Episodio 36: Consecuencias

501 50 9
                                    

¿Qué les parece la nueva portada? Por cierto, también le puse otra información a la historia en la descripción... Si tienen curiosidad pueden ir a leerla y decirme que les parece.
No olviden decirme sus opiniones en los comentarios, después de todo es la única forma que tengo para saber lo que opinan y poder mejorar con mi escritura.

Narradora

Marinette estaba más que preocupada por el rubio. No había podido contactarlo y aún tenían esa charla pendiente.

Tikki: Marinette... Ya es hora del patrullaje - Le aviso con una mueca triste la Kwami.

Marinette: Tal vez salir un rato me ayude... - Reflexionó en voz alta. - ¡Tikki motas!

Al transformarse, salió balanceándose entre los edificios; dejando que el viento chocará con su rostro y respirando el aire fresco. Aún así, su cabeza seguía en otra parte, y en un mínimo descuido sin querer dejo de tencionar su yoyo y vió muy de cerca el suelo; de no haber sido por Chatnoir, quizás aquel acercamiento al asfalto hubiera sido muy doloroso.

Su compañero la había sujetado de la cintura y el brazo, y en un movimiento rápido la puso en la misma posición pero invertida, haciendo que lo mirará. Cómo si fuera una posición de bailé, se mantenía junto a ella, mirándola fijamente a los ojos.

Ladybug: Ah, gracias Chat. Ya puedes soltarme - Frunció un poco el ceño.

Chatnoir: Mi lady... Quisiera no soltarla jamás. Quisiera permanecer toda mi vida a su lado, sin confusiones, sin máscaras... Ladybug, te amo. - Su voz era cálida, pero al mismo tiempo algo entristecida.

Ladybug: Chatnoir... - Suspiró con incomodidad. Ya se lo había dicho otras veces, le gustaba alguien más. Aunque en este momento, ese alguien más, era otra persona las cosas no cambiaban.

Chatnoir: Ya lo sé, dijiste que alguien más te gusta, pero solo déjame intentar cambiar eso.

Ladybug: Chat, así no funcionan los sentimientos... No son reemplazables. Cuando realmente amas a alguien, no hay forma de que alguien encaje en el lugar de esa persona, porque nadie puede hacerte sentir lo mismo... Por eso jamás podría reemplazar a la persona que me gusta; porque si puedo hacerlo, eso significa que realmente jamás lo amé. - Se apartó.

Aquellas palabras habían sonado justo para él. Había intentado cambiarla por Kagami, pero es que... Dolía tanto quererla.

Ladybug: Lo siento... Chat. - Lo miró apenada, no sabía que más decir. Sentía pena por él, pero debía seguir su corazón; y en este momento su corazón sólo latía por una persona que la tenía muy preocupada.

Hablando del rubio, se encontraba saltando los muros de la mansión. Con una mochila algo pesada en su espalda. No tenía idea a dónde se dirigía, pero si algo estaba seguro es que no quería permanecer en la vida de aquellas personas.

Se iría lejos. Imaginaba un lugar donde podría ser feliz, un lugar donde no tuviera que alejarse de su amigo de la infancia para hacerlo. Aunque sabía muy bien, que ese lugar realmente no existía... Así que caminaba sin rumbo. Buscando un destino que muy seguramente sería desafortunado.

Pero estaba harto de la sensación de no pertenecer a ningún lado, de querer huir; jamás sentirse conformé, y cuando lo logra... Alguna desgracia le sucede.

Caminó hasta llegar al puente frente a la hermosa laguna, que se iluminaba con una enorme luna y en frente de esta reflejaba la torre Eiffel en la distancia. La oscuridad de las calles lo inundaba de una completa nostalgia; recordando los momentos felices junto a sus padres, caminando por dichas calles. Sintiendo como si lo estuviera otra vez, esa hermosa sensación de felicidad.

Pronto alguien llegó a molestarlo, y aquella fue la persona que menos esperaba encontrarse.

Chloe: ¡Felix! - Se sorprendió, y ocultó algo en su espalda. - ¿Q-Qué haces tú aquí? - preguntó con nerviosismo.

Felix: ¿Debería preguntar lo mismo? O más bien, quizás debería preguntar el porque aún tienes a ese oso. - No le había costado nada darse cuenta que el señor oso era quien estaba tras ella, aunque ante sus ojos era patético intentar ocultarselo... Después de todo lo conocía al menos un poco.

Chloe: ¡¿Ah, por qué no lo tendría?! - Frunció el ceño y lo apuntó con la misma mano con la que sostenía al peluche. Avergonzada, la bajó rápidamente. - Quiero decir... ¡Venía a tirarlo! - Se cruzó de brazos y miró a otro lado para ocultar sus dudas.

Felix: Como sea...

Chloe: Aún así... ¿Qué haces aquí? Creí que Gabriel jamás los dejaba salir... - Rodó los ojos, acercándose al chico y poniendo sus hombres en la fría piedra.

Felix: No es como que lo haya hecho... - Continuaba sin mirarla, permaneciendo tan frío e indiferente como de costumbre.

Chloe: (¡Eso no es habitual! Desde que llegó de Inglaterra hay algo en mi Feliz que ya no lo hace parecer tan feliz como cuando éramos niños...) - Hizo un puchero al recordar cómo era ese niño rubio con una sonrisa tímida, capaz de darle confianza para enfrentar lo que fuera con tan sólo un simple gesto. - Feliz...

Felix: Chloe, por milésima vez, mi nombre es Felix... - Corrigió un poco irritado.

Chloe: ¡Haz cambiado! Ya no pareces tan feliz... ¡Quizás ahora sí merezcas un nombre tan simple como Felix! - Le dió la espalda ofendida. Aquel apodo era realmente especial para ella, aunque él no quisiera aceptarlo. Aunque últimamente, no parecía digno de él.

Felix: Sólo lárgate...

Chloe: ¡No, no lo haré! ¡¿Qué fue eso que te cambió?! ¡Eso que te volvió tan ridículo y ordinario! - Lo observó atentamente, él podía engañar a cualquiera, pero no a ella. Pues entre mentirosos no pueden engañarse.

Felix: ¿Ibas a lanzar el oso? ¡Hazlo y déjame sólo!

Chloe: ¡¿Por qué no lo entiendes?! ¡No es un simple oso! ¡El señor oso es la persona que más admiré en mi infancia! ¡Una persona amable, todo lo que me gustaría y no puedo ser! ¡Desde que esté oso fue confeccionado por un simple niño rubio de ojos celestes mi mente es diferente! Pero de repente comienzó a creer... Que sólo creí en una mentira. Mírate, lo que sea que te tiene así no es más que una absurda excusa para rendirte. Ya no eres Feliz, no eres más que un Agreste.

Felix: ¿Un Agreste? Adrien es un Agreste...

Chloe: Sí, y por más atractivo, bueno, amable, guapo y... - El rubio le dedicó una mirada de hartazgo, haciendo que ella se aclaré la garganta. - Quiero decir... jamás sería como él. Adrien es genial, mi pareja ideal en todos los aspectos - Se halagaba a si misma. - pero... Si tuviera que ser como él, por favor. Muy guapo pero muy poco astuto.

Felix: Y lo dices tú... - Pensó en un susurró.

Chloe: ¿Qué? - Intentó oírlo mejor, pero recién en ese momento se percató de que su amigo de la infancia, su héroe sin capa; llevaba con él una mochila que parecía algo pesado. - Oh... ¿Volverás a Inglaterra? ¿Tus padres volverán a buscarte?

Felix: Chloe... No puedo volver a Inglaterra, nadie está esperándome. Ya no pertenezco allí. (Ni tampoco pertenezco aquí... Es sólo un sentimiento constante de desorientación)

Chloe: ¡Ah, ya lo entiendo! ¡Tus padres se mudarán a París y tú viniste antes que ellos!

Felix: No, Chloe... Ellos se - Un ruido cercano a los edificios interrumpió su incómoda charla. El sonido de un fuerte golpe de tela y carne contra el suelo, los hizo voltearse alerta.

Chloe: ¡¿Qué fue eso?! - Saltó hacía atrás y sostuvo el brazo del muchacho.

Lentamente acercó su dedo índice a su boca para indicarle a la rubia que hiciera silencio mientras a pasos discretos y lentos, se acercaba a un bulto en el suelo.

Pronto, en la oscuridad pudieron distinguir cabellos oscuros y un cuerpo masculino, delgado. Ante sus ojos, el cuerpo hinerte de quién hace apenas horas había ayudado a salvar... Didier desfallecía en la fría acera de las calles de París.

Gracias a todos aquellos y aquellas que comentan, intentó mejorar cada día para ofrecerles una buena historia.
Los quiero 💝

| Ocean Eyes | MLB FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora