ᴀ ᴇsᴄᴏɴᴅɪᴅᴀs 《ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ》

| UNO |

● RECUERDOS ●

Karol

<< Lárgate maldita bastarda, nunca...escúchame nunca serás ni un poco de lo que soy yo, lárgate y no vuelvas nunca. >>

La odio, maldita sea, la odio.

Mi vida es una mentira, bueno, no culpo a Mónica mi madre, si ella es mi madre; ella junto a mi abuela Francesca, me criaron desde niña, velaron por mi en las buenas y en las malas. Las amo mucho, me dieron lo que Lily siempre quiso.
Hace unos 4 años mi madre volvió a casa, a México, hace cuatro años por fin pude estar en familia junto con mi papá, Miguel. Hace cuatro años vivo en una familia comprensiva y amorosa. Hace cuatro todo es muy bueno en mi vida...y hace cuatro años, él empezó a odiarme. Si Ruggero aquel niño que era mi "crush", con el que pensé que tenía algo bonito, pero solo fue parte de una joven inmadura que no sabía de las cosas con chicos, en fin, ya no me importa que es de su vida.

—¡Karolcita!— grita una voz familiar, me seco las lágrimas que involuntariamente empezaron a resbalar por mi mejilla al recordar mi pasado.

—Clari— digo abrazándola cuando ya la tenía en mi cuarto, y empezamos a gritar.

—Por fin hace un buen que no te veo— y si, ella había ido a un campamento por vacaciones, mientras yo me fui a Guadalajara con mi familia paterna.

—Te extrañe demasiado— susurro.

—Y yo más— responde— mejor ya vamos, Gio no pudo venir pero nos espera allá— asiento con una sonrisa.

—Vamos— digo, ella asiente y nos encaminamos hacia la universidad.

[...]

Ruggero

La vida me dio un golpe que jamás olvidaré, siempre fui algo estorboso para todos, mis padres se la pasan viajando y no les importa cómo está Val o Male, mis hermanas , ¿qué clase de padres se supone que son?. Claro, aquellos irresponsables que lo único que le importa son el dinero y su maldita herencia. Soy el "Gran Ruggero Pasquarelli, hijo de los empresarios más conocidos de toda Italia". Si bien es cierto ya este año recibo toda la herencia y responsabilidades de mis padres, pero hablando a lo serio, no lo quiero y además no estoy en las condiciones de recibir todas esas cosas. Vamos, lo único que he hecho desde hace cuatro años es emborracharme y terminar dormido sin nada en una esquina. Si, ese soy yo, desde aquella señora que quería tanto me dejo con mis hermanas.
Lo único importante en mi vida son ellas, Malena y Valentina, aquella dos chicas que siempre estuvieron para mí y que junto a ellas somos el trío dolor de cabeza, cuando nos unimos nadie nos puede vencer, ellas no saben lo que hago o bueno quiero pensar que no lo saben, bueno frente a ellas tengo que mantener mi compostura y ser un ejemplo para ellas, Male es un año mayor y Val es un año menor, a pesar de que nos llevemos por un o dos años, nos entendemos a la perfección.

—¡Ruggero Pasquarelli!— grita mi madre una vez más, doy un sorbo más a las botella de ron que estaba tomando y la miro, estaba enojada—¡Por Dios! ¿Puedes dejar de tomar que apestas?— me grita, negando doy otro sorbo—¡Alessandro Pasquarelli!— vuelve a gritar, la ignoro y sigo bebiendo, para luego escuchar cómo se abre la puerta.

—¡Ruggero!— grita una voz gruesa, levanto mi cabeza y me encuentro con mi padre, los dos estaban molestos, mi madre con los brazos cruzados y mi padre con su ceño fruncido—No tienes remedio, mañana a primera hora te quiero a bajo con tus hermanas, ya tome la decisión y te juro Ruggero que tú así no vas a heredar nada, tienes una mala reputación, ¡joder!— dice enojado, asiento bebiendo pero a los segundos siento como me arrancha la botella de las manos.