ᴀ ᴇsᴄᴏɴᴅɪᴅᴀs 《ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ》

Extra 3° || Khaleesi Pasquarelli Sevilla

●Khaleesi Pasquarelli Sevilla●

Ruggero

—Amore—digo sonriendo al verla.

Ella levanta su mirada y a través de sus lentes me da una mirada cansada. Me acerco donde estaba con la laptop al frente y la abrazo. Pude notar que se encontraba terminando de hacer un proyecto que tiene que presentar en estos días.

—Deberías tomarte un tiempo—susurro en su oído. Ella niega.

—Cariño deje muchas cosas pendientes en el trabajo por la Luna de Miel—río en su cuello dejando un beso en él.

—Pero lo disfrutamos—sonrió recordando algunas cosas.

—Rugge—regaña sonrojada. Me separo para reír y noto que efectivamente estaba con sus mejillas rosadas.

—Mejor deja eso por un momento y vamos a la casa de mi mamá que nos ha invitado a cenar—propongo.

En realidad mi mamá no nos había invitado pero tanto ella como yo necesitamos un tiempo para respirar. Desde que volvimos de nuestro viaje nos ocupábamos del trabajo. Yo tenía que ver todo acerca de la empresa y Karol estaba encargada de lo que es la Administración de esta, nos acumulamos mucho trabajo y apenas salimos dentro de este mes.  Lo bueno es que ya esta semana acabaría y con ello aquella reunión con unos socios de México que tanto nos ha preocupado. Estaba pensando seriamente secuestrar a mi esposa el otro fin de semana, quiero que se relaje porque ha estado muy tensa. 

Y que mejor que una cena con mi familia, a ella le seria útil conversar con mi mamá que cabe resaltar que se llevan de maravilla, lo contrario a cuando se conocieron. Estoy seguro que a mi mamá le dará gusto tenernos por allá.

—Me gusta la idea—me sonríe, me pongo de cuclillas entre sus piernas.

—Quiero que esta noche te relajes, ya todo acaba mañana—le guiño el ojo, ella ríe y asiente acariciando mi mejilla.

—Vamos a alistarnos—asiento tras sus palabras levantándome, le extiendo mi mano.

Ella apaga la laptop toma mi mano y la atraigo a mi pecho dejando un beso sobre su cabello.

[...]

—Que bueno que vinieron—mi madre nos recibe con un abrazo a los dos.

—Gracias por invitarnos a cenar Patri, lo necesitamos—responde mi mexicana.

Mi madre me mira con una sonrisa, le guiño el ojo.

Ríe— no hay de que cariño, saben que está casa esta abierto para ustedes siempre—tras terminar de saludarnos pasamos a la sala.

Increíblemente mis dos hermanas se encontraba conversando con papá. 

—¡Vaya ustedes no pueden vivir sin mi mamá!—grito llamando su atención.

—¡Mamá, ¿por qué no me dijiste que venia el odioso de Ruggero?!— chilla Vale.

Río.

—Anda ve—susurra Karol dándome una sonrisa.

Dejo un beso en su mejilla para ir donde estaban mis hermanas y me siento al medio de las dos empujándolas.

—¡Mami Ruggero me esta molestando!—vuelve a chillar Valentina.

Todos ríen.

—¡Mamá yo no los aguanto!—ahora chilla Malena.