26.Tiempo

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¿Cómo decirle a Hermione que necesitaba tiempo? Él solo quería sobreponerse a lo de su hermano, no quería ser egoísta obligando a esa linda chica a quedarse junto a él. Ron quería llorar y perderse en sus pensamientos, pero ella no lo permitiría, la conocía y sabía que ella no lo dejaría.

Sorpresa se llevó cuando comentó a la castaña que solo pedía algo de soledad, Hermione después de decirle que era un insensible, idiota y cabeza hueca lo dejó, dio la vuelta y desapareció, y supo por Ginny que fue en busca de sus padres, cuando regresó no se enteró, solo por un comentario de Harry sabía que ya estaba en Inglaterra.

Se sentía mal de cómo había tratado a Hermy, pero creyó que ella fue la insensible por dejarlo solo mucho tiempo. Por ese motivo no la buscaría, hasta que ella fuera a pedirle una disculpa.

Trabajar con Harry como Auror fue un sueño para ambos, pero para él era algo único, jamás creyó llegar a algo tan importante, no era malo. Al contrario, se destacaba en los duelos, a veces se sentía mal de estar a la sombra de su amigo, pero cuando llegó la nueva secretaria y Harry le tocó lidiar con la serpiente de Astoria se burlaba de su amigo y agradecía no estar en su lugar.

Algunas ocasiones le tocó estar al frente de las misiones o ir solo como la cabeza, una de esas fue muy importante y lo mandaron como líder, estaría en la captura de unos mortifagos, eran cuatro aurores y él. Entraron a una mansión abandonada, los pasillos provocaron que algunos de sus compañeros se retrasaran, él no podía regresar y tuvo que continuar, al final solo eran dos y maldijo su suerte cuando se enfrentó a cuatro mortifagos, su aspecto era deprimente. Ron peleó como nunca, su varita atacó a los cuatros y, entre su compañero y él los capturaron con vida, se los llevaron a Azkaban, ahí los identificaron.

-Ron tienes que ir. -Harry le decía.

-¿No puede ir alguien más?

-Sabes que es tu obligación.

-Ve tú, por favor.

-Tengo mucho trabajo, tengo que estar en varios juicios esta tarde, no puedo.

-John puede ir.

- ¡Ya basta Ron! Sabes que es tu obligación. -Harry le gritó enojado, Ron se cruzó de brazos y salió.

La chimenea negra, los sillones verdes, cojines plata, el piso de madera oscura y las cortinas verdes daban al lugar un aspecto sombrío y lúgubre.

Me quedé mirando el fuego de la chimenea, ese tono rojo, amarillo, azul y verde podía relajarte y en este momento lo necesitaba, todos los músculos de mi cuerpo estaban tensos, ahora deseaba no esperar tanto, hace unos momentos un elfo se fue dejándome solo.

-Buenas tardes.-de inmediato me di la vuelta, frente a mi estaba una mujer de mediana estatura, piel blanca y ojos azules, labios rosas, cabello largo de color negro. El vestido negro de tirantes me dejaba ver que tenía muy buena forma, le llegaba a media pierna, era una mujer muy bella.

-Buenas tardes Parkinson, vengo a hablarte de tu padre.

-Dime.

-El día de ayer lo capturamos.

- ¿Vivo o muerto? -su tono de voz era frío y seco.

-Vivo, está en Azkaban.

- ¿Cuándo será el juicio?

-Sabes que son muchas las imputaciones en su contra, lo más probable es que sean unos tres juicios.

-De acuerdo, que tenga buenas tardes. -se dio la vuelta.

-Te mandaremos el aviso de sus juicios.

Malfoy y yo ¿juntos?... Es una maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora