24. Negocios

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-Señor Potter le buscan. -Mónica, la secretaria me avisaba.

-¿Quién es?

-El señor Greengrass, ¿le dejo pasar? -por un momento me quedé pensativo.

-Si Mónica, por cierto llévate esos pergaminos y entrégalos a Percy, le urgen.

-Si señor. -Mónica tomó los pergaminos, después entró un señor alto de piel blanca y cabello negro con un poco de canas, ojos azules, usaba un traje azul con líneas blancas verticales, era un hombre que mostraba mucha presencia.

-Buenas tardes señor Potter. -me extendió la mano.

-Buenas tardes. -le di la mano y le indiqué que se sentara- ¿Dígame a que debo su visita?

-Bien señor Potter me gustaría ir al grano, como sabe soy un hombre de negocios, vengo a proponerle un negocio.

- ¿Negocio? -no pude evitar escudriñarlo con la mirada.

-No es nada ilegal, sé que debido a mi historial pero también busco levantar mi apellido nuevamente, lo que vengo a proponerle es una sociedad, usted y yo seremos inversionistas.

-Seré sincero con usted, no tengo mucha idea de negocios.

-De eso no se preocupe, nosotros lo tendríamos al tanto de su dinero, mi hija Astoria será su contacto y asesora.

- ¿Astoria?

-A mis hijas las eduqué en las finanzas, como sabe Daphne no podría pero estoy seguro que Astoria le ayudaría en lo que necesita.

- ¿De cuánto estamos hablando? -la sonrisa del señor se extendió tanto como la mía, ya no habría escapatoria para esa serpiente escurridiza, su padre me dio la excusa para acorralarla. Con un apretón de manos cerramos un trato.

Me hubiese gustado estar en el momento que su padre le dijo que ella estaría conmigo para los negocios, verla en mi casa en la noche donde me habló de los planes de negocio de su padre fue muy divertido. Ella se sentaba frente a mí con varios papeles, claro esta que no pude poner atención a nada, ella enojada iba a salir pero antes de que saliera la tomé del brazo abrazándola tomé su rostro y besé esos labios.

Soltó los papeles que tenía en mano, se abrazó a mi cuello y la ropa fue desapareciendo, ambos deseábamos, esa manera de aferrarse a mi cuerpo y sus gemidos me hacían saber que disfrutaba. Amaba verla llegar al orgasmo, su cuerpo perlado de sudor, y esas mejillas sonrojadas, adoraba tenerla, quería más de ella y tenía que conseguirlo.

El señor Greengrass cumplió su promesa, la fortuna en Gringotts cada día iba en aumento, y las visitas de mi asesora eran tan perfectas. Aquel día visitaría a los Greengrass, quería agradecerles tan buenas elecciones e invitarlo a comer.

Winy me hizo pasar y se llevó mi capa, entré solo a la sala antes de llegar escuché al señor Greengass hablar con ella.

-Hija cuanto siento que el compromiso con Draco se haya roto.

-Yo no.

-Pero hija.

-Papá, ya sabes que no amaba a Draco, ustedes hicieron ese trato.

-Era lo mejor para ti, pero ahora que ellos están iguales a nosotros no tiene caso unir a las familias.

-Nunca hemos necesitado de otro apellido para que el nuestro se respete.

-Claro que si, al principio pensé que Daphne había escogido mal pero me equivoqué, gracias a Weasley muchas oportunidades hemos tenido.

-El zanahoria nada ha tenido que ver.

Malfoy y yo ¿juntos?... Es una maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora