Malfoy y yo ¿juntos?... Es una maldición

14. Lavander Brown

-Ya vamos. -alguien comentó.

-Dejen de ser tan cobardes y preséntese. -Lysander los miraba divertido.

-Sí así actuó tu padre, ¿qué esperanza tenemos nosotros?

-Vamos, ya vieron que estaremos para cuidarnos y seguimos teniendo la ventaja de las varitas. -Venus les decía.

-Merlín, ¿por que estamos aquí?

-Ya déjate de tonterías y vayan ustedes.

Cuatro chicos caminaron al centro del escenario, el comedor estaba expectante ante lo que pasaría y dudas por quienes seguirían.

-Buenas noches. -un chico alto, rubio de ojos azules y de facciones finas con porte altivo saludaba, las chicas soltaron un suspiro al verlo, era un chico guapo.

-Mi nombre es Peter, tengo 24 años y soy el mayor, estudié en Hogwarts y mi casa fue Gryffindor. Estuve en el equipo de Quiddicht y mi posición fue cazador, ahora trabajo en el departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas.

-Buenas noches. -una chicas rubia de estatura mediana y de ojos cafés con facciones finas, porte altivo y bonita figura, también logró que varios chicos halagaran su belleza.

-Mi nombre es Emily, tengo 21 años, estudié en Hogwarts y mi casa fue Slytherin, fui prefecta. Ahora trabajo en el Profeta escribiendo en la sección de Modas en la Bruja de Hoy.

Ambos chicos eran muy guapo, pero no ubicaban quien podría ser sus padres, aunque una ligera sospecha tenían, ya que la casa de ambos era entre las que se odian y eso no era algo bueno. Uno de los padres tenía que ser definitivamente de la casa de la serpiente.

-Buenas noches.-un chico alto de piel morena clara, ojos azules con facciones finas y porte altivo saludó, las chicas estaban emocionadas de ver a dos chicos tan guapos.

-Tengo 20 años, estudié en Hogwarts y mi casa fue Gryffindor, ahora trabajo en el ministerio de magia como Auror. Mi nombre es Jamie Scamander Brown.

- ¿Qué? -fue la pregunta de todo el comedor.

Todos miraban al chico arrogante que estaba a un lado de Malfoy y a Lavander quien en ese momento estaba pálida.

-Noooo. -fue el grito que dio Lavander en cuanto reaccionó- Es una broma, yo terminaré casada con Ro-Ro en cuanto deje al arbusto con patas.

- ¡Oye! -Hermione reclamó.

-Es la verdad, Ro-Ro regresará conmigo y terminaremos juntos. -miraba enojada Lavander a Hermione.

-No lo creo, yo veo a tres chicos que se parecen a ti y a él. -Hermione se burló de Lavander mientras señalaba a los chicos petrificados en su lugar.

-Esto debe ser algún truco tuyo, maldita.

-Claro que no, mira a tus tres pequeños bueno creo que son cuatro.

-No, no y no, esto es un truco.

-Vaya Brown, alégrate también será Ro-Ro. -el comedor completo soltó una carcajada ante el comentario de Hermione.

-Mira maldita...

- ¡Basta, compórtate! -Rolf le gritó a Lavander.

-Tú no me callas.

-Si no quieres que lo haga, compórtate.

-Ni siquiera te conozco y no me gustas.

-Tú mucho menos me gustas, y lógicamente no sé quién eres hasta que gritaste, me di cuenta de que estaré casado contigo.

-Odioso.

-Adefesio.

-Troll.

-Escarbato.

-Cerebro de Kneazle.

-Carácter de dragón.

-Arggg. -Lavander se quejó- Te odio.

-Te desprecio.

-Ya cállense. -Blaise les gritó- Rolf siéntate, Lavander igual.

- ¡Cállate! -Rolf y Lavander le gritaron, de pronto ambos se llevaron las manos a la garganta, sus labios se movían pero no emitían ningún sonido.

-Mamá, papá, les mandamos un hechizo silenciador, conociéndolos nunca nos dejarían terminar de presentarnos. -Jamie hablaba mientras guardaba su varita.

-Buenas noches. -un chico alto de piel morena clara, ojos azules y cabello negro, muy guapo, provocó varios gritos de alago a su persona.

-Mi nombre es Adrien Scamander Brown, tengo 18 años y estudio en Hogwarts, mi casa es Gryffindor además estoy en el equipo de Quiddicht como guardián.

- ¿Cómo se conocieron nuestros padres? Si sabemos, pero ya saben que no les contaremos.-Emily habló.

Los tacones hacían eco en el pasillo, cada paso sonaba con fuerza y prisa, la chica llevaba varios pergaminos en mano, necesitaba terminar temprano y apuraba el paso para dejar todo listo. Estaba tan cerca de lograr el puesto que quería, hace unos meses que entró al diario el Profeta deseando escribir en la sección "Los astros y tu vida", como amó la materia de adivinación sabía que era buena en ello. Pero para lograr estar en esa sección tenía antes que mostrar que podía con la presión del trabajo, la sección "Sociales" era una de las más estresantes y más aquella ocasión en que tenía la noticia del siglo aparte de la batalla ganada contra Voldemort.

Que mejor noticia que Blaise Zabini, uno de los chicos sangre pura, guapo, con dinero y exmortifago, se casaba con Luna Lovegood, la lunática, rara, pobre y ex miembro del Ejercito de Dumbledore. Dos lados opuestos se casaban y ella buscaría a su antiguo amor (Ro-Ro) para acercarse a la lunática y tener de primera mano la noticia.

Porque las cosas no salen cuando más se desean, Ron no la permitió acercarse ni siquiera unos metros para hablar, creo que intuyó sus propósitos, pero no estaba dispuesta a darse por vencida. Buscó de mil maneras saber algo más y se enteró que Rolf Scamander era uno de los que conocían la historia de primera mano.

El vestido más coqueto, maquillaje listo, pluma y pergamino a la mano, estaba lista para encontrar de "casualidad" en el bar a Rolf. Investigó de todo y sabía a qué hora llegaría, dónde estaría y cómo lo haría para acercarse hasta ahí las cosas se veían bien a la vista estaba que Rolf y dos chicas que lo acompañaban. Con varita y pociones en mano, discretamente las vertió en las bebidas mientras que ellos bailaban, al regresar ellas fueron al baño, él quedó solo por lo que la ocasión era perfecta, se acercó con cautela hasta él, la charla fluyó tranquilamente y de manera amena.

Esperaba que Rolf tomara su bebida con la poción, unas gotas de Veritaserum le haría soltar la lengua por completo y así lo hizo. La historia completa estaba en su bolso escribiéndose con la pluma mágica, el problema fue cuando ella también tuvo sed y tomó un poco de la bebida de la mesa, la segunda poción que vertió era para adormecer de manera suave a las acompañantes, solo las quería fuera de circulación un poco.