ᴀ ᴇsᴄᴏɴᴅɪᴅᴀs 《ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ》

| SETENTA Y NUEVE |

●VOLVER A LUCHAR●

Karol

—¡Karol!—tocan mi puerta, me miro al espejo y en estos momentos agradezco el maquillaje, abro la puerta y me encuentro con Clari, ella me mira y frunce su ceño.

—¿Qué pasa Clari?—pregunto con una sonrisa, trata de pasar pero disimuladamente la empujo y cierro mi puerta—Vamos a la fiesta—digo poniendo mi mano sobre su hombro, veo su expresión de confusión.

—¿No estás mal?—niego con una sonrisa, bajamos las escaleras y ya la fuerte música inunda por mis orejas.

—¡Estoy perfecta!—chillo y me suelto de ella para irme a la pista de baile.

<< Estoy destrozada por dentro pero siempre hay que fingir una sonrisa >>

[...]

—¡Karol!—escucho la voz de alguien, volteo y sonrío.

—¡Rafa!—tambaleándome me acerco a él para luego abrazarlo, siento su risa.

—¡Estás borracha!—me dice en el oído.

—Tú igual—me encojo de hombros, me separo de él y lo jalo a la pista de baile—¡Bailemos!—empiezo a moverme al ritmo de la canción.

Luego de unos minutos bailando con él la tristeza de no tener a esa persona el día de mi cumpleaños me invade, empiezo a llorar.

—¿Qué pasa?—me pregunta con su voz distorsionada, intento besarlo—¡Hey Karol!—me reclama alejándose, lloro más, siento como me abraza.

—Yo quiero olvidarme de él—sollozo, él me saca de la casa.

—Así no es la manera—me dice, asiento, me hace entrar a su auto—Además Karol, hello! Soy Rafael, y por si no te acuerdas soy gay princess—río por el tono chillón que solo utilizan cuando estamos juntos.

—Lo sé Rafa—susurro deteniendo el llanto.

—¿Sabes? Si ese pendejo es tu príncipe azul, vamos a averiguarlo—arranca, río por la velocidad en la que va el auto.

—¡Estás loco!—chillo y él prende la radio a un fuerte volumen.

—¡Estamos locos people!—grita muy fuerte, la música se hace cada vez más fuerte.

—¡Vamos pa' la playa, pa' curarte el alma...—empiezo a cantar, él ríe y me sigue, pero unos segundos baja el volumen lo miro confundida.

—¿Dónde vive el pendejo?—río y saco mi celular para dárselo—¡Qué siga la fiesta!—alza una vez más el volumen

—¡Lentooo y contetooo...—

[...]

—No está—me dice, me pongo triste.

—¡Se largó, no está en su departamento donde vivía antes de que regresará a Italia!—chillo y vuelvo a llorar, el alcohol ya había hecho efecto en mí.

—Lo siento cariño—me dice para luego abrazarme—¿Vamos a tu casa?—niego

—No...—bajo la mirada—so-lo llévame a un lugar—él asiente y ahora el auto va en silencio.

Si me olvidaría de él, por lo menos debo despedirme de aquel lugar que fue tan mágico hace un año.

[...]

—¿Segura?—pregunta con su cara de sueño.

—Si Rafa, yo iré sola, espérame no me demoro—él asiente, salgo del auto y al instante un mareo se hace presente.