Capítulo doce

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Karen notaba raro a su esposo desde hacía días pero eso fue en aumento cuando este le llamó para decirle que se irían de viaje.

-No entiendo a Harry-comentó la alfa a su amiga y colega-...llevo años diciéndole de ir a París y nunca hallaba tiempo pero de repente me sale con que ya tiene los billetes de avión y que arregle todo para irnos unos días.

-Si, la verdad es raro amiga pero aprovechalo, que más da que se haya decidido ahora... lo importante es que tendréis la oportunidad de estar solos, sin niños, sin el trabajo...Ojalá mi marido hiciese lo mismo.

-Tienes razón, Sofía...Además los niños estarán muy bien con Louis...ha resultado ser muy buena institutriz a pesar del duro comienzo.

La rubia alfa rió.

-Ya, ya...a ti lo que te agrada es que sea hombre y así no suponga un peligro para tu matrimonio ¿o no?.

La morena alfa asintió fervientemente.

-Oh por supuesto, amiga...con cada mujer omega que ha entrado en mi casa he tenido el mismo problema pero con él estoy tranquila porque sé que Harry jamás va ha fijarse en un omega hombre...jamás.

(...)

Louis estaba algo preocupado pues su celo aún debía manifestarse en una semana más pero por alguna razón que desconocía su cuerpo ya estaba mostrando los primeros síntomas.

Mientras había acostado a los niños esa noche, su piel comenzó a arder y su agujero no dejó de palpitar, así que rápidamente se encerró en su habitación y sacó sus juguetes sexuales de la maleta para estar listo si este llegaba.

Como cada noche, Harry llegó a su casa alrededor de las once y seguido por un irremediablemente deseo de ver al omega antes de acostarse, caminó hacía la salita donde este acostumbraba a leer pero no lo encontró.

-Vaya, le habrá entrado sueño...bueno es una lástima quería verlo antes de irnos por la mañana.

-Señor-escuchó entonces tras él.

El alfa ojiverde se giró encontrándose con Greta.

-¿Si?.

-Si busca a la institutriz, él está en su habitación...creo que mintió con lo de su celo.

-¿Mintió?.

La omega asintió con malicia.

-He escuchado gemidos de placer salir de allí...se supone que no debería tenerlo para eso son los supresores pero creo que no se los toma...tenga cuidado señor o le ocurrirá como con las demás institutrices.

-Emm...si bien, gracias...vaya a acostarse, no se preocupe.

-Muy bien, señor...buenas noches.

Tras irse la omega, el alfa se sirvió una copa y se fue a la biblioteca pero el intenso olor del omega ojiazul estaba presente en toda la casa.

Debido a ello, todo el tiempo por su mente pasaron imágenes de Louis empapado en sudor, gimiendo y suspirando y nervioso empezó a gruñir desesperado mientras apretaba los puños con fuerza.

-No...no puedo caer...solo una noche más, mañana nos iremos y todo esto habrá pasado-murmuró entre dientes.

Cuando ya no sabía que hacer pues su alfa interior estaba a punto de dominarlo, escuchó la puerta principal y raudo salió al encuentro de su esposa.

-Vamos a la cama-dijo tras recibirla con un necesitado beso.

-¿Qué te pasa Harry?, te ves...

-Necesito hacerte mía ahora, vamos ya-la interrumpió cogiéndola del brazo y arrastrándola.

Karen soltó un pequeño quejido pero siguió a su marido escaleras arriba hasta la planta alta.

-Harry, ese olor....buff es repugnante, ¿Qué es?.

El alfa no pudo contestar pues su sentido estaba ya casi perdido y solo hizo incrementar la velocidad hacia la habitación de ambos y cerrar la puerta de inmediato.

-Amor, ¿estás bien?.

Harry se arrancó la ropa de un manotazo y luego arrancó la de ella.

-Oh por Dios Harry, ¿por qué eres tan brusco?.

-Tumbate-le gruñó.

Este intentaba controlarse pero le resultaba muy difícil, el aroma de Louis aún en sus fosas nasales e impregnada en la ropa y paredes lo estaban volviendo loco.

-Tumbate, quiero follar ahora- gruñó de nuevo.

Karen lo miraba asustada pues ver a su marido comportarse de aquella manera la tenía desconcertada.

Finalmente tiró a su mujer en la cama abalantándose sobre ella y a medida que fue dejando besos y caricias por todo el cuerpo de esta, más imágenes del omega ojiazul fueron inundando su mente.

Harry se folló a su esposa como nunca lo había hecho, todo fue brusco y desesperado, tanto que la alfa rogaba y lloraba para que este cesará sus fuertes embestidas, mientras él gruñía como una fuera salvaje.

Cuando todo terminó, el alfa cayó exhausto en la cama y luego se quedó dormido, entonces Karen se metió en el baño y se miró uno a uno todos los cardenales que su esposo le había hecho en su delicado y blanquecino cuerpo.

Estaba estaba adolorida y molesta pues jamás creyó que su esposo pudiese volverse tan agresivo en el sexo, ya que él siempre había sido dulce y romántico hasta la fecha.

Temía que algo malo le estuviese pasando a su compañero de vida y entonces comenzó a pensar que el repentino viaje a París tenía algo que ver.

Tras darse una ducha y secarse volvió a la cama donde Harry seguía dormido sin inmutarse, entonces lo miró y le dio un tierno beso.

-No sé que te está pasando, mi amor pero lo superaremos...yo no voy a dejarte solo nunca...te amo.

Mientras en su habitación del fondo del pasillo, Louis continuó masturbandose y metiéndose los distintos consoladores en su necesitado agujero, gemiendo y jadeando ferbrilmente, a la par que de sus labios candentes salía con insistencia un solo nombre entre suspiros y en la oscuridad de la noche.

-Harry...Harry...

15. Aroma De Canela-L.S (Omegaverse), TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora