos y saqué el cartón de leche para vertirla en un tazón.

Plagg: ¿Qué haces? - Se asomó con curiosidad

Felix: Preparó la comida de Kuro...

Plagg: El Maestro Fu me lo contó todo... No confío en ustedes pero haré el esfuerzo porque nadie salga herido - Se cruzó de brazos molesto.

Felix: Supongo que lo agradezco. - Caminé despreocupado hasta la nevera y guardé en su lugar la leche para agarrar el tazón y poder llevármelo a mi cuarto - Ten cuidado - Advertí al Kwami, antes de subir las escaleras y dejarlo solo; de todos modos, sé que realmente no lo está, tiene un lugar muy cercano a dónde ir... Demasiado cercano.

Narradora

Una semana pasó en las que extrañamente, Lila no apareció en la escuela. La extraña desaparición de Lila ya llevaba varías semanas pero nadie lo había notado realmente. Marinette sé sentía bien porque aquella chica no estuviera para arruinar las cosas y echarse sobre Adrien.

Pero lo bueno no dura para siempre; Lila llegó otra vez, inventando la excusa estúpida de que tenía Tinnitus para poder sentarse con Adrien, aquel día no pintaba nada bien para Marinette.

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