Jueves, 23 de mayo de 2019
Villa Urquiza, Buenos AiresIván
Me sentía un pelotudo.
Y no era algo que a esta altura de mi vida tenía que aclarar (porque lo era) pero dos días atrás lo había confirmado: era un pelotudo.
¿Por qué no podía simplemente haber dicho que la quería? ¿Por qué no le contesté simplemente que sí, que quería estar con ella? ¿Por qué todo lo relacionado a Ayelén me seguía carcomiendo la cabeza después de tantos años?
Y lo peor pregunta de todas era: ¿Cómo fui tan tarado de echarla?
Más pelotudo me sentí cuando compré un ramo de jazmines y pensé que era buena idea ir hasta su casa. Me arrepentí en el segundo en el que toqué la puerta.
Después de algunos segundos, la que me abrió era Florencia. Me observó de pies a cabeza y suspiró.
—¿Qué hacés acá? —preguntó con un deje de cansancio.
Abrí la boca para contestar, pero ella volvió a hablar.
—No está, salió con unas amigas —contestó ante una pregunta que no verbalicé.
—¿Le podés dar esto y decir que me conteste, al menos, un mensaje?
—Iván... no quiero ser intermediaria —miró el ramo y frunció los labios—. Dios, y encima le trajiste las únicas flores que le gustan.
Bueno, era un pelotudo pero al menos sabía lo que le gustaba.
—Si no me contesta no me deja muchas opciones, Flor —aclaré y ella se mordió el labio inferior.
—O quizá no quiere saber nada de vos, directamente.
Por mucho que quiera negar que eso no me había dolido, sí lo había hecho.
—Ya sé que no me quiere ver ni en figuritas, pero dáselo igual. Y decile feliz cumpleaños.
Florencia me miró de nuevo, suspiró, asintió y agarró el ramo.
—Gracias Flor, nos vemos —me giré como para irme, sin nisiquiera escuchar una respuesta por parte de ella.
—Iván —su voz era la única que sonaba por el pasillo, así que ni siquiera tuvo que gritarme. Me di vuelta y la vi entrecerrando la puerta—. Dale tiempo. Y espacio.
Le iba a contestar que no tenía ganas de darle tiempo, que teníamos que hablar porque ya la estaba extrañando, porque ya la necesitaba... pero no lo hice, porque quizá Florencia tenía razón. Después de todo, las mujeres siempre tenían razón.
Asentí sin mucho más y volví a hacer mi camino, pensando cuánto tiempo necesitaría Candela como para que al menos me conteste un mensaje.
Candela
—¿Se fue? —pregunté en cuanto vi que Florencia cerraba la puerta principal detrás de ella.
—Sí, tomá —me alcanzó el ramo y suspiré tratando de no largarme a llorar—. Es muy tierno.
—No, es un pelotudo —corregí y asintió.
—Es hombre. Primero la embarran, después la piensan —se dirigió hacia la cocina para preparar el mate y agregó: —Es un lindo gesto.
—¿Supongo? —quise que saliera como una afirmación y quedó como una pregunta—. No sé qué hacer.
Me pasé las manos por la cara y la miré como si ella realmente tuviera la respuesta, se encogió de hombros y suspiró.
—Creo que lo mejor que podés hacer, por ahora, es agradecerle. Vino, tuvo un lindo gesto... no sé, el mensaje no le va a hacer mal a nadie.
Cambiamos de tema rápidamente y en el mientras tanto me cayeron más y más mensajes deseándome feliz cumpleaños y buen viaje, porque mañana emprenderíamos un pequeño tour por el país en donde jugaríamos un pequeño cuadrangular sudamericano y algunos amistosos con Perú, Brasil y Chile.
Y después seguía el mundial que era dentro de casi tres semanas, algunos días después de haber terminado aquella gira.
—Candela, me ponés nerviosa. Poné esas flores en agua antes que se pongan feas.
Me levanté de la mesa en busca de algún jarrón cuando me percaté de que no teníamos uno, así que las terminé poniendo en una botella de vidrio que encontré en la cocina que se la bancaba lo suficiente como para hacer de florero.
Estaba desenvolviéndolas y me di cuenta que se había caído un papel. Pensé que quizá era alguna de esas tarjetas que suelen poner las florerías publicitándose, pero había algo escrito y no me costó demasiado para entender que aquella letra era la de Iván.
Era un poema.
[...]
nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casasin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasíapero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuroy aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentidoy si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía.Felices 23, espero que te gusten las flores.
IvánNo sé cuántas veces había leído ya el mismo texto, pero sí sé que me largué a llorar en la tercera vez que lo hice. Después agarré el celular y busqué su chat.
Iván
últ. vez hoy a las 18:33Gracias por las flores y por el poema 18:46
Sos un pelotudo 18:46
Pero yo también te quiero 18:47Ni siquiera hizo falta que lo dijera, el poema lo decía por sí solo.
Me contestó casi veinte minutos después.
Iván
últ. vez hoy a las 19:14Me alegro que te haya gustado 19:11
Te quiero 19:11-
Hola 🤠
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12:51 | Iván Marcone.
أدب الهواة12:51 fue la hora en la que mi voz buscó las palabras para hablarte.