32. ¿Amenaza o advertencia?

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Desperté cansado, pero me sentía diferente como si algo se hubiese ido, me sentía ligero era algo raro, estaba mi madre, su semblante serio me recordó lo de ayer, no pude evitar apretar mis manos en puños, esa maldita y sus estupideces.

-Buen día hijo, ayer no me saludaste cuando llegaste.

-Tuve un mal día madre, discúlpame.

-Ya te dije que dejes ese trabajo.

-Sabes que nos conviene para nuestro apellido.

-Es desagradable saber que trabajas en el ministerio junto a esa escoria.

-Madre, deja de referirte de esa manera a la gente.

-Pero eso es lo que son.

-Sabes que las cosas han cambiado y no puedes andar por las calles diciendo eso.

-Draco se comportarme, sé dónde y cuándo puedo escucharte de esa manera.

-Bien, solo que no quiero que en mi presencia escucharte de esa manera.

- ¿Draco qué te pasa?

-Madre...

- ¡Qué demonios!- mi madre había detenido mis palabras, ahora veía a Rocko servirnos el desayuno- ¿De dónde sacaste esa ropa? Maldita escoria, nadie te ha dado permiso para andar de esa manera. -mi madre le apuntaba a Rocko, me paré de inmediato y detuve su mano.

- ¿Qué te pasa? Suéltame Draco, hay que castigar a esa bestia.

-Escúchame bien madre, yo le regalé esa ropa a Rocko y de la misma manera quiero ver a otro elfo y no quiero que vuelvas a lastimar a ninguno de los dos. -le hablé seriamente.

- ¿Qué has dicho? -mi madre me miraba sorprendida.

-Me has escuchado. -solté su mano.

-Te dije que trabajar con esa escoria... -di un golpe en la mesa provocando que se cayera la jarra con jugo, miré a mi madre fríamente.

-Si quieres que siga viviendo a tu lado, harás los cambios que te he dicho madre.

-Tú no te atreverías a dejarme.

-Ponme a prueba, me voy se hace tarde.

-Draco vuelve aquí.

-Nos vemos en la noche, si me entero que ellos se castigaron por que les ordenaste o tú los hieres, júralo madre que salgo de esta casa para no volver. -dejé a mi madre totalmente sorprendida y enojada, pero nuevamente esa sensación de incomodidad o suciedad que sentía desde ayer, se iba. Maldita Granger, tú y tus estupideces que lo han provocado, jamás le he levantado la voz a mi madre, mucho menos amenazarla por unos elfos, ¿qué demonios me pasa?

En cuanto llegué la ignoré, preferí entrar a mi oficina, aquel día traje muy apurada a Pansy, al terminar el día mandé a Granger dos nuevas propuestas, al otro día ya estaban firmadas por ellas, aun así, seguíamos sin hablarnos.

Empezamos avanzar en las propuestas, hubo varias propuestas de ella que firmé, otras más que discutimos intentado llegar a un acuerdo, por fin después de tanto tiempo podíamos ponernos de acuerdo en algo.

Casi me da un infarto cuando Blaise me avisó sobre su futuro matrimonio, lo peor es con quien se casaba ¿qué le pasaba? Yo pensé ser el único que tenía locas ideas, eso de que en mi casa a los elfos ya los tratamos bien, aparte de que visten mejor que mucha gente, claro sigo sin darles vacaciones, solo unas monedas como sueldo, en cuanto a las vacaciones ellos no han querido tomarlas, pero mi amigo se ganó la copa a la mayor estupidez. ¿Qué demonios pensaba Rolf? ¿Cómo fue que permitió que Blaise, un Zabini, se juntara con Lovegood? Él es un Slytherin y  ella una Ravenclaw, lo peor es amiga del trío inútiles, de seguro donde estuvieron tomaron agua contaminada y les afecto el cerebro.

Malfoy y yo ¿juntos?... Es una maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora